Kurdistán es una región con el territorio repartido en cuatro estados: al norte, Turquía; al sur, Irak; al este, Irán; y, al oeste, Siria. Al final de la Primera Guerra Mundial, cuando Francia y Reino Unido se dividieron el Imperio Otomano, prometieron al pueblo kurdo un estado propio, pero a pesar de que son una de las mayores minorías étnicas sin estado, llevan más de un siglo peleando por la autodeterminación. Aún así, el gobierno de Erbil, la capital kurda, tiene cierta autonomía politico-administrativa en el norte iraquí. Después de conseguir el auto-gobierno a principios de los años 90, la Constitución Iraquí de 2005 reconoció la región como autónoma, es decir, con su propio ejercito, Parlamento y el poder de controlar sus fronteras. Sin embargo, las autoridades kurdas han comenzado un proceso de independencia con la celebración de un referéndum el pasado lunes 25 de septiembre.

La celebración del referéndum

El presidente kurdo, Masoud Barzani, celebró el pasado 7 de junio una reunión a la que asistieron otros altos funcionarios de su gobierno, miembros de otros partidos y diferentes organizaciones políticas. En ella, se confirmó que la celebración del referéndum para la autodeterminación iba a tener lugar el día 25 de septiembre de 2017. A pesar de que el Tribunal Supremo de Irak suspendiese la consulta, se realizó según lo previsto, ya que debido a la autonomía que posee esta región el Primer Ministro Iraquí no tiene potestad real dentro de la misma.

La votación, que estuvo disponible en los idiomas kurdo, árabe, turco y siríaco, presentó la pregunta “¿Quieres que la región del Kurdistán y las zonas de Kurdistán fuera de la administración de la región se conviertan en un Estado independiente?”. Según los resultados publicados por el gobierno kurdo ayer, hubo alrededor de un 70% de participación en la que más de un 90% votó a favor de la separación. No obstante, estos resultados no implican una declaración inmediata de independencia, ya que el presidente Barzani ha recalcado en varias ocasiones que su idea era celebrar un referéndum y posteriormente negociar con Bagdad.

Tensión internacional

La celebración de la consulta y, sobre todo, la victoria del “sí”, ha causado un gran rechazo en la comunidad internacional. En primer lugar, el gobierno de Bagdad afirma que el referéndum viola la Constitución, para la cual la unidad territorial es sagrada. Tras saber el resultado, el parlamento Iraquí autorizó el despliegue de tropas para tomar el control de todos los pozos petrolíferos en territorio kurdo, además de la detención de los funcionarios responsables de la organización de la consulta, lo que ha producido un gran aumento de la tensión.
El resto del área también se opone a la independencia: Irán, ha amenazado con cerrar la frontera; Turquía, está estudiando sanciones comerciales e incluso enmiendas militares; y hasta Estados Unidos, Rusia o la Organización de Naciones Unidas han hecho público su rechazo. El único país que ha respaldado la decisión kurda ha sido Israel, quien “apoya los esfuerzos legítimos del pueblo para alcanzar su propio Estado”, según ha declarado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

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