En el 40º aniversario de la adhesión de España a la Alianza Atlántica, Madrid ha sido la encargada de albergar la cumbre de la OTAN durante el 29 y 30 de junio.

Tras la primera y última vez que España acogió esta celebración en 1997, este año nuestro país volvió a hospedar a las diferentes delegaciones internacionales, con la intención de debatir los asuntos políticos mundiales que tienen en velo a los participantes.

La reciente guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto que la celebración de esta cumbre es más necesaria que nunca. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, la definió como crucial y detalló que iba a ser la primera vez que se producía una cena euroatlántica; contando con la participación de los 30 miembros de la OTAN y los de la UE que no forman parte.

«La crisis de Ucrania ha puesto de relieve la complementariedad de ambos para dar respuesta a los desafíos de seguridad y eso quedará patente en la cena», explicó Albares.

Madrid afectada

Cuando se pensaba que el teletrabajo había llegado a su fin, Almeida hacía un llamamiento a los madrileños para que abogaran por esta opción siempre que les fuera posible.

Si bien esta celebración es de vital importancia política y podría tener una gran trascendencia internacional, ha supuesto una limitación a la acogida del turismo ante los cierres perimetrales y la ocupación total en reservas de hoteles y restaurantes.

Ante un acontecimiento de tal albergadura, se dispuso de un dispositivo policial de más de 10000 agentes y se procedió a movilizar a 600 personas que cubrirían los servicios de emergencias; las llamadas fueron atendidas en 80 idiomas mediante un servicio de tele-traducción y gracias a una aplicación se podía localizar el lugar desde el que el aviso se había realizado para lograr una rápida actuación.

Los cinco puntos a tratar

La página oficial de la OTAN anunció que serían 5 puntos clave los que se tratarían durante estos días: el refuerzo de la Alianza a largo plazo; el apoyo a Ucrania y cuál sería la respuesta conjunta de la OTAN ante la ofensiva rusa; el lanzamiento del concepto estratégico 2022 (con sus nuevos objetivos y retos; así como que por primera vez abordarán el tema de China); expansión del tratado y la adaptación a las nuevas amenazas tanto tecnológicas como climáticas.

Representates de las delegaciones

Las jornadas

Día 28

A pesar de que el día 29 y 30 fueron los establecidos para marcar la hoja de ruta de los próximos diez años; el día 28 ya se pudieron sacar en claro algunas resoluciones con su primera jornada.

El martes estuvo marcado por la llegada a Madrid de los líderes de las delegaciones, fueron cuatro de ellas con las que Sánchez aprovechó esta jornada para tener reuniones bilaterales: Biden y los primeros ministros de Australia (Anthony Albanese), Nueva Zelanda (Jacinda Ardern), e Islandia (Katrin Jakobsdóttir).

Si bien la primera cita de todas las delegaciones se produjo en la cena celebrada por Felipe VI en el Palacio Real; un encuentro horas antes por parte de Turquía, Suecia y Finlandia dio lugar a un hito histórico. Tras dos horas de debate se produjo el abandono de la neutralidad de Suecia y Finlandia para pedir la entrada como miembros de pleno derecho de la OTAN, a lo que Turquía respondió levantando el veto que había mantenido hasta el momento respecto a este ingreso.

Día 29

La segunda jornada de la cumbre de la OTAN comenzó con la satisfacción de sus miembros ante la unión de Suecia y Finlandia, cuyo apoyo y participación en la Alianza supondrán un inconveniente para Putin.

A lo largo del día, delegaciones como Alemania y Estados Unidos manifestaron su disposición a incrementar su presencia militar y sus estrategias de defensa para brindar un mayor soporte al resto de países. Por su parte, Zelenski participó mediante videoconferencia y alegó la necesidad de ayuda económica y armamentística; a su vez recibió halagos del secretario general de la OTAN ante su fortaleza frente a la guerra.

Por la tarde se procedió a la intervención de los países invitados, entre ellos destacó Japón que mostró su preocupación por la estrecha relación entre Rusia y China; factor que se incorporó a la inquietud que tenían los países por el aumento de armas nucleares de dicho país.

Día 30

En la última jornada de la cumbre, China expuso el inicio de posibles confrontaciones entre bloques tras esta celebración. Tras la jornada del día anterior en la que se situó a China como un asunto clave, esta mostró su descontento lanzando una serie de advertencias en sus medios estatales, así como firmando su oposición al nuevo concepto estratégico de la OTAN por considerarlo un ataque hacia ellos.

Por su parte, el presidente de la Duma Estatal de Rusia, Viatxeslav Volodin, publicó en sus redes sociales que la incorporación de Finlandia y Suecia supondrá una mayor presencia de Rusia en sus fronteras; y denigró al secretario general de la OTAN insinuando su falta de conocimiento geográfico.

A pesar de estos dos altercados, la cumbre finalizó a las 12.15 con la confirmación del resto de países asistentes de la necesidad de un mayor aumento de equipamiento militar, una postura firme ante Rusia; y nuevos acuerdos políticos y militares entre sus miembros.

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