La masacre de Srebrenica de 1995, también conocida con el término “genocidio”, fue el asesinato de aproximadamente 8000 musulmanes en la región de Srebrenica, Bosnia. Durante la Guerra del mismo país (1992-1995), varias unidades del ejército nacional, el cual estaba al mando del general Ratko Mladić, llevaron a cabo el genocidio. Tras los Acuerdos de Dayton con los que concluyó la guerra, Srebrenica quedó ubicada en la región llamada República Srpska, donde vive el 90% de la población serbia de Bosnia. Y la motivación de los genocidas era hacer una limpieza étnica, mediante la eliminación de los hombres bosnios musulmanes. Aunque la mayoría de víctimas estaban entre los 12 y los 60 años, también se acabo con la vida de niños, adolescentes y ancianos. Ahora mismo la ciudad tiene poco más de 15.000 habitantes, menos de la mitad de los que tenía antes del suceso.

Reconocida como la peor matanza en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, el proceso de los responsables se ha demorado más de veinte años, liderado por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY). En 2011, después de haber estado huyendo 16 años, el último fugitivo del Tribunal fue detenido: Ratko Mladic. Declarado culpable por 10 de los 11 cargos en su contra, entre ellos crímenes de guerra y contra la humanidad (por asesinato, persecución, terror, secuestro y actos inhumanos, entre otros), la sentencia final ha sido condena perpetua. Mientras se leía la sentencia, el acusado solicitó un aplazamiento, alegando que había sufrido una subida de la presión arterial, y fue expulsado de la sala. Alphons Orie, presidente de la sala, dictaminó “había conspirado para que los musulmanes bosnios, y los croatas bosnios desaparecieran de Bosnia Herzegovina y lograr así un territorio serbio homogéneo”.

Ratko Mladic es expulsado del Tribunal.

Finalmente, por su parte, Mladic sigue sosteniendo que no ordenó el genocidio, sino que las tropas actuaron por su cuenta. Radovan Karadzic, expresamente serbobosnio y jefe directo de Mladic entonces, fue condenado el año pasado a 40 años de cárcel. Entre los 161 acusados del TPIY, por lo menos más de la mitad eran serbios, 14 croatas, 4 musulmanes bosnios, 5 kosovares y dos macedonios. Otros 19 fueron absueltos y aproximadamente 20 murieron durante el proceso.

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