Triunfo de los New England Patriots por 13-3 frente a Los Ángeles Rams en la Super Bowl LIII

Los Patriotas han logrado este domingo alzarse con la sexta Super Bowl de la franquicia. El encuentro, sin ser espectacular como otros años, ha estado marcado por la solidez de las defensas de ambos equipos. Ni siquiera el incombustible quarterback de los Patriots, Tom Brady, ha marcado la diferencia en el partido, que se ha definido por la paciencia del conjunto de Boston.

La Super Bowl es el evento principal que cierra la temporada competitiva de fútbol americano. Sin embargo, el partido transciende las fronteras del deporte, convirtiéndose en el objetivo principal de anunciantes. De hecho, un anuncio durante el encuentro se cotizaba por 5 millones de dólares. Durante el descanso se celebra un espectáculo musical y, en ocasiones, incluso más esperado que el propio partido.

Este año la edición número 53 enfrentó a Los Ángeles Rams con los New England Patriots. Ambos conjuntos llegaban a la final tras superar en tiempo extra a sus rivales en las finales de conferencia. Los Rams habían superado a los New Orleans Saints, mientras que los Patriots habían hecho lo propio frente a los Kansas City Chiefs. De esta manera, los Patriots jugaban su tercera final consecutiva. Aunque todo parecía presagiar que el encuentro sería emocionante y un auténtico espectáculo, la realidad ha sido distinta.

Un partido igualado

El partido comenzaba con la posesión para el equipo de Brady después de perder el sorteo inicial. Los Rams decidían entregar la posesión y recibir de cara al segundo tiempo. Ya desde el comienzo se vislumbraba lo que sería el encuentro: las defensas como protagonistas. En sus primeras posesiones, los Patriotas confiaban en el criterio de Brady, que buscaba distribuir el juego y penetrar en la férrea defensa del conjunto de Los Ángeles. Por su parte, los Carneros también se topaban con la defensa en unas posesiones poco prolongadas. El resultado, un primer cuarto con empate a cero y marcado por la tremenda igualdad.

Sin embargo, la igualdad no tardaría en romperse. Entrados en el segundo cuarto, el equipo de Boston ya había recorrido más yardas que el equipo de Los Ángeles, incapaz de trenzar una jugada y sin éxito en sus progresiones. Confiando en su defensa, los Rams conseguían frenar a los Patriots, que anotarían un field goal para irse al descanso con un 3-0. Brady no conseguía completar jugada, pero su equipo avanzaba y recorría más campo, cercando poco a poco a sus rivales.

Este año el espectáculo musical del descanso fue encargado a Maroon 5 como artista principal, acompañado de Travis Scott y Big Boi. Sin embargo, ninguno de ellos estuvo a la altura de las circunstancias y dejaron una actuación que sabia a poco. Quizá no eran los indicados para un evento de estas características o les pudo la presión. Sí que es cierto que andaban en sintonía con el partido, hasta el momento más táctico y menos espectacular, por lo tanto, aburrido.

La veteranía y la calma, claves de la victoria

Tras el descanso, tocaba volver a la liza. Posesión para los Rams. Intentaban avanzar pero, si su defensa lo estaba haciendo excelente, la de los Patriots no se quedaba atrás. Sin mucho éxito en sus progresiones, tuvieron que patear para conseguir un fiel goal que igualara el encuentro. No obstante, el equipo pronto sería presa de sus propios errores. Prácticamente sin conseguir avanzar en las posesiones del primer tiempo y mejorando en el segundo, los angelinos entregaban muy pronto la posesión a su rival. La inexperiencia de Jared Goff en este tipo de encuentros quedaba patente. Presionado por los rivales, el quarterback era incapaz de orquestar jugadas que permitieran llegar a la zona de anotación.

Así fue como en el último cuarto los Patriots castigaron a una defensa cansada por el esfuerzo. En la recta final, un Brady más entonado conectó con varios de sus compañeros, ofertando un juego más profundo gracias a la bajada de intensidad en la defensa rival. Los huecos permitieron al equipo de Brady llegar a la zona de anotación, donde el quarterback encontró al rookie Sony Michel para anotar el único touchdown del encuentro. Los Rams, muy tocados, fueron incapaces de operar ofensivamente, entregando en bandeja de plata el sexto título para Brady y los Patriots.

Edelman MVP en la Super Bowl

Sin embargo, el quarterback no fue tan determinante en este partido. Aunque su dilatada experiencia fuese palpable frente a la de su rival, no terminó de cuajar un buen partido. Su compañero, Julian Edelman sí que tuvo mayor transcendencia en el encuentro, permitiendo los avances de los patriotas en campo rival. Otro que pasó desapercibido fue Gronkowski, que cedió protagonismo a otros. Así pues, el MVP recayó en Edelman, jugador que con sus carreras anuló la excelente defensa de los Rams.

Cabe destacar que el espectáculo, más que en el campo, se disputó en el lateral del mismo. La toma de decisiones del vetarano Bill Belichick fue determinante para aupar los suyos a la victoria, ya que consiguieron anular a una de las mejores ofensivas de la temporada regular. Sin duda, Sean McVay, su rival durante esta Super Bowl, mucho tiene que aprender si quiere optar al preciado trofeo Vince Lombardi. Por el momento, le toca a los Patriots disfrutar de su sexto título, igualando así en palmarés con los Pittsburgh Steelers.

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