Goyas 2018: la peor gala en muchos años

Lo que para algunos se erige como una de las grandes citas del año se tornó, de un plumazo, en un esperpento, en un bochorno soporífero a caballo entre una interminable chapa parental y un audio de Whatsapp de diez minutos. En una decepción que peca de repetidora y de conformista: son ya varios años arrastrando los mismos errores de galas pretéritas.