La última Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF) nos ayuda a entender la situación particular de la prensa en España marcada por la extrema derecha tanto antes como después del inicio de la crisis del coronavirus.

El pasado mes de abril Reporteros Sin Fronteras presentó su clasificación anual sobre la libertad de prensa donde España vuelve a aparecer en el puesto 29 y, por lo tanto, dentro de los países con una situación satisfactoria. El primer puesto con la mejor situación de libertad periodística es para Noruega, mientras que a la cola estaría Corea del Norte ocupando el puesto 180.

Aunque dentro de esta clasificación España no aparece en los grupos con una situación grave, tenemos varios frentes abiertos que en el futuro pueden acarrear grandes retrocesos. Durante el 2019 los mayores ataques contra la prensa han estado determinados por el ascenso de VOX en las instituciones. Durante la campaña para las elecciones del 10-N se notificaron a grupos de simpatizantes de dicho partido que promovían linchamientos a periodistas tanto a través de las redes sociales como acosándoles físicamente cuando iban a cubrir eventos. Además, esta situación se agravó aún más con el veto a determinados medios a asistir a sus actos, hecho que obligó la intervención de la Junta Electoral Central al final de la campaña.

Los incidentes ocurridos en Barcelona a raíz de la sentencia de el procés también supusieron un deterioro en el derecho a la información

Del mismo modo, los incidentes ocurridos en Barcelona a raíz de la sentencia de el procés también supusieron un deterioro en el derecho a la información. Durante dichos altercados fueron constantes los ataques que sufrieron los periodistas tanto por parte de las fuerzas de seguridad con el lanzamiento de pelotas de goma o las detenciones arbitrarias, como las agresiones ciudadanas que llegaron a la violencia física y verbal para impedir que los reporteros pudiesen hacer su trabajo.

Para mejorar el periodismo nacional también debe de ser una prioridad del gobierno la reforma de los órganos de dirección de RTVE, ya que aún encontramos a su cabeza a la administradora provisional única Rosa María Mateo. Asimismo, cabe destacar la necesidad de la derogación de la ley mordaza, tal como prometió el ministro Marlaska.

En la situación actual que nos encontramos, con la aprobación del estado de alarma por el coronavirus, hemos visto como la libertad de prensa, igual que muchos otros derechos, han sido mermados. Sin embargo, ha habido actuaciones por parte de nuestros dirigentes que no han ayudado a mejorar esta situación. Un claro ejemplo fueron las comparecencias en la Moncloa durante las primeras semanas del confinamiento donde vimos como las intervenciones de los periodistas se filtraban de mano de la secretaría de estado de comunicación. Así, ante las quejas de los medios la administración accedió a cambiar el modelo de las ruedas de prensa. Además, cabe añadir que los gobiernos autonómicos también dejaron de lado las necesidades de la prensa como ocurrió con el gobierno la Comunidad de Madrid que, siendo la comunidad más afectada por el virus, estuvo hasta trece días sin convocar una rueda de prensa.

La ultraderecha con su séquito de bots y trolls  intoxican las redes sociales de bulos y noticias falsas

A todo esto, la prensa también se enfrenta a otro virus: la desinformación. El periodismo español se encuentra ante una “infodemia” que nos obliga a todos a estar más atentos que nunca a la información que consumimos. Y es aquí cuando vuelve a aparecer la ultraderecha con su séquito de bots y trolls que intoxican las redes sociales de bulos y noticias falsas que, en muchos casos, también se publican en medios de comunicación. De la misma manera, también atacan directamente a periodistas y a entidades de verificación como Newtral o Maldita, tanto virtualmente como en persona, como cuando una diputada de VOX comparó en sede parlamentaria a Antonio Ferreras y Ana Pastor con la Gestapo.

Ahora es el momento de luchar contra la desinformación y tomar medidas que controlen la difusión de bulos y que ayuden a desintoxicar de noticias falsas los medios. En momentos tan cruciales como los que vivimos necesitamos más que nunca información veraz. No obstante, cualquier medida que luche en contra de esta «infodemia» debe de garantizar al completo la libertad de prensa y de expresión por las que tanto se sigue luchando.

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Un comentario en «La ultraderecha es el mayor peligro para la libertad de prensa»

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