Si hay una industria que está experimentando en los últimos tiempos el efecto del avance de la tecnología y de la conectividad esa es la industria de la televisión. La demanda de contenidos “a la carta”, el desarrollo de nuevos patrones de consumo como la reciente moda del consumo de series o el propio avance de la fibra óptica que ha derivado la transmisión de la televisión del satélite al cable han provocado la fusión de los sectores de la telefonía, la televisión y la producción de contenidos audiovisuales. Como consecuencia de todo ello, interesantes operaciones empresariales se están produciendo no solo a escala nacional, sino a nivel global. Sin embargo, este es tan solo un proceso que no ha hecho sino empezar.

 

En los últimos años, hemos asistido a varias operaciones que no son sino el punto de partida de este proceso. A nivel nacional, Telefónica adquirió Canal+ al Grupo Prisa. Como consecuencia, nacía la primera compañía multimedia del país que, al negocio tradicional de telefonía e internet, sumaba ahora el negocio audiovisual. Sin embargo, el crecimiento de la nueva marca (Movistar+) no quedaba ahí, haciendo una apuesta por la producción propia de contenidos a través de un nuevo catálogo de series de producción propia con las que se pretende competir con Netflix y un nuevo canal de televisión con contenido original (#0).

 

 A nivel global, la situación no es muy diferente. Si ponemos la vista en el continente americano, dos operaciones empresariales merecen nuestra atención. La primera de ellas es la compra por parte de AT&T (la Telefónica de Estados Unidos) del Grupo Time Warner que produce canales de televisión como CNN, Cartoon Network o TNT y que tiene la productora cinematográfica Warner Bross. Esta compra ha sido recientemente autorizada por los tribunales norteamericanos tras una demanda del Gobierno Trump donde se defendía que dicha operación era perjudicial para la libre competencia en el sector. La fusión de ambas empresas permitirá crear un gigante audiovisual con negocio en telefonía, televisión de pago y producción de contenidos.

La segunda operación empresarial hace referencia a la venta del Grupo 21st Century Fox. Su dueño hasta ahora era el magnate Rupert Murdoch. Este Grupo incluye todo el negocio audiovisual del Imperio News Corporation con marcas como las cadenas Fox, National Geographic y Fox News o la productora de cine 20th Century Fox. Por la venta de este grupo se pelean dos gigantes: Disney y Comcast.

El primero de ellos es sobradamente conocido a nivel mundial por la producción de películas infantiles, pero también por ser el dueño de una de las principales cadenas de televisión en abierto en Estados Unidos: ABC. El segundo de ellos produce la cadena norteamericana NBC y es dueño de los estudios Universal Pictures.

Aunque todavía se desconoce el devenir de esta operación, dado que la oferta inicial que parecía definitiva por parte de Disney se ha visto amenazada por la nueva oferta de Comcast, lo que sí que parece seguro es que se avecina una época de profundas transformaciones en el sector de la televisión.

En los próximos años veremos a dónde nos lleva la tecnología, pero resulta indudable que ha surgido una nueva industria del entretenimiento que no entiende de tecnologías concretas ni de soportes específicos y que solo tiene un fin: acompañarte en cada momento de tu vida diaria.

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