Según el calendario, los próximos siete días son ‘la conmemoración cristiana anual de la Pasión de Cristo’, o al menos así es como da definición la Wikipedia al enunciado ‘Semana Santa’. Algunos intuyen en estos días sólo unas vacaciones, una excusa para ausentarse de su oficina y para no madrugar. Otros se limitan a seguir limpiamente la tradición cristiana y rememorar los que fueron los últimos momentos de Cristo en la Tierra, como narran los párrafos de creencia bíblica (la pasión, la muerte y la resurrección). Pero, si volamos hasta el sur, hasta llegar al contorno del Alto Guadalentín y hasta ver dos encumbradas torres apellidadas como ‘Fortaleza del Sol’, podemos diferenciar una manera inaudita de entender la Semana Santa, y sobre todo, de sentirla.

Se esconden tras la arquitectura barroca de Lorca (Murcia) las imágenes que han formado parte de los desfiles bíblico-pasionales durante más de doscientos años. Miles de lorquinos han aplaudido, ovacionado, ensalzado y vitoreado a las vírgenes pertinentes a las diversas hermandades de la ciudad murciana, a excepción de estos dos últimos años, pues el término ‘Covid’ no es compatible con el término ‘celebración’.

 

 

Tras meses de duro trabajo, las cofradías lorquinas, tituladas ‘pasos’ (Paso Azul, Paso Blanco, Paso Encarnado, Paso Morado, Paso Negro y la Archicofradía de Jesús Resucitado) se preparan para solemnizar de la manera más pasional y ardiente la vuelta de los desfiles a las calles de Lorca. 

Cada año, más de 500 personas de cada hermandad dedican horas y horas a cultivar sus esfuerzos para que las procesiones puedan seguir hipnotizando tanto al lorquino como al turista. Este asombro de la población ha dado paso a que la Semana Santa de Lorca sea bautizada como fiesta de Interés Turístico Internacional, reuniendo miles de visitantes los siete días que la calle principal de la ciudad, conocida como Avenida de Juan Carlos I, se transforma en ‘los palcos’. 

 

 

Estos últimos dos años, como no pudo ser de otra manera, los desfiles se vieron afectados por la pandemia mundial de coronavirus, cancelando los icónicos encuentros de los diferentes pasos en las gradas. Pese a eso, el espíritu de los lorquinos, fiel al color de su pañuelo, no se ha desprendido de las ganas de ver de nuevo desfilar a los mayordomos, imágenes y representaciones en escena. 

Para hablar sobre el impacto del virus en las casas de los pasos y de la Ciudad del Sol y toda su Semana Santa, hoy nos sentamos con José María Miñarro, presidente del Paso Azul, y Ramón Mateos, del Paso Blanco.

 

PASO AZUL

José María Miñarro- ‘Se palpa en la calle la ilusión de todo el mundo’

El Paso Azul es una de las hermandades más populares entre la población lorquina. Ya lo preludia José María Miñarro, presidente de la cofradía, al conversar acerca de la cantidad de partícipes que forman parte del proceso del Paso hasta llegar a la arena: ‘Te puedo adelantar que tenemos en marcha, entre todas las comisiones, más de 500 personas que trabajan alrededor del Paso. Nos componemos principalmente de comisiones de trabajo. Está la de San Francisco, que se encarga de todo el cortejo religioso; la de carros y carrozas grandes; la de la Casa del Paso (que es de las que más trabajo tiene); luego la comisión de caballos, pues en nuestras procesiones se ponen en escena más de 200 caballos, etcétera. Sobre esas comisiones gira todo.

Con la ausencia de procesiones causada por la pandemia, Miñarro revela entre algunos de los inconvenientes que ha sufrido el Paso que ‘hay algunas deficiencias, sobre todo con la gente joven, pues se han ido despegando muchos grupos. Pero sinceramente tengo que decir que se está recuperando todo muy bien, con unas ganas tremendas, esperando que llegue el día y que el tiempo nos deje también disfrutar’.

‘Después de dos años, como tú bien dices, con el tema del Covid, se palpa en la calle la ilusión de todo el mundo. La nuestra también, muchísimo. Estoy convencido de que este año va a ser especial porque hay muchas ganas de Semana Santa, sin duda ninguna’ responde el azul al ser preguntado por la manera de prosperar de su cofradía tras el cese de actividad procesional reciente. ‘En cuanto a la pregunta que me hacías, tras estos años de parón de algo tan grande como es la Semana Santa para nosotros se está cogiendo con muchísima ilusión y recuperando lo que forma parte de nuestra historia.’ 

Confiesa José María que, bajo su mirada, esta festividad es tan monumental en Lorca por la esencia de carácter de la Biblia reparada en las puestas en escena, en las cuales ‘mezclamos personajes bíblicos con los cortejos religiosos’. Según defiende, ‘es una mezcla de cultura única, diría yo. Todos esos personajes que salen, con esa espectacularidad que nos caracteriza… Y luego cerramos nuestros cortejos con nuestras imágenes y titulares, en este caso, la Virgen de los Dolores. Por tanto, tiene esa diferencia con el resto y que, sin duda, es algo único.’


Falta cada vez menos para las tan ansiadas procesiones por los lorquinos, que requieren más tiempo de trabajo y esfuerzo de lo imaginable: ‘Tengo que decirte que nosotros lo tenemos ya mentalizado, nos apasiona tanto. Pero no es fácil poner en escena un evento de las características de la procesión azul. No es fácil. Pero como digo es algo que lo tenemos tan adentro que está asumido, aunque es cierto que sacar a la calle estas procesiones no es nada fácil. Te adelanto que es un trabajo de un año entero. Antes era solo un mes antes, pero la Semana Santa ha crecido mucho y es un trabajo indiscutiblemente de un año entero.’

Después de tanto tiempo sin sacar a pasear los pañuelos azules, la cofradía se prepara para vivir la que se vislumbra como una Semana Santa diferente, pero por lo especial que se presenta: ‘Esta Semana Santa va a ser peculiar, seguro, para bien.’

 

 

PASO BLANCO

Ramón Mateos: ‘Una cofradía como la nuestra es un reflejo de la sociedad

Estoy a tu disposición. Vamos al ataque.’ Ramón Mateos, presidente del Paso Blanco, también nota la caricia de la apetencia de Semana Santa en el pueblo.  ‘Esta Semana Santa la estamos viviendo de forma bastante especial. Efectivamente, como tú dices, llevamos dos años de Covid, que no hemos podido salir en las procesiones. Eso no significa que no hayamos estado trabajando, lo hemos hecho, durísimo, muy duro, para ofrecer los mejores estrenos que Lorca haya podido ver nunca, preparar y organizar las mejores procesiones de la historia de la Semana Santa lorquina. Van a sorprender a todos, van a ser únicas, diferentes. Estamos ilusionadísimos, con muchísimo esfuerzo y muchísimo trabajo para preparar la mejor Semana Santa.’

Al preguntarle el porqué Lorca prepondera con esta celebración y los temperamentos que la entronizan como especial, Mateos asiente firmemente: ‘Lo tengo claro. Al final es una simbiosis perfecta entre espectáculo; sacamos una parte de procesión donde ponemos en escena el pasaje del Antiguo y del Nuevo Testamento, representado con caballos y con carrozas, bordados, con cada personaje muy bien representado… Y también contamos con una parte muy importante que nadie se le olvide: religiosa. Tenemos un fervor por nuestras imágenes, en el Paso Blanco en especial por nuestra titular, la Virgen de la Amargura. Eso hace la simbiosis entre espectáculo, cultura, bordado, caballo, religión… hace que sea única. Recomiendo que se venga a visitar porque no hay otra igual en ningún sitio del mundo.

No podemos pasar por alto en nuestra conversación la colisión y huella que el Coronavirus ha dejado, diciendo el presidente que ‘una cofradía como la nuestra, el Paso Blanco, es un reflejo de la sociedad. El Covid ha afectado porque nos ha limitado muchísimo a la hora de organizar, sobre todo, reuniones. Pero eso no ha significado que no hayamos seguido trabajando, como te he dicho antes. Lo hemos hecho de otra forma. Nos hemos centrado en actividades con carácter menos presencial.’ Ramón manifiesta que desde su llegada a la presidencia, en septiembre de 2020, se han centrado de manera personal y entusiasmada en acercarse a la gente. ‘A través de las redes sociales y mucha comunicación hemos estado muy presentes, muy cerca de los blancos en este periodo tan oscuro.’

Es difícil de explicar’ responde para explicar el funcionamiento interno de su hermandad. ‘En el Paso Blanco, que es una cofradía enorme, nos organizamos a través de comisiones. Cada comisión se encarga de un apartado. Hay muchísimas. Yo siempre digo que el Paso Blanco es como un reloj suizo. También piensa que la gente que está en los puestos mucho tiempo ya ha aprendido, porque lleva años trabajando, con esa responsabilidad. Ya saben lo que tienen que hacer. Yo como presidente tengo la última palabra y organizo y superviso las comisiones. ¿He respondido bien?’ articula entre risas. 

Expone Ramón también la abrumante cantidad de trabajo, que aunque no se vea, consideraba inevitable su realización y desarrollo, el cual se ha materializado este par de años más recientes: ‘Hemos aprovechado los dos años de pandemia para hacer trabajo que, aunque no se apreciaba, era necesario.’

‘Es digna de presenciar. Pero no solo en la parte de los desfiles bíblicos y la procesión, sino ir detrás… A una recogida de la Virgen, a un viacrucis… Hay muchas otras manifestaciones religiosas importantísimas que en todo su conjunto hacen que nuestra Semana Santa sea única. Espectacular.’ 

Si no ha quedado claro aún, la Semana Santa de Lorca va más allá de lo establecido: el temperamento pasional de los ciudadanos, los meses y meses de esfuerzo para diseñar una exhibición impecable y el irremediable pique entre, sobre todo, blancos y azules, dan paso (!) a que esta festividad sea inigualable en ningún rincón del país. 

 

Por muchas pandemias que nos tapen la sonrisa, por muchos terremotos que nos asusten y por muchos inconvenientes en los que Lorca tropiece, siempre los lorquinos reservamos en el interior esa magia. Siempre quedará la ilusión de ver a nuestra Virgen. De sacar nuestro pañuelo. De gritar nuestro color. 

 

Querido Covid: esto es lo que no te has podido llevar. La emoción lorquina. Y su Semana Santa. 

 

 

Agradecimientos a: 

Mari Carmen Crespo por las fotos de San Juan de la Palma, la Virgen de la Amargura, la Sta mujer Verónica y el Cristo del Rescate- Paso Blanco. (2,8,9,10)

Adrián Páez Martínez por las fotos de los bordados- Paso Azul. (4,6)

Salvador Terrones Hernández por la foto de la Virgen de los Dolores- Paso Azul. (5)

 

Agradecimientos muy especiales a Lourdes Barnés, Adrián Páez Martínez, Ramón Mateos, José María Miñarro y todos los jóvenes de las comisiones, asociaciones y grupos juveniles que han ayudado estos últimos meses a crear este reportaje. 

 

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Un comentario en «Querido Covid: esto es lo que no te has podido llevar»

  1. Muy buen artículo, donde se pone en valor el sentimiento,la pasión y la ilusión que a lo largo de
    nuestra historia han sabido transmitir las distancias generaciones de lorquinos, en relación a nuestras procesiones.
    Enhorabuena Miguel, sigue escribiendo, te auguro
    un futuro muy prometedor en el mundo de la escritura.

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