Los últimos meses hemos asistido al desarrollo de una de las operaciones financieras que más trascendencia puede tener para el mercado y la competencia española: Me estoy refiriendo al proceso de OPAs a los que se está enfrentando Abertis desde hace unos meses. A pesar de la información actualizada que se publica en los medios de comunicación, he echado de menos en todos ellos un análisis detallado de qué implicaciones tiene esta operación y una explicación clara sobre qué está sucediendo exactamente. Por ello, y especialmente para aquellos que no conocen nada al respecto, me propongo analizar y acercar al lector “profano”, los entresijos de esta transacción.

Empecemos por el principio, ¿qué es Abertis?

Abertis es una empresa multinacional con nacionalidad española que se caracteriza por incluir entre sus activos, elementos estratégicos para nuestro país. Su cartera de empresas incluye tres activos muy relevantes, y que surgen en gran medida de las relaciones de la empresa con el Estado a través de concesiones o privatizaciones:

  • Autopistas: Abertis es el concesionario (es decir, los señores que se encargan de construir, mantener, y cobrar el peaje) de la gran mayoría de autopistas de peaje de España, y de muchas otras en países de Europa y América.
  • Cellnex: Abertis es dueña del 34% del capital de Cellnex. Esta empresa es el principal operador de infraestructuras de telecomunicaciones en Europa, es decir, es el dueño y gestor de la mayoría de repetidores que permiten que llegue las señales de teléfono, radio y televisión hasta nosotros. Muchos de sus activos en España proceden de la privatización de las infraestructuras de la antigua Retevisión, como el conocido “pirulí” de RTVE (Torrespaña).
  • Hispasat: Esta empresa, privatizada durante los años 90, es la dueña de los principales satélites “made in Spain” que transmiten la señal de televisión y radio a muchos puntos de Europa, América Latina y el norte de África. Muchos de sus satélites tienen, además, fines militares y estratégicos.

Como podéis ver, se trata de un grupo con negocios muy importantes, y sobre todo, muy estratégicos para España, en cartera. Por tanto, esto hace más delicado si cabe que muchos de estos activos acaben en ciertas manos. Y es que, todavía se recuerda con escozor lo dañino que ha sido para España que el gigante español de la energía, Endesa, una empresa estratégica para diseñar la política energética de la que España carece, acabase en manos italianas y con un negocio muy mermado y en claro declive.

¿Por qué surge el problema de las OPAs sobre Abertis?

La empresa italiana Atlantis, que también tiene como negocio principal la explotación de autopistas, se interesó este otoño por comprar Abertis, ya que incorporar el negocio de la firma española a su balance le permitía crecer exponencialmente en su negocio a nivel internacional. Por ello, han lanzado una OPA (oferta pública de adquisición de acciones, que permite a una empresa comprar las acciones de otra empresa que cotice en bolsa) con el objetivo de absorber Abertis.

Sin embargo, al comprar Abertis, los italianos no solo están comprando las concesiones de las autopistas, sino que también están adquiriendo la mayor parte de nuestros activos de telecomunicaciones y satélites militares con información muy sensible. Esto no ha gustado nada al Gobierno, quien está tratando de paralizar la operación a través de diversos impedimentos legales… y a través de una “contraopa” lanzada por ACS, la constructora de Florentino Pérez.

Y aquí es donde surge la discordia, porque el plan que se trata de poner en marcha es que ACS, que en diciembre lanzó otra OPA sobre Abertis, compre la empresa española de autopistas y satélites frenando los planes de la italiana Atlantia. Todo ello bajo el amparo del Gobierno de Mariano Rajoy.

Como ACS no va sobrada de dinero precisamente, esta ya ha señalado que si finalmente se hace con el control de Abertis, podría vender los negocios de Cellnex (Telecomunicaciones) e Hispasat (Satélites), quedándose solo con el negocio que le interesa: las autopistas. Y es que Florentino Pérez construiría así las autopistas, a través de ACS, y posteriormente las explotaría, a través de Abertis.

Por otra parte, existe un problema adicional, que radica en la propiedad de Abertis. El 78% de su capital cotiza en bolsa, es decir, puede ser comprado y vendido libremente en el Ibex 35, por lo que sus accionistas disponen de total libertad para enajenar sus acciones a quien consideren oportuno y cuando consideren oportuno. La mayoría de este capital pertenece a fondos de inversión que buscarán, en su momento, maximizar la rentabilidad de su inversión en Abertis. El 22% restante está en manos de “La Caixa”, que tampoco ha indicado claramente si desea continuar como accionista de Abertis o acudirá a alguna de las ofertas. La estructura de su capital es, por tanto, propicia a transacciones y no existe ningún socio de peso que pueda frenar la operación negándose a acudir a ninguna de las dos ofertas.

FUENTE: Cinco Días

¿Cuáles son las consecuencias de las OPAs para el ciudadano de a pie?

En primer lugar, si la italiana Atlantia comprase Abertis, estaríamos ante un caso peor que la compra de Endesa por Enel: gran multitud de activos estratégicos quedarían fuera del control de España y nuestro país perdería capacidad de decisión sobre los mismos. Esto, a medio plazo, implica un empobrecimiento de España y una menor capacidad de gestionar los elementos estratégicos del país en favor del interés general.

Pero tampoco parece mucho mejor la opción de ACS, y explico a continuación por qué. Como he mencionado, el interés de ACS en Abertis radica en la explotación de su negocio de autopistas. Sin embargo, muchas de estas concesiones, y especialmente las más jugosas como la AP-7, la AP-2, la AP-68 y la AP-4 terminan sus concesiones en un plazo de ocho años como máximo. Tras la finalización de este plazo, el Gobierno tiene dos opciones: la primera es renovar la concesión y permitir a Abertis seguir cobrando peaje en esas autopistas a cambio del pago de un canon anual al Estado, pero la segunda es que esas autopistas reviertan al Estado y pasen a ser gratis y accesibles para todos los usuarios sin coste directo alguno. Hasta el año pasado, y especialmente en casos como en el este de España, donde la mayoría de autopistas lo son de peaje, el Gobierno se ha comprometido a no renovar las concesiones una vez estas venzan. Pero si el comprador es “el amigo Floren”, quien va a endeudarse considerablemente para llevar a cabo la operación y espera obtener una rentabilidad de la misma, probablemente el Gobierno en otra de sus “medidas de apoyo” a la OPA de ACS, opte por renovar estas concesiones vencidas y que todos los ciudadanos sigamos pagando peaje en estas autopistas, lo que resultaría muy negativo para el interés general.

FUENTE: La Vanguardia

Además, cabe preguntarse en manos de quién terminaría los negocios de Hispasat y Cellnex si ACS compra Abertis pero se deshace de todo lo que no sean autopistas. Aunque en este sentido, empiezan a surgir movimientos en el mercado ya que Red Eléctrica Española (REE) ha manifestado su intención de comprar Hispasat si ACS se deshiciera de la sociedad de satélites.

Mi conclusión

Desde mi punto de vista, ninguna de las operaciones planteadas sobre Abertis es positiva para el ciudadano. Desde luego, sería una muy mala noticia para la economía española asistir a un caso Endesa II, si Atlantia se acabase haciendo finalmente, con el control de Abertis. Pero tampoco creo que ACS sea la solución al problema, especialmente por las posibles consecuencias que acabamos de mencionar. Más allá de estas consideraciones, es el mercado, y en particular los dueños de Abertis los que deben tomar la decisión de a quién venden sus acciones, pero también es obligación del Gobierno velar por que el rumbo Abertis, independientemente de quién sea su propietario, no afecte negativamente a nuestra economía, a nuestra sociedad, y en definitiva, a nuestro país.

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