Gracias, de parte de todos nosotros. De corazón. Por prestarnos la expresión exacta para describirnos y descifrarnos en cualquier noche de hastío, por el componente social que a menudo entrañas, capaz de integrarnos en la más absoluta cotidianeidad, por el progreso epistemológico que facilitas, por la reestructuración universal que ordenas. Te lo agradecemos. En serio. Aunque algunos manoseen demasiado las palabras con las que naces, aunque muchos repitan una y otra vez imágenes que algún día, de la nada, se inventaron y que hoy decaen desgastadas. Descoloridas.
Me has dejado turulato. Para escribir así, además de talento, has tenido que leer mucho. Enhorabuena.