Es denigrante que el racismo siga ocupando un espacio en los terrenos de juego. No obstante, lo sería también en una oficina o supermercado. Es una locura que se creen pensamientos xenófobos en un estadio con la gradería vacía. Dice mucho de lo que llamamos profesionales, el fútbol es el vivo reflejo de una sociedad que avanza a pasos agigantados, pero que sigue sin liberarse de una dosis discriminatoria.

Esta reflexión nace entre la controversia de una Jornada 29 con más sombras que luces. Concretamente, tras el amargo episodio vivido en el Ramón de Carranza, aún bajo la presunción de inocencia a pesar de que La Liga haya aportado las pruebas pertinentes.

Corría el minuto 30, Diakhaby alterado y con gesto de protesta va directo hacía el colegiado, Medié Jiménez. Ante la impasibilidad de un juez que no debe precipitarse sin haber presenciado los hechos el jugador decide abandonar el campo.  Pero no lo hace solo, le sigue un equipo entero, banquillo y técnicos incluidos. El Valencia pone de manifiesto que no tolerara lo ocurrido. El espectador lejos, desde la televisión se sume en la incertidumbre.

Es entonces cuando el Valencia vuelve al campo, hay 3 puntos en juego, pero ahora son solo 10, se efectúa el cambio y la siguiente imagen de Diakhaby es en grada, mascarilla y chaquetón puesto. Los rumores y la imaginación corren a cargo de espectadores y comentaristas. Una vez acabado el encuentro y con la amargura lejos de no haberse llevado los tres puntos el Valencia no se va a morder la lengua.

“ Negro de mierda vas a llorar” ese fue el comentario que lo paralizo todo, y menos mal. Hace tiempo ya que los comentarios racistas no tienen cabida en el césped. El retroceso de lo primitivo que resultan comentarios de tal calibre se equilibra con el avance de pararlo todo. No ocurrió lo mismo hace apenas un año cuando Iñaki Williams tuvo que soportar onomatopeyas que parecían imitar primates en su relevo. Una de cal y otra de arena, mientras siga existiendo discriminación seguirán existiendo motivos para pararlo todo, dentro y fuera del campo.

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