Cada país tiene sus fiestas ineludibles: China tiene el Año Nuevo, Brasil el Carnaval de Río, Francia la toma de la Bastilla. A veces ocurre que las celebraciones coinciden en distintos países, como es el caso del 25 de abril en Italia y Portugal. Con 29 años de diferencia, en el mismo día ambos países vivieron el retorno a la libertad tras los regímenes fascistas. Para Italia, el año decisivo fue 1945: mientras la Segunda Guerra Mundial se acercaba a su fin, la Resistencia liberó las ciudades de la ocupación nazi-fascista. En Portugal el momento llegó en 1974, cuando un golpe de Estado incruento (conocido como la Revolución de los Claveles) puso fin a la dictadura iniciada más de 40 años antes. Hoy el 25 de abril es un aniversario significativo para ambos países, que lo celebran como momento fundacional de la democracia y de su identidad nacional.

La Fiesta de la Liberación en Italia

El régimen fascista en Italia empezó en 1922, cuando Benito Mussolini tomó el poder con la marcha sobre Roma. Su gobierno asumió rápidamente las características de una dictadura, con la abolición de las libertades políticas y personales. Cuando su aliado Hitler inició la Segunda Guerra Mundial, Mussolini decidió implicar a Italia del lado de Alemania. Sin embargo, las derrotas en el frente llevaron en 1943 a los angloamericanos a desembarcar en Sicilia y a los dirigentes del régimen fascista a desafiar a Mussolini. El nuevo gobierno italiano declaró la rendición a los angloamericanos, que liberaron el sur de Italia. En cambio, el norte fue ocupado por los alemanes, que pusieron a Mussolini al mando de la «República Social Italiana». Estalló así una guerra civil entre los nazi-fascistas y los partigiani (la Resistencia italiana) que duró hasta la primavera de 1945.

La lucha por la liberación fue larga y agotadora, pero una fecha ha quedado como símbolo. El 25 de abril de 1945, el Comité de Liberación Nacional de la Alta Italia (organización que agrupaba a los movimientos antifascistas) proclamó la insurrección general en todos los territorios aún ocupados por los nazi-fascistas. Los partigiani atacaron los cuarteles fascistas y alemanes, obligando a los ocupantes a rendirse antes de que las tropas angloamericanas consiguieran entrar en las ciudades. Por este motivo, al año siguiente el Gobierno italiano decidió convertir el 25 de abril en fiesta nacional. Hoy el aniversario de la Liberación conmemora el fin de las dos décadas fascistas y el comienzo de la democracia en Italia. Para celebrarlo se organizan actos públicos en todas las ciudades italianas. Asimismo, las autoridades del Estado tributan un homenaje al Soldado Desconocido en memoria de los caídos en las guerras.

El Día de la Libertad en Portugal

29 años más tarde, en 1974, fue el turno de Portugal. El país llevaba 41 años bajo el régimen llamado «Estado Novo», que había sucedido a la dictadura surgida del golpe de Estado de 1926. De 1933 a 1968, el Estado Novo estuvo encabezado por António Salazar, que convirtió Portugal en una dictadura de inspiración fascista. Característica clave del régimen era su política colonial: mientras Europa se enfrentaba al proceso de descolonización, Salazar estaba decidido a mantener el control sobre los territorios bajo dominio portugués. Comenzaron así los conflictos entre el ejército colonial y los movimientos independentistas. Ni siquiera el cambio de mando de Salazar (enfermo desde 1968 y fallecido en 1970) a Marcelo Caetano cambió la situación. Cuando el descontento con la guerra se extendió entre el ejército, un grupo de rebeldes se organizó en el Movimiento de las Fuerzas Armadas, con el objetivo de derribar el Estado Novo.

Tras un intento fallido de insurrección, el MFA decidió organizar un golpe de Estado el 25 de abril de 1974. En la noche del 24 al 25, la canción «Grândola, Vila Morena» de José Afonso dio inicio a la revolución. Al amanecer, los militares habían ocupado casi todas las infraestructuras estratégicas y detenido a la mayoría de los oficiales leales al régimen. Mientras tanto, los ciudadanos habían salido a la calle para demostrar su apoyo a la revolución. En esta ocasión, una camarera regaló un clavel a un soldado rebelde, que lo puso en su fusil. Sus compañeros le imitaron para indicar que no querían disparar, generando el nombre con el que la revolución pasaría a la historia. Esa misma noche Marcelo Caetano se rindió, entregándose al MFA. Hoy los portugueses celebran el 25 de abril como Día de la Libertad, fecha que inauguró la transición a la democracia.

El puente "25 de abril" en Lisboa
El antiguo puente Salazar en Lisboa, rebautizado «25 de abril» tras la Revolución de los Claveles

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