Una vez más, se abre el debate sobre la posesión de armas en Estados Unidos. Este miércoles, un antiguo alumno del Instituto Marjory Stoneman Douglas abría fuego contra los estudiantes de este mismo centro del sureste de Florida, en la localidad de Parkland. Según las fuerzas de seguridad, de las diecisiete víctimas doce fueron asesinadas dentro del colegio, tres en el exterior y otros dos alumnos fallecieron en el hospital. Además, se han contabilizado por lo menos medio centenar de heridos.

La masacre comenzó alrededor de las dos de la tarde hora local, poco antes de que terminasen las clases. El instituto Stoneman Douglas es uno de los más grandes de la zona, con más de 3.000 alumnos. En el momento en el que el homicida comenzó a disparar, los estudiantes de entre 14 y 20 años comenzaron a grabar y filtrar imágenes de lo que estaba ocurriendo, mostrando escenas de pánico y terror. Inmediatamente, la escuela activó su código rojo de emergencia y la policía fue evacuando a todas las personas. «Es una situación terrible, un día horrible para nosotros», aseguraba Robert Runcie, director de escuelas de la zona.

Los servicios sanitarios trasladan a los heridos a los hospitales más cercanos.

La búsqueda del atacante duró más de una hora. Según el alguacil del condado, Scott Israel, un sospechoso fue detenido y se cree que actuó en solitario. El supuesto agresor es Nicolás Cruz, de 18 años y ex alumno del centro. Según varios medios locales y alumnos, el sospechoso tenía prohibida la entrada al colegio por amenazas a otros estudiantes. Un compañero de clase aseguró a la cadena WSVN que era un «chico problemático», y que solía alardear de las armas que poseía.

Alumnas del colegio, a salvo después del tiroteo.

El presidente estadounidense, por su parte, ha lamentado por Twitter lo sucedido, enviando sus condolencias a las familias de las víctimas. «Ningún niño, profesor ni cualquier otra persona debería sentirse inseguro en un colegio estadounidense».

Este tiroteo ha sido el cuarto que se produce en centros escolares del país en lo que va de año. Este mes se ha producido otro en California, y en enero dos en Texas y Kentucky, respectivamente. El senador demócrata Chris Murphy, uno de los iconos de la lucha por la regulación de las armas de fuego, se ha vuelto a pronunciar después de este suceso: «Esto solo ocurre en EE.UU, como consecuencia de nuestra inacción. Somos responsables de un nivel de atrocidad masiva en este país que no tiene parangón».

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