Un dos de mayo atípico en Madrid debido a la usencia de excargos del Ayuntamiento de la Comunidad. El más reciente, el de Cristina Cifuentes, quien declaró que si no se hubiese difundido el video de las cremas en el supermercado, seguiría allí.

La exdirigente explicó que se sentía acosada por el escándalo del máster fantasma y tenía pensado abandonar el cargo pasada la tradicional recepción del Dos de Mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid.

Durante el acto, el Gobierno regional entregó las medallas de la Comunidad y ofreció un vino en su sede, en la Real Casa de Correos, a la que han acudido numerosos políticos, empresarios, representantes de los diferentes credos y miembros de la alta sociedad madrileña.

El anfitrión fue Ángel Garrido, número dos de Cifuentes en el Gobierno y ahora presidente interino del Ejecutivo y también del PP madrileño Garrido solo expuso en su discurso que si él era el anfitrión era porque así lo marca la «normativa autonómica». Únicamente el premiado Alfonso Ussía recordó a la expresidenta porque fue quien «le concedió el premio».

A la ausencia de Cifuentes se sumaron también las de Ignacio González, Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón. Entre los asistentes sí estaban la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado. A Santamaría siempre que se le ha planteado el tema de ir como candidata a la alcaldía o el Ejecutivo autonómico ha respondido que está “a disposición” de lo que diga Mariano Rajoy.

Cerca de ellos dos estaba también la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal. Confirmó a última hora su asistencia, que tiene su importancia ya que fue la principal valedora de Cifuentes en la cúpula de la formación durante las semanas que duró el escándalo del máster. Ambas mantienen una estrecha relación personal al margen de la profesional.

Gallardón y el Caso Lezo

Tan solo un día después de la dimisión de Cifuentes, el Partido Popular vuelve a estar en la portada de los medios de comunicación con otra noticia, ya analizada en el momento en el que dicho escándalo saltó a la prensa.

Ruiz-Gallardón, el que fuera presidente de la Comunidad de Madrid, tendrá que comparecer como investigado por el ‘caso Lezo’. Aunque no lo hará solo, sino que le acompañarán Carlos Mayor Oreja, el que fuera presidente del Canal de Isabel II, y Manuel Cobo, exconsejero de Presidencia.

Los problemas en el Canal de Isabel II comenzaron hace ya unos cuantos años, 17. El pasado año 2001, para ser exactos. Inassa, una empresa colombiana de gestión de aguas buscaba un nuevo socio tras la salida precipitada de Aguas de Barcelona (Agbar), que vendió el 51% de la empresa por apenas 8 millones de euros. El Canal de Isabel II, en aquel momento en manos de Mayor Oreja y con el apoyo de la Comunidad de Madrid de Ruiz-Gallardón, se lanzó a la aventura americana y se hizo con parte de Inassa por 73 millones de dólares, diez veces más de lo que pagaron un solo año antes los colombianos por la misma parte de Agbar.

Pero los problemas no hicieron más que empezar. Ese mismo año el Canal de Isabel II pasó a depender directamente de la Consejería de Medio Ambiente que dirigía Pedro Calvo. De hecho, Calvo y también Juan Bravo, consejero de Hacienda cuya firma fue necesaria para la operación, ya fueron investigados por esta compra en el diciembre de 2017. Pero en aquel momento Gallardón se libró de comparecer porque el juez consideró que el jefe directo de Calvo y Bravo no tenía que saber lo que estaba ocurriendo.

Y ahora, ¿Cuál es el motivo por el que se le llama a declarar?  El juez, apoyado por la Fiscalía Anticorrupción ha decidido tomar declaración a una veintena de investigados después de que ya en 2016, la Fiscalía pidiese al magistrado la declaración del expresidente.

Los sucesores: Aguirre y González

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad justo después del ahora investigado Gallardón, se retiró por un problema de salud de la presidencia de la Comunidad, que pasó a manos de Ignacio González.

Lo que no sabía Aguirre es que esa cesión del puesto significaría la dimisión, de otro de sus cargos, años después. González se hizo con el mando del Canal de Isabel II y lo utilizó, según el auto del juez Velasco que le envió a prisión, para enriquecerse de forma personal y para financiar su partido. González apenas pasó seis meses en prisión por su implicación en el caso Lezo y salió tras el pago de una fianza de 400.000 euros.

Brasil se convirtió en el pozo de González. El Canal de Isabel II compró Emissao, en el país sudamericano, durante la presidencia de González, en 2013, «con el pago de comisiones prohibidas» por un valor de 30 millones de dólares que causaron una «lesión en el patrimonio público madrileño de 25 millones de dólares».

Con la entrada en prisión de González, Aguirre se vería obligada a dejar los cargos que le quedaban: los del Ayuntamiento de la capital. «Me siento engañada y traicionada por Ignacio González. No vigilé lo que debía», afirmaba la hasta entonces concejal del Ayuntamiento de Madrid.

Después de González, llegó la todavía muy presente en los medios Cristina Cifuentes y el escándalo que protagonizó está en boca de medio mundo. Un máster que nunca existió, las cremas en un supermercado y de nuevo, una dimisión. Algo tiene el sillón de la Puerta del Sol para que esto siempre tenga el mismo final.

El PP se hunde en Madrid

El ‘master de Cifuentes es una losa que el PP lleva sobre sus hombros desde que saltase el escándalo el pasado 21 de marzo, y ya ha comenzado a pasar factura a los populares.

Los datos reflejan un serio descalabro por parte del PP, y una subida en escaños por parte de Ciudadanos.Así, respecto a los datos de SIGMA DOS en abril, recogidos entre el 24 y 26 de abril, coincidiendo con la dimisión de la ya ex presidenta Cristina Cifuentes, el PP perdería hasta 16 escaños, pasando de 48 a 32. Escaños que se llevaría Ciudadanos.

Tal y como se desprende de esta encuesta, además, si hoy se celebrasen las elecciones, habría una gran cantidad de fuga de votos.Así, de los votantes del PP, el 27,2% votaría a Ciudadanos, mientras que algo más del 13% se abstendría y al menos un 7% se encontraría en tierra de nadie, en la indecisión.

 

 

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.