El 21 de marzo fue el Día Internacional de la Poesía. En una sociedad donde las redes sociales protagonizan el mundo de los jóvenes, parece que también hay cabida para ella.

La poesía, ese conjunto de escuetas palabras que ocupan poco pero transmiten mucho. A través de ella podemos ver cómo a nivel global tenemos muchos sentimientos y sensaciones comunes. Ha sido gracias a las redes sociales que la poesía ha logrado tanta popularidad entre los más jóvenes, convirtiéndose en el mejor aliado para el ritmo de lectura apresurada al que estamos acostumbrados a través de la pequeña pantalla.

¿Hay cierta intrusión por el mundo influencer? Muchos de ellos venden cantidades desorbitadas de libros de poesía sin apenas esfuerzo, gracias a sus followers (y a la gran campaña de marketing que llevan a la espalda). En una ocasión, un miembro de Mueve tu Lengua (editorial), afirmó que en las ventas de libros se nota si los autores tienen redes sociales. Laura Escanes (modelo) es un ejemplo de influencer que consiguió publicar su libro de poesía Piel de letra gracias a su presencia en las redes sociales.

Seguramente hayas navegado por las redes y te hayas topado con fotos de libros de poesías. 2 frases escritas en papel, con un café Macchiato a la izquierda y una pluma a la derecha, al más puro estilo aesthetic y minimalista… Y el marketing está hecho. Puede que incluso te entren ganas de comprarte ese libro de poesía cuando no te ha gustado ¿nunca?

¿Nos gusta la poesía realmente o es por puro postureo? ¿Nos empeñamos los jóvenes en romantizar cada aspecto de nuestra vida?

En un intento de llegar a una respuesta, llego a la conclusión de que la poesía expresa sentimientos y sensaciones que no nos atrevemos a exteriorizar. Quizá este sea el motivo por el que los más jóvenes (los más introvertidos hoy en día) nos decantamos por este tipo de lectura, en la que es la poesía la que se encarga de expresar nuestras propias emociones.

 

«La poesía es el diario de un animal marino que vive en la tierra y espera volar por el aire». Carl Sandburg

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3 comentarios en «¿Pasión por la poesía o puro postureo?»

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