Aunque se suele decir que las reglas están para romperlas, en el deporte no siempre es así. En 90 minutos pueden pasar muchas cosas; 90 minutos, 5.400 segundos (más descuentos o prórrogas) en los que debe reinar el orden, el respeto y el cumplimiento de cada una de las normas impuestas. Una decisión incorrecta supone un castigo, justo o injusto, que puede tener repercusión en el final de la temporada. Los futbolistas que están sobre el terreno de juego tienen que ir a por la victoria, pero también tienen que cumplir con el protocolo y con una alineación correcta.

Alcorcón – Real Zaragoza. Los madrileños han sido los últimos en sumarse a este quebrantamiento de normas. El reglamento dice lo siguiente: “Cada uno de los equipos debe mantener durante todo el desarrollo del partido al menos siete jugadores pertenecientes a la categoría en la que milita”. Sin embargo, durante los 9 últimos minutos del encuentro, el Alcorcón contó con cinco futbolistas del filial. Los madrileños han aceptado su error, y en caso de que el Real Zaragoza denuncie (que lo va a hacer), los tres puntos, para los maños. Dos puntos de diferencia que, de aquí a 8 o 9 meses (si todo va bien) pueden significar desde un ascenso a un descenso de categoría.

Pero en otras ocasiones una alineación indebida ha supuesto mucho más que una pérdida de puntos… que se lo digan al Real Madrid. En 2015, unos meses antes de que comenzara la era de Zidane, Rafael Benítez, el por entonces entrenador, se jugaba el reconocimiento de la afición, de los futbolistas, y la Copa del Rey. Denis Cheryshev, a pesar de que el club blanco lo desconocía, estaba sancionado, por lo que legalmente no podía disputar el partido contra el Cádiz en esta competición. Pero jugó. El equipo andaluz lo denunció y, como no podía ser de otra manera, el Juez descalificó al Madrid. Lo mismo le ocurrió un par de meses antes al Osasuna, que alineó a Unai García y, por lo visto, tenía pendiente cumplir una sanción del año anterior.

Cuando un equipo incumple una norma, su contrario siempre suele salir bien parado. Pero están los casos en los que los que salen bien parados son los propios clubes que rompen las reglas. 2019. Nuevamente, Copa del Rey. El Barça alineó a Juan Brandáriz, que no podía jugar por acumulación de tarjetas en el Barça B. Su rival, el Levante, lo denunció. Sin embargo, no les dieron la razón “porque las reclamaciones no se produjeron en los tiempos legales establecidos”.

Es evidente que en el deporte cualquier decisión puede cambiar el destino de cada partido. Errar es humano, pero siempre con prudencia.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.