El seguimiento informativo de este tipo de crisis sanitarias es mucho más fácil en la actualidad que en momentos pasados de nuestra historia. Esto mejora nuestra capacidad de reacción y la capacidad de nuestros científicos de hallar, en colaboración, formas de controlar o eliminar la enfermedad. Pero el exceso de información también genera confusión, por ello ordenar toda la información relevante sobre el nuevo coronavirus puede ayudarnos a entender la amenaza.

 

La crónica

El pasado diciembre se detectó en Wuhan (China) una neumonía atípica de origen desconocido, todas ellas relacionadas con un mercado con tráfico de animales vivos. Nueve días después del inicio del 2020 se confirma que 15 de los 59 casos de neumonía atípica son causadas por un nuevo tipo de coronavirus. Al día siguiente tenemos ya su genoma. En un día más, el 11 de enero, sabemos que está relacionado con el virus SARS que causó la epidemia de 2002-2003.

Cerramos la segunda semana de enero con el primer fallecimiento y abrimos la tercera con el establecimiento de un protocolo de detección del virus. Hasta este momento no se tiene evidencia de la transmisión persona-persona, confirmación que llega el día 20. Ese mismo día se confirman cuatro casos fuera de China: uno en Japón, otro en la República de Corea y dos en Tailandia. Se convoca el comité de emergencia de OMS que, tres días después, decide no declarar la emergencia internacional.

La enfermedad es declarada, esa misma semana, como enfermedad contagiosa de tipo B, lo que supone el establecimiento de cuarentena en las fronteras. También queda desarrollado para su comercialización un kit de detección específico para el nuevo coronavirus.

La última semana de enero empieza con 845 casos y 25 fallecidos y con casos detectados en trece países. Todas las infecciones tienen el mismo origen: Wuhan. Se publica el primer informe de transmisibilidad del Imperial College London, el patrón de transmisión es variable. Sin vacunas ni antivirales específicos la única forma de control es diagnóstico y aislamiento. El día 26 de enero termina con mas de 2000 casos y 56 fallecidos. 30 en otros países en otros 12 países. China anuncia que trabaja en la búsqueda de la vacuna. Algunos países plantean las primeras repatriaciones, España entre ellos.

El 27 de enero se dan las primeras altas, hay 51 pacientes recuperados. Se confirma que el virus tiene una fase asíntomática que puede alcanzar los 14 días. Al día siguiente se evidencia el primer caso de contagio persona-persona fuera de china. Ocurren en Alemania y Japón. Los datos sugieren una transmisibilidad pero una baja mortalidad y los análisis genómicos sitúan el inicio de la epidemia el 17 de diciembre. El 30 de enero, el comité de emergencia de la OMS declara la emergencia internacional.

El 2 de enero se registran por primera vez más recuperaciones que fallecimientos. El dia 3 comienzan los primeros ensayos basados en distintas combinaciones de antivirales. El día 5 el número de recuperados dobla al de fallecidos, aunque el virus habrá provocado en unos días más muertes que las producidas en la epidemia del SARS. El día 9 se confirma un caso en Mallorca.

Para el 11 de febrero llegan las nomenclaturas, la enfermedad queda con la denominación de COVID19 (COronoVIrus Disease 2019) y, el virus, con el nombre de SARS-CoV-2. El día 12 ocurre un pico de casos confirmados, es debido a que se establece una nueva forma de diagnostico: ya no solo se confirman por las pruevas de detección de ARN sino que, además, se incluyen los diagnósticos clínicos como las imágenes de pulmón. Este mismo día se cancela el Mobile World Congress.

Llegamos a la octava semana del año con, al menos, 80 ensayos clínicos que buscan un tratamiento efectivo contra el SARS-CoV-2. Esta misma semana se demuestra que el virus no ha sido producido de forma artificial y un ensayo in vitro con dos antivirales resulta efectivo contra este. La comunidad científica condena las conspiraciones sin fundamento y declara su apoyo al trabajo de los científicos chinos.

Llegamos al pasado viernes, 21 de febrero, un día agridulce. Hay un descenso de hospitalizaciones evidente desde el 14 de febrero en China. Sin embargo, Irán confirma 18 casos y 4 fallecimientos. Italia confirma 16 casos y pone a 250 personas en cuarentena, se pide a una decena de poblaciones que permenezcan en sus casas. Corea del Sur confirma un incremento de casos hasta los 200. Los ucranianos evacuados de Wuhan son apedreados por un grupo de vecinos.

El 23 de febrero, el número de recuperados es 10 veces más que el de fallecidos. El 26 se confirma el primer caso en Sudamérica, concretamente en Brasil. Ya hay casos en todos los continentes. Entre los días 27 y 28 los casos en España aumentan y aumenta la preocupación de los organismos nacionales e internacionales. El virus no ha podido contenerse en China, algo clave para sacarlo de la circulación con menor dificultad. La OMS eleva a «muy alto» el riesgo de expansión global del nuevo coronavirus. La preocupación aumenta por los contagios en personas que no habían viajado a las zonas de riesgo.

A día 29 de febrero se han registrado 10 casos de coronavirus Covid-19 en la Comunidad Valenciana, 8 en Andalucía, 8 en Madrid, 6 en las Islas Canarias, 6 en Catalunya, 2 en Castilla y León, 3 en País Vasco, 3 en Baleares y 1 en Aragón. Un total de 46 casos totales entre los que preocupan principalmente dos pacientes de edades superiores a los 60 años.

Los números globales (a la publicación de este artículo) ascienden a 85.406 casos confirmados, 2924 muertes (3,46%) y 39.556 recuperaciones (46,31%). Como comenté en el artículo anterior, los datos pueden seguirse practivcamente en directo esta web.

Los datos

Las siguientes gráficas deben servirnos para poner en contexto los datos de la epidemia. Uno de los problemas ya evidentes es el tratamiento mediático de la enfermedad, lo era cuando los casos estaban concentrados en China y lo es aún más desde que se confirmaron los casos en Italia y España.

En primer lugar, la evolución de los casos de COVID19 confirmados. Es importante remarcar que los casos totales (linea azul) son datos acumulativos. Es decir, suman todos los casos que se han detectado hasta la fecha, incluyendo los fallecimientos y las recuperaciones. Esto es lo que explica que la tendencia siga siendo hacia el aumento. La linea de casos activos (en naranja) muestra una tendencia muy esperanzadora. En los últimos 10 días la reducción de casos activos leves ha sido superior al 21%. Como se observa también en la gráfica, los casos activos graves (en verde) se han mantenido en valores más o menos estables y, actualmente, tienen una tendencia a la baja.Estos descensos se explican principalmente con las recuperaciones (en amarillo) y los fallecimientos (en gris).

Evolución de los casos de COVID19 hasta el 28/02/2020. Elaboración propia con datos de Woldometers.

El pico de casos producido entre el 11 y el 12 de febrero supone un incremento del 600%, pero queda explicado por el cambio en el método de diagnostico. También a destacar que desde el 19 de febrero el número de recuperaciones es mayor que el de nuevos casos.

Los datos sobre esta epidemia, mientras siga en activo, son provisionales. El dato real de infectados, por ejemplo, no va a ser fácil de conocer. Se tardará aún algún tiempo en determinar el alcance total del SARS-CoV-2. Hay que tener en cuenta que se deberá estimar el porcentaje de infecciones subclínicas o no aparentes en la población. Para el estudio epidemiológico completo y sólido serán necesarios kits serológicos específicos que detecten los anticuerpos de este virus. No hay evidencia de que haya una gran cantidad de casos no detectados.

En cuanto a la expansión del virus tenemos que tener en cuenta que algo menos del 95% de los casos han tenido lugar en China. Hay casos en 62 países, pero más del 65% de los países afectados ha tenido o tiene de uno a tres casos. La diferencia la marca el aviso. En Wuhan sabemos ahora que el SARS-CoV-2 comenzó a expandirse el 17 de diciembre sin que hubiera noticia hasta el 9 de enero de la existencia del mismo.

 casos de COVID19 por país hasta el 29/02/2020. Elaboración propia con datos de Woldometers.

 casos de COVID19 fuera de china y por país hasta el 29/02/2020. Elaboración propia con datos de Woldometers.

El SARS-CoV-2 no afecta de la misma forma a todas las personas, se han detectado diferencias especialmente por grupos de edad. La probabilidad de morir por COVID19, según un estudio del 17 de febrero, es del 14,8% en mayores de 80 años, de un 8% entre los 70 y los 79 años y de un 3,6% entre los 60 y los 69 años. Los datos son inferiores al 1,3% en el resto de tramos de edad. destacando que, por debajo de los 39 es del 0,2% y que no se han registrado fallecimientos en menores de 9.

Esta es una infección respiratoria y, por tanto, los fumadores tienen un riesgo incrementado de padecer complicaciones respiratorias en caso de contraer la enfermedad. En China se han detectado más muertes en hombres que en mujeres y esto puede deberse a que el consumo de tabaco está más generalizado en los hombres en este país.

La presencia o ausencia de enfermedades anteriores también pueden ser determinantes a la hora de superar esta infección, según el estudio mencionado. Aumentan especialmente el riesgo de muerte las enfermedades cardiovasculares (un 10,5%), la diabetes (7,3%), las enfermedades respiratorias crónicas (6,3%), la hipertensión (6%) y el cáncer (5,6%).

Las tasas de letalidad se dispara también en condiciones de indisponibilidad hospitalaria. Esta es una de las razones por las que la mayor preocupación de la OMS se centra en los lugares donde los sistemas sanitarios son más débiles. El colapso de los hospitales, como ocurrió en Wuhan, es otra de las causas de esta indisponibilidad hospitalaria. Sobre esto y otras consecuencias de la histeria colectiva en momentos de crisis sanitaria hablaremos en un futuro artículo.

 

Emergencia internacional pero no pandemia, por ahora

Dos palabras que inspiran el terror estos días son pandemia y epidemia, pero estas por sí mismas solo son descripciones que se dan desde los organismos oficiales para definir una enfermedad y activar ciertos protocolos para combatirla.

Una epidemia se declara cuando una enfermedad llega a afectar a una cantidad de población superior a la esperada, en un lugar y un tiempo determinados. Solo podemos hablar de pandemia cuando la epidemia, con estas mismas características, se expande a diversos lugares del mundo.

La OMS declaró la emergencia internacional por el nuevo coronavirus el pasado enero, pero anuncia que no plantea declarar el estado de pandemia. La emergencia internacional implica la adopción de medidas para la detección precoz de la enfermedad, medidas de aislamiento, medidas de rastreo de personas que hayan estado en contacto con personas afectadas o de limitación del contacto social entre otras.

Esta alerta pretende también fomentar la solidaridad con los países más débiles en cuanto a infraestructura sanitaria. El mayor temor de la OMS ha sido desde el principio que la infección llegase a estos lugares. El caso de Irán es especialmente preocupante por esta razón.

La colaboración científica internacional merece también una mención. Se pretende que los procesos de desarrollo de vacuna, tratamientos y métodos de diagnóstico se aceleren. Frente a una gestión muy criticada de la información científica en otras epidemias, esta crisis esta convirtiendose en un ejemplo de lo que la ciencia en abierto es capaz de conseguir. Para esto también dejaré hueco en otro artículo.

 

Fuentes consultadas:

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Un comentario en «(NO) Vamos a morir todos. Parte II: La epidemia»

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