Hace unas semanas os relataba la estancia de Santiago, Estela, Celia y Pablo en Togo el pasado verano. Nuestros protagonistas respondieron a las preguntas de Código Público sobre su experiencia como fisioterapeutas voluntarios en tal país africano. Una manera distinta de pasar los meses estivales que les permitió conocer su profesión y el trato con el paciente de otra forma. Sin embargo, también pudieron descubrir una sociedad y una cultura sorprendentes, en la que la religión y las tradiciones son las protagonistas, aunque también destaca la desigualdad económica y de género. Hemos vuelto a hablar con ellos para conocer más de cerca este remoto país.

¿Cómo era el estilo de vida de un togolés?

Pablo: Por lo que nosotros pudimos conocer, el togolés es una persona tranquila, poco dada a
trifulcas y malos entendidos. Los pilares principales de su vida son crear una familia, el trabajo
(se despiertan en torno a las 5 de la mañana y no tienen hora fija de fin dela jornada laboral) y
la religión. Les encanta conversar e intercambiar contactos y son fieles amantes de la música y
el baile.

Hace relativamente poco tiempo que Togo se independizó de Francia ¿Qué relación se mantiene con este país hoy en día?

Estela: La mayoría de los togoleses están muy conectados, sobre todo en las ciudades, con el resto del mundo, principalmente con Francia. Una gran parte de la población tiene acceso Internet y normalmente pueden escuchar las noticias de Francia. Conocen perfectamente lo que pasa en Europa y están muy actualizados.

¿Cómo es la realidad económica de los togoleses?

Estela: El poder adquisitivo es muy bajo, un salario medio es de más o menos 75 € al mes. La comida y el transporte son muy baratos, por lo que comer todo el mundo come y transportarse suelen transportarse sin problema. Sin embargo el resto de material que viene de Europa es muy muy caro para ellos. Luego por ejemplo nadie tiene nevera, la ropa es muy barata también, las duchas son cubos de agua y evidentemente, lavadora tampoco tienen.

En Lomé, donde estábamos nosotros, todo el mundo tiene agua y electricidad, en los pueblos ya es menos habitual. En nuestra casa se fregaban los platos en dos baldes en el suelo y la ropa la lavabas a mano. El transporte era casi siempre la moto – taxi moto, normalmente era el conductor más dos personas, sin casco.

Aquí estamos acostumbrados a ir a comprar ropa ya confeccionada a tiendas de barrio o de grandes corporaciones ¿Cómo era allí?

Estela: Una opción era comprar ropa de segunda mano, que es prácticamente lo único que venden. Otra opción es comprarte un paño en el mercado, que hay paños de mil colores, y se lo llevas al costurero diciendo el modelo que quieres, y él te toma las medidas y te lo hace. Un paño te puede costar entre tres y cinco euros, depende la calidad, y luego el costurero alrededor de cinco euros.

¿Y en cuanto a la comida…?

Estela: Nosotros teníamos la suerte de que todos los días nos cocinaba la mamá del director y nos hacía bastante comida diferente. Lo más típico son espaguetis con tomate, luego también son muy populares la patata dulce, el plátano frito, el couscous o el maíz. Siempre cuentan con una comida base que no sea cara y luego hay un poco de carne o un poco de pescado, normalmente sardinas, pero muy poca cantidad porque eso ya se les va de precio.

Celia: Tienen una dieta basada en las verduras locales (tomate, pimiento, cebolla y patata dulce), con una buena variedad de platos diferentes y, normalmente, con mucho picante, entre los que
destaca el «fufú» (pasta de maíz/yuca servido con una salsa picante que se come con la mano
derecha). También destacaríamos, sus frutas muy sabrosas, como la piña, papaya o plátanos.

Durante vuestra estancia, ¿tuvisteis ocasión de hacer algo de turismo?

Santi: Los fines de semana tuvimos tiempo para hacer algunas visitas. Fuimos al interior del país, lo más característico de allí eran las cascadas, en una también nos pudimos bañar, e hicimos una visita botánica por el bosque conociendo las diferentes especies de árboles había. Otro fin de semana fuimos más al norte del país. Lo único malo era que era la temporada de lluvias, así que nos mojamos un poco. Visitamos las casas típicas que se llaman Tata Tamberma, que son patrimonio de la Unesco, y son unas casas que siguen habitadas hoy en día. En la misma zona también nos acercamos a una reserva de animales, que antiguamente fue una reserva privada de caza que el presidente tuvo hasta el año 93, pero en la actualidad es parecido a un safari. Hay que decir que en Togo hay muy muy poco turismo.

Cascada en el interior de Togo, uno de los atractivos turísticos que ofrecía el país.

¿Y cómo era Lomé, la capital del país?

Pablo: Era una ciudad ordenada dentro de lo que sería el desorden en Europa, con motos y coches que circulan la mayor parte del tiempo por albero, ya que solo las calles principales se encuentran asfaltadas. Está llena de mercados locales con encanto, donde puedes encontrar muchísimas telas, productos de uso diario en las casas, animales como gallinas… Calles abarrotadas de gente, niños que juegan y corren alegremente y una gran sensación de calma.

Hoy en día en España es muy habitual, pero hace algunas décadas sorprendía mucho ver a gente de color. Los togoleses ¿Estaban acostumbrados a ver personas blancas?

Santi: Vimos muy pocos blancos y a los niños les hace mucha gracia ver a blancos, incluso algunos que no habían visto nunca les daba miedo y se ponían a llorar. A otros no les da miedo pero les llamaba la atención. A veces se acercaban a tocar el pelo de las chicas porque es diferente al de allí.

Sorpresa para los niños, pero también…para los peluqueros.

Santi: Pasó que fui a cortarme el pelo, me costó 500 francos, viene a ser 0,80 € o algo así, y el chico que me cortó el pelo grabó con su móvil todo el corte y al final se hizo fotos conmigo. Fue muy divertido.

¿Qué importancia tiene la religión en la sociedad?

Celia: Religión y afición van prácticamente de la mano, puesto que dedican muchas horas de su tiempo libre y ocio a ir a las iglesias/mezquitas, donde bailan, cantan, se relacionan, llegándose a crear muchos lazos sociales.

Santi: las religiones predominantes son el cristianismo, el islam y las religiones locales de cultos animistas o vudús. Pero está todo muy mezclado, la convivencia entre religiones es buena pero hay cosas que nos llamaron la atención, por ejemplo que los hombres pueden casarse con varias mujeres y también las celebraciones en las iglesias,que pueden durar hasta tres horas.

Los hombres pueden casarse con varias mujeres…¿Qué peso tiene la mujer en Togo?

Estela: La mujer en todo tiene un papel bastante inferior al del hombre. Te vas a encontrar alguna mujer con algún puesto importante de trabajo, las vas a ver vestidas muy guapas, muy elegantes, eligen ellas su ropa, pero a la hora de decidir ,es el hombre el que decide. Es el que decide cuántos hijos va a tener una pareja, por ejemplo. En el país hay muchas infidelidades del hombre respecto a la mujer, ella lo tiene que ver como lo normal, mientras ella siga siendo la mujer principal. En cambio, si ella comete una infidelidad, será mal vista por toda la sociedad que la rodea, por toda su comunidad.

Ellas son las que cargan la mayor parte del peso, que lo transportan en la cabeza, vas a ver a muy pocos hombres transportando peso. Ellas lo hacen desde muy pequeñas, incluso hay muchas niñas que no están escolarizadas. Como anécdota, una enfermera musulmana que trabajaba en nuestro centro nos preguntó que si aquí las mujeres nos podíamos casar solo con un hombre. Le parecía bastante curioso que todas las nos casásemos simplemente con un hombre.

Su objetivo es ponerse muy guapas, incluso hay otra cosa que se hace mucho, que es llevar un collar de perlas alrededor de la cadera tapado por la ropa, que es un símbolo de sexualidad para gustar a su pareja. Allí no vas a ver a un hombre en la cocina, ni fregando los platos, ni poniendo la lavadora, ni poniendo la lavadora (se ríe al darse cuenta de que no tienen tal electrodoméstico), ni nada la casa, es completamente tarea de la mujer.

Motos en Lomé, la capital del país.

Además de las celebraciones religiosas ¿Cómo pasan el tiempo de ocio los togoleses?

Pablo: Una de sus grandes pasiones y aficiones, sobre todo en el mundo masculino, es el fútbol, el cual siguen con bastante asiduidad. Otra cosa que nos llamó mucho la atención fue que, ante la falta de cines o pequeñas salas, había grupos de personas reunidas en mitad de la calle en torno a pequeños televisores que emitían series, películas…

Estela, Celia, Pablo y Santiago pudieron vivir una experiencia enriquecedora, aprendieron la forma de afrontar la vida de los locales pese a las dificultades que tienen, formar parte de un proyecto con vocación de futuro, estrechar los lazos de amistad entre los compañeros de viaje y conocer una cultura diferente. ¿Quién se apunta el próximo verano?

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