EL CASO ZOZULYA

El pasado mes de diciembre se disputaba el partido que enfrentaba al Rayo Vallecano contra el Albacete en el Estadio de Vallecas. No iba a ser un encuentro cualquiera. El futbolista ucraniano, Roman Zozulya regresaba a Vallecas después de su frustrado fichaje por el Rayo debido a la inconformidad del club y peñas con su supuesta ideología. Nos remontamos al año 2017. Cuando el jugador iba a llegar cedido procedente del Betis, se desveló una información que involucraba al pasado del delantero, donde mostraba apoyo manifiesto a grupos de neonazis ucranianos en el batallón de Azov. Por esto, el jugador fue recibido en Vallecas entre insultos y pancartas de rechazo. Sobre todo, por parte de los ‘Bukaneros’, los ultras del Rayo caracterizados por una ideología antifascista y totalmente opuesta a la del jugador ucraniano.

Roman Zozulya posando con un arma / Pancarta de los bukaneros ‘Zozulya not welcome’ – Fuente: as.com

Entendiendo todos estos antecedentes, estaba claro que Zozulya no iba a ser bien recibido en el Estadio de Vallecas. Durante el partido, una parte de la grada no paró de lanzar cánticos e insultos contra el delantero ucraniano. Cánticos como “Roman Zozulya, un p*** nazi, lolololo” y del estilo que no dejaron de sonar hasta el descanso, pese a los avisos por megafonía pidiendo que cesen los insultos.

Roman Zozulya durante el partido contra el Rayo – Fuente: marca.com

Ante estos hechos, los jugadores del Albacete se negaron a salir a disputar la segunda parte y el cuerpo arbitral decidió suspender el partido. Un hecho insólito en España. Esta suspensión fue pionera, ya que fue la primera vez que se suspende un partido por cánticos que atentan a un futbolista. Días después el club sería sancionado con una multa de 18.000€ y cierre parcial de la grada durante dos partidos. Dicha sanción ha sido retirada recientemente por el comité de Apelación, pero la pregunta es clara: ¿por qué en este caso sí y en otros no?

LA VIOLENCIA VERBAL EN LAS GRADAS

Que Zozulya apoyara a grupos neonazis es un hecho, aunque no por ello merezca todos aquellos insultos, ni mucho menos. Pero ¿cuántos cánticos violentos y xenófobos se han producido en estadios de fútbol sin consecuencia alguna? Tantos que sería una locura contarlos. La Ley Antiviolencia condenan los cánticos “que incitan a violencia”, no porque sean ofensivos, discriminatorios, o intolerantes. Durante el partido entre el Espanyol y el Barcelona el pasado sábado, una parte de la afición de Cornellà-Prat dedicó otra serie de insultos a Gerard Piqué, reiterados durante gran parte del partido. Ese partido no fue suspendido, ni se han tomado medidas frente a ello. Y si retrocedemos un mes más, en diciembre se produjo la vuelta de Antoine Griezmann al Metropolitano, donde fue recibido con cánticos poco agradables como ‘Griezmann muérete’. Un cántico que claramente incita a la violencia, ¿no? Tampoco se tomó ninguna medida.

Fuente: twitter.com/pnique

Hay opiniones de todo tipo. Muchas figuras famosas, políticos y jugadores de fútbol se han pronunciado sobre este tema. Algunos opinan como el integrante de Podemos, Pablo Echenique. Dijo a través de un tweet que le entristece que las organizaciones deportivas pasen olímpicamente de tantos insultos racistas y trabajen duro para blanquear a nazis como Zozulya. Otros como el jugador del Albacete, Markel Susaeta, dicen que cualquier tipo de violencia debe ser condenada, esta y cualquiera.

¿HASTA DÓNDE SE PUEDE LLEGAR?

Pero entonces, ¿Cuál es la vara de medir del comité para estos casos? ¿Quién se puede manifestar y quién no? El objetivo es claro: que los estadios de fútbol no se conviertan en lugar de manifestación. Pero ¿quién lo decide? ¿Dónde está el límite? Si se dejara libertad de expresión sin restricciones, imagínense las manifestaciones que se producirían, por ejemplo, en un Clásico. Es evidente que la Comisión Antiviolencia debe poner límites en este tema. Por ello, debería actuar de manera ejemplar y condenar cualquier tipo de violencia, para que los estadios no se conviertan en batallas campales. Y no solo algunos casos. Porque, ante todo, esto es deporte, y queremos que siga siendo deporte.

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