La omnipresencia eólica

«La transición energética se ha disparado tanto que está completamente alocada», opina Carlos Palma. Es el portavoz de la Asociación Mesa Eólica Merindades y lleva más de 20 años apelando a la Junta de Castilla y León para que regule el sector de la energía eólica. Los aerogeneradores también preocupan a Javier Morala, que regenta la ‘Posada Molino del Canto’ en el Valle de Zamanzas: «Nada más llegar, los clientes se sorprenden con el volumen de molinos que hay».

Los vecinos de la Merindad de Valdeporres como Alberto Díaz, a quien mencionaremos bajo este seudónimo porque prefieren no revelar su identidad, conviven a diario con cerca de un centenar de máquinas en los cinco parques eólicos que hay en su municipio. «El ruido es ensordecedor, sobre todo los días de niebla. El paisaje está rodeado de molinos, es una completa invasión», denuncia. «Va en contra de nuestro modelo de desarrollo, a los Ayuntamientos ni nos preguntan», afirma Jesús Puente, portavoz del consistorio de Medina de Pomar, quien se posiciona radicalmente en contra de la falta de criterios con la que la Junta de Castilla y León expide las licencias.

El paisaje está rodeado de molinos, es una completa invasión

Todos ellos están en contra de la alta concentración de aerogeneradores ubicados a lo largo y ancho de todo el territorio burgalés. Sin embargo, no militan en ningún tipo de negacionismo climático ni energético, simplemente piden que se regule la situación para evitar los abusos y paliar sus efectos. «En Burgos ya contribuimos lo suficiente», argumenta Díaz. Lo cierto es que la provincia tiene una potencia eólica instalada que ya supera los 2000 MW, según ha podido comprobar esta cabecera revisando una por una las fichas de los 88 parques eólicos que la Asociación Empresarial Eólica tiene registrados en Burgos. Eso supone una potencia cuatro veces superior a lo que generaba la antigua central nuclear de Garoña. Además, hay cerca de una veintena de nuevos proyectos en distintas fases de tramitación. Todo ello hace que Burgos sea ya la provincia con mayor presencia de centrales eólicas. Su potencia instalada supone el 7,4 % del total de España, mientras que allí sólo vive el 0,75% de la población española. La provincia se ha convertido en un punto muy estratégico para el sector eólico debido a sus buenas condiciones de viento.

«Nosotros no estamos en contra de la implantación de parques eólicos, es más preciso decir que estamos en contra de una planificación desordenada», sostienen desde la Mesa Eólica Merindades. Jesús Puente, quien, además de concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Medina de Pomar, es procurador autonómico del PSOE, asevera que la falta de planificación en materia eólica siempre ha caracterizado a la Junta de Castilla y León: «No sabemos qué criterios sigue la Junta para repartir licencias. No conocemos los criterios medioambientales, ni de concentración de molinos, ni de impacto». Así mismo, Alberto Díaz señala que la gente de Valdeporres no está en contra de las renovables: «Estamos en contra de que se ceben con una misma zona para surtir de luz a las grandes ciudades». A su juicio, es algo injusto y tiene un impacto negativo en el mundo rural.

Impacto ambiental

María Fernández es licenciada en Ciencias Ambientales y ha podido corroborar que el impacto que causan los aerogeneradores en el medioambiente es real. Ha trabajado en distintos proyectos relacionados con la conservación del medio natural, entre ellos, la evaluación del impacto ambiental de varios parques eólicos cercanos a la capital de la provincia. «Cuando he ido a hacer algún censo o estudio me he encontrado con gente de los pueblos que me cuenta que cuando va a andar por las pistas de los parques se encuentra con buitres muertos», asegura la técnico ambiental. Fernández manifiesta que cualquier infraestructura tiene un impacto: «Los aerogeneradores afectan especialmente a las grandes rapaces planeadoras como los buitres leonados. Se mueven aprovechando las corrientes de aire y su morfología no está adaptada para hacer grandes cambios de movimiento para esquivar las aspas de los molinos».

Los aerogeneradores afectan especialmente a las grandes rapaces planeadoras como los buitres leonados

En la misma línea, Carlos Palma se refiere a los molinos como «aerogeneradores killer». Según sus palabras, existen unos informes para evaluar el impacto medioambiental de los parques eólicos, se denominan ‘Planes de Vigilancia Ambiental’, sin embargo, están «pagados» por las propias promotoras eólicas. «Ya sabemos cómo funcionan esos planes, son absolutamente un fraude. Son la gran coartada para justificarlo todo ante la administración», denuncia Palma.

Impacto turístico

Según los agentes sociales, el impacto negativo de los molinos no se limita sólo al medio natural, sino que también afecta al turismo. Javier Morala, además de regentar una posada, también es el presidente de la Asociación de Turismo Rural de las Merindades. Opina que la omnipresencia de aerogeneradores puede ser una de las causas por las que el turismo no acaba de despegar en Burgos a pesar de los grandes esfuerzos que lleva haciendo la Junta desde hace muchos años. «En Castilla y León se ha hecho mucho hincapié e inversiones para ser líderes en turismo de naturaleza. Sin embargo, ahora se cambia totalmente la perspectiva y pasamos de ser un entorno natural a uno industrial. Evidentemente, los aerogeneradores y las líneas de alta tensión tienen muy poco de natural», relata Morala.

Esas son algunas de las razones por las que el Ayuntamiento de Medina de Pomar también ha presentado alegaciones contra el proyecto de parque eólico denominado como ‘El Pico de la Iglesia’, una central eólica formada por 14 aerogeneradores que afectarán paisajísticamente a los términos municipales de Medina de Pomar, Merindad de Cuesta-Urria, Trespaderne y el Valle de Tobalina. «Nuestro modelo de desarrollo es incongruente con los molinos que nos quieren colocar. Limita nuestra capacidad de desarrollo en los aspectos que creemos que son el potencial de Medina. Es el caso del turismo medioambiental, responsable y deportivo, esto nos rompe completamente», declara Jesús Puente, el concejal portavoz del Ayuntamiento.

Nada más llegar, los clientes se sorprenden con el volumen de molinos que hay

En el caso de Medina de Pomar, el turismo no es el único sector afectado. Según las palabras del concejal, los nuevos aerogeneradores estarían demasiado cerca del aeródromo de Medina de Pomar y podrían limitar las maniobras de vuelo de las aeronaves. Actualmente esas instalaciones se utilizan en la lucha contra incendios, aunque Puente no descarta que en un futuro se puedan utilizar también para realizar vuelos recreativos: «Los nuevos aerogeneradores van en contra de usar un servicio como el del aeródromo, para nosotros es interesante tener esa infraestructura».

Impacto Económico

Es común que las empresas promotoras hagan referencia a la generación de empleo y riqueza que los parques eólicos revertirán al mundo rural para convencer a su población. Algo que Carlos Palma, Javier Morala, Jesus Puente y Alberto Díaz no se terminan de creer. “Son empresas especializadas que vienen de fuera, no es que vayan a contratar al albañil del pueblo”, sostiene Palma, de la Mesa Eólica Merindades. En la misma línea, Puente asegura que son parques “centralizados y automatizados”, con una mano de obra muy escasa y especializada una vez que finaliza el proceso de construcción.

Son empresas especializadas que vienen de fuera, no es que vayan a contratar al albañil del pueblo

Alberto Díez reconoce que los aerogeneradores sí que suponen una buena fuente de ingresos para las administraciones locales, aunque manifiesta que es necesario que esa riqueza revierta en el modo de vida de los vecinos. A su juicio, en Valdeporres no se está viendo ese efecto de los ingresos en el modo de vida de la ciudadanía. Si ponemos la lupa en el histórico de los presupuestos municipales de la Merindad de Valdeporres que se puede comprobar en el portal web ‘foro-ciudad’, podemos observar que en 2001 sus ingresos patrimoniales –aquellos ingresos que proceden de la explotación de los bienes que constituyen el patrimonio de los entes públicos- eran de apenas 58.418€. Una cifra que ascendió hasta los 470.627€ en 2004, un incremento de más del 700% coincidiendo con los años en los que se instalaron sus parques eólicos.

El concejal de Hacienda de Medina de Pomar reconoce que para algunos municipios sin grandes recursos económicos, esto puede ser «una perita en dulce»: «Trae recursos para los Ayuntamientos, aunque eso no significa que puedas estimular el desarrollo. ¿Qué haces? ¿Gastarlo en mantenimiento, alguna inversión pública, arreglo de carreteras? ¿Pero eso trae desarrollo per se?» Puente calcula que la implantación del parque de ‘El Pico de la Iglesia’ podría sumar a las arcas municipales de Medina de Pomar una cantidad cercana a 80.000 o 120.000€ anuales. Aunque justifica que, con un presupuesto total de casi 9.000.000€, no compensa «hipotecar todo nuestro futuro por unos ingresos que tampoco van a provocar un cambio fundamental».

Impacto cultural

Medina de Pomar no es el único municipio burgalés que tiene iniciativas de futuros parques eólicos. Valdeporres, a pesar de contar ya con 5 centrales eólicas en activo, tiene dos nuevos proyectos en marcha. Uno de ellos es el de ‘Estaca de Trueba’, un nuevo parque situado en un paraje natural que podría comprometer una serie de yacimientos arqueológicos de gran valor cultural. Eduardo Saiz-Maza es arqueólogo y ha trabajado en varios proyectos en las Merindades. Destaca que en el término en el que se quiere instalar ese parque hay un poblado de la edad de hierro muy paradigmático del proceso de inmersión romana, «un caso único en el norte de Burgos». Saínz-Maza piensa que el nuevo parque podría afectar a estos yacimientos, ya que para colocar los molinos hay que hacer grandes excavaciones y es necesario remover la tierra para soterrar los cables con los perjuicios que todo eso podría causar al yacimiento.

A pesar del cierre de la central nuclear de Garoña, la provincia continua siendo una provincia exportadora de electricidad para el resto de España. Burgos se ha convertido en la provincia mejor ventilada del país por la gran concentración de aerogeneradores que se han ido instalando durante los últimos 25 años. Los agentes sociales no están en contra de la energía eólica, reivindican un mayor control y proponen otras alternativas. En el momento en el que entrevistamos al presidente de la Asociación de Turismo Rural de las Merindades, Javier Morala, tenía un panel solar en su tejado que estaba generando 13kw. «Simplemente multiplica los metros cuadrados de tejados que hay en España para calcular los parques eólicos que nos podríamos ahorrar», manifiesta Morala. Jesús Puente apuesta por explorar la generación de electricidad mediante biomasa: «Tendría un valor social más intenso, ayudaría a mantener limpios los bosques y con eso se podría alimentar la térmica». Palma, Morala y Fernández también coinciden en la necesidad de hacer un uso más responsable de los recursos energéticos para limitar al máximo el impacto medioambiental.

 

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