¿La música como reflejo de nuestra realidad, o la música como creadora de espejismos donde refugiarse? Love of Lesbian vuelve a traer su espectáculo más íntimo. La mezcla de teatro, musical y concierto que repasa las canciones más especiales de todo su repertorio.

Espejos y Espejismos es conocido ya por los fans de la banda. En 2014 giraron por España con este inusual formato y ahora han vuelto con la segunda temporada.

Nada de mainstream

Desde que se apagan las luces empiezan a introducirte en una historia llena de poesía y magia, donde los músicos consiguen crear en el escenario algo bastante alejado a lo habitual. Su estilo rockero se queda a un lado, en este espectáculo suenan algunas de las canciones menos habituales de su repertorio, las que son pura poesía. Ni John Boy, ni Allí donde solíamos gritar ni Los toros en la Wii, las más populares. Que aunque se echaron de menos solo los temas más intimistas y dramáticos podían causar aquel ambiente único. Muchas de estas canciones cuentan historias que a pesar de haberlas oído antes, solo cobran sentido encima del escenario.

El espectáculo

Todo esto acompañado de una escenografía de la mano de Guillém Albá, que ilustra lo que las canciones recitan. Humo, cajas de cartón, marionetas, zepelines que rompen la cuarta pared y vuelan por las butacas, bolsas de plástico y sombras chinas. Optan por lo analógico y apuestan por la magia que hay en ver cómo se produce el arte.

Sombras chinas
vía Twitter

El tono cómico lo pone el vocalista, Santi Balmes, junto con Julián, uno de los músicos. Las continuas intervenciones de ambos contrastan perfectamente la carga emocional que tiene el espectáculo. Sin quedar forzado ni quedarse cortos. Llenan el escenario de piques entre ellos, menciones a otras bandas del panorama indie, o historias personales que cuentan mucho al público.

Al sonar «El poeta Halley», una canción del disco homónimo, y una de las más especiales, el ambiente se congela y es uno de los momentos más mágicos del concierto. La canción habla de las palabras, de componer un tema, pero su trasfondo social y de denuncia la convierten en una canción de «esperanza», que acaba con un texto que en la canción de estudio suenan en la voz de Serrat. Y como un día dijo el poeta Halley: si las palabras se atraen, que se unan entre ellas, y a brillar, que son dos sílabas.

 

 

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