El bádminton español cuenta con la mejor representación posible. La responsabilidad recae en Carolina Marín. La onubense se ha vuelto a proclamar campeona de Europa por cuarta vez. Actualmente se encuentra entre las diez mejores del mundo. Es, sin duda alguna, el momento más dulce de esta disciplina en nuestro país.

Su último Campeonato de Europa no ha podido ser mejor. En casa, ante su público. La manera perfecta de seguir ampliando la leyenda. Su gloria comenzó a los dieciséis años. En el europeo júnior de 2009 ganó su primera medalla de plata. El color del metal cambió ese mismo año, cuando venció en el europeo sub-17. Dos años más tarde se llevaría el europeo júnior. En 2012 participó en los Juegos Olímpicos, pero cayó eliminada en fase de grupos.

España se le quedó pronto muy corta. Fue campeona nacional en seis ocasiones, desde 2009 hasta 2014. Ese mismo año ganó también su primer europeo y el mundial. Se daba inicio a una de las grandes gestas en el mundo del bádminton. Este deporte está dominado por Asia. Las grandes competiciones siempre cuentan con algún país asiático dominante. Su victoria en el mundial fue la primera de una europea desde Camilla Martin en 1999. Dice mucho del dominio asiático.

Sin embargo, Carolina Marín no se quedaría allí, convirtiendo 2015 en su mejor año. Con grandes éxitos en los principales torneos del circuito de bádminton, revalidó el mundial. Se convertía en la primera jugadora no china en hacerlo. Tras batir un record tras otro, solo le quedaba el gran reto, el oro olímpico.

Su victoria en Río 2016 frente a P. V. Sindhu le dio el oro olímpico. El triunfo olímpico la convierte en la primera campeona olímpica no asiática. El hecho de hacer historia en su disciplina ha sido reconocido por España. En 2014 se le otorgó el Premio Nacional del Deporte a la mejor deportista del año. En 2016 obtuvo la medalla de Oro de la Real Orden de Mérito Deportivo, habiendo recibido dos años antes la medalla de bronce.

Sus logros van más allá de lo individual. En los Campeonatos Europeos por equipos la onubense ostenta dos medallas, 2016 y 2018. Su último gran triunfo, ante su gente, en un pabellón con su nombre. A sus 24 años es leyenda viva de este deporte, no solo en nuestro país, sino también en el mundo.

El duro trabajo de Carolina le ha llevado a lo más alto de este deporte. Además, en disciplinas como estas resulta importante que aparezcan figuras que destaquen. La aparición de una estrella, sin embargo, ha de estar apoyada por los medios. Carolina Marín ha abierto camino al bádminton español. Gracias a ella y su duro trabajo, se ha hablado de este deporte. Es importante que existan este tipo de reconocimientos hacia estas disciplinas. Estamos acostumbrados a un mundo dominado por el fútbol, pero, por ese mismo motivo, no sabemos la cantidad de buenos deportistas que nos estamos perdiendo. Carolina Marín no es un ejemplo más.

Su esfuerzo y su determinación le han llevado en varias ocasiones a ser número uno. Aunque ya no ostenta el puesto, continua dentro de las diez mejores. Entre asiáticas. Ella puede ser el ejemplo para el futuro del deporte. Niñas que vean y disfruten con ella pueden ser el futuro del bádminton. El reconocimiento es importante y, realizarlo de forma correcta más. Por ello, disfrutemos de su éxito mientras podamos. El bádminton español está de enhorabuena, ¡felicidades, Carolina!

 

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