¡ALERTA POP! Carly Rae Jepsen saca nuevo disco en poco más de un mes. Repito: Carly Rae Jepsen saca nuevo disco en poco más de un mes. ¿Cómo, que no sabes quién es? ¿Que todavía piensas en ella como la chica del Call Me Maybe? Pues siéntate y, como diría La Pelopony, “prepárate a sentir”.

Si tuviéramos que hacer una lista de las canciones más pegadizas de la historia, Call Me Maybe estaría probablemente en el primer puesto. Uno de los mayores hits de 2012, consiguió catapultar a Carly Rae Jepsen al estrellato mundial. Y como la discográfica no estaba para perder tiempo (ni dinero), le hizo sacar corriendo el que era su segundo disco, Kiss. Obviamente ninguna de las canciones del nuevo disco alcanzó el estatus de aquel primer single, pero el aspecto con el que más duros se mostraron los críticos fue “la inmadurez de los sentimientos expresados en sus canciones”.

La canadiense tomó nota y decidió ponerse manos a la obra. Tres años después, reapareció en escena con la misma estrategia. Como solo ella sabe hacer, el primer single de esta nueva era fue otra canción absurdamente pegadiza: I Really Like You. Esta vez, además, contaba con un videoclip protagonizado por Tom Hanks y por el que se paseaba Justin Bieber. Pero por ahora Carly seguía siendo nada más que la chica de las canciones que no te puedes sacar de la cabeza. Hasta que llegó Emotion.

 

Ojalá ser el relleno en este sándwich de talento y buenrollismo

Nadie (y cuando digo nadie es NADIE) se esperaba lo que estaba por venir. En tan solo doce canciones, Carly demostraba que nadie comprendía el pop como ella. A todos aquellos que habían dudado de la profundidad de sus emociones, les regaló un disco irresistible sobre todo aquello por lo que puede pasar una persona joven: las ganas de sentirse deseada (Gimme Love), fiestas que hacen olvidar todos los problemas (Making The Most Of The Night) o el éxtasis de un amor a escondidas en el que no puedes dejar de pensar (Run Away With Me, el tema que abre el disco con un mítico solo de saxofón pariodiado hasta la saciedad).

 

Uno escucha Emotion por primera vez maravillado por el hecho de que cada canción es igual de buena, o incluso mejor, que la anterior. Canciones sencillas pero no por ello simples en lo que quieren decir, y en las que deja libre todo aquello que antes no pudo decir. Ella misma se encarga de dejarlo claro en la portada del disco, en la que ofrece una definición del título. Emotion es “un estado natural instintivo de la mente derivado de las circunstancias de uno o sus relaciones con otros. Ejemplo: Ella intentaba controlar su emoción”. Más claro, agua.

Emotion es uno de los discos que más veces he escuchado en mi vida. Lo puedo tener en repetición constantemente sin que me moleste. Es el disco que escucho cuando no sé qué escuchar. Es el disco que escucho cuando sé qué quiero escuchar. Citando a Oprah, “es la madre que nunca tuve, la hermana que cualquiera querría, la mejor amiga que todo el mundo se merece”. Escuchar Emotion debería desgravar en la declaración de la renta y darte puntos extra en el carnet de homosexual.

 

“Mirando a la nada, pensando en el discazo que estoy sacando”

Esta vez, y como no podía ser de otra manera, los críticos cayeron rendidos a los pies de Carly Rae Jepsen. Uno de los aspectos más alabados del álbum fue su fusión con el pop ochentero, lleno de sintetizadores. Hoy vengo a confesar que generalmente la nostalgia ochentera me produce náuses porque: 1) no puedo revivir los 80 si no los viví y 2) me parece que todo aquello a lo que referencia y reverencia es más bien pobre (te estoy mirando a ti, Cazafantasmas).  Disfruté más de Ready Player One que de cualquiera de las películas a las que rinde homenaje. Pero Carly demuestra que la combinación perfecta de lo actual y lo retro no se consigue usando la brocha gorda, porque la perfección está en los detalles. Es que hasta hace que parezca fácil.

Y sin embargo, el gran público se ha olvidado por completo de ella. Es que por acordarse, no se acuerda ni de su nombre. Ni siquiera el editar Emotion: Side B, con 8 de los temas descartados en el proyecto original, le sirvió para atraer mucha atención hacia algo más que sus singles contagiosos. Los que la seguimos no nos cansamos de recomendarla, pero si todavía no he conseguido convencerte de que la escuches, no sé qué más puedo hacer (aprovecho este inciso para pedir perdón a mis amigos por estos 3 últimos años y todos los que me quedan predicando el evangelio de Emotion). Parece que, al menos por ahora, Carly Rae Jepsen seguirá siendo tan solo la chica de los estribillos pegadizos. Mientras tanto, yo seguiré rayando mi disco.

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2 comentarios en «Carly Rae Jepsen o la chica de los estribillos pegadizos»

  1. Me ha encantado tu artículo, como todos los anteriores. Cada día abro esta sección para ver si hay algún artículo tuyo nuevo. Para mí eres una de las grandes promesas del periodismo actual y espero que sigas escribiendo artículos con tanto nivel.

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