La Asociación de Geógrafos de España publicó recientemente un informe en el que destacaba el despilfarro en obra pública de los últimos años. Según el documento, la Administración ha invertido más de 81.000 millones de euros en “infraestructuras innecesarias, abandonadas, infrautilizadas o mal programadas”, en los últimos 20 años.

Un claro ejemplo de este tipo de instalaciones son los múltiples aeropuertos que practicante en desuso perviven diseminados por el territorio nacional. Es el caso del aeropuerto de Ciudad Real, proyectado en los años noventa para una ciudad de poco más de 76000 habitantes.

La ciudad de Londres cuenta con aeropuertos como Gatwick o Stansted además del principal, Heathrow. En París hay hasta tres aeropuertos, y lo mismo pasa en otras grandes ciudades europeas. El aeropuerto de Ciudad Real se presentó con ésta filosofía como un segundo aeropuerto de la ciudad de Madrid, destinado a compañías de bajo coste. Sin embargo, la ampliación de Barajas (actualmente Aeropuerto Adolfo Suárez), truncó esta salida.

Durante un tiempo operaron un puñado de compañías en el aeropuerto manchego, ofreciéndose un total de cuatro destinos nacionales y dos internacionales. En 2011 cesaron los vuelos comerciales y en 2012 se cerraron las instalaciones a los operadores privados. En 2016 el aeropuerto pasó a ser propiedad de la sociedad CR Internatinal Airport, que actualmente figura en la lista de morosos de Hacienda.

El lunes 21 de mayo dos aviones operados por la compañía aragonesa Air Horizont partieron del aeropuerto de Huesca – Pirineos con destino Lugo. Tenía lugar en la ciudad gallega el partido que otorgaría el ascenso a la Sociedad Deportiva Huesca. No era lo habitual en ese aeropuerto, pues registra una media de 0’26 pasajeros al día.

Abierto para aviones sin motor en 1931, el aeropuerto oscense recibió numerosos vuelos comerciales entre 2007 y 2011. La aerolínea Pyrenair ofrecía vuelos a diversos destinos nacionales y a Lisboa durante la temporada de esquí, mediante un acuerdo con Air Nostrum. La reducción de las altas subvenciones que recibía la empresa provocaron su cierre en 2011.

Las compañías Monarch y Thompson también ofertaron vuelos a Londres-Gatwick desde Huesca, pero tras su cese, el de Pyrenair, y el de la escuela de pilotos TopFly, el aeropuerto quedó totalmente desierto. Se espera que el ascenso de la SD Huesca y la escuela de pilotos Airways Aviation impulsen la actividad del aeropuerto de la capital oscense.

Pyrenair también operaba desde el aeropuerto de Lérida–Alguaire, el cual tampoco termina de consolidarse. En la actualidad tan solo se mantiene una ruta a Palma de Mallorca operada por Air Nostrum, si bien se ofrecen otros vuelos a Baleares y a Inglaterra de manera estacional.

Uno de los casos más conocidos de aeropuerto desierto es el de Castellón. El aeródromo llegó a costar 150 millones de euros y fue inaugurado en 2011. Tras varios años vacío y con un futuro incierto, las instalaciones lograron acoger cerca de 150000 pasajeros en 2017, con cuatro destinos internacionales.

Tener un aeropuerto en tu ciudad o provincia fue durante años el capricho de numerosos dirigentes políticos, y a día de hoy, nos encontramos con 13 aeropuertos innecesarios que nos cuestan 70 millones al año. Por algo se dice que el dinero vuela.

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