El pasado sábado 23 de abril el Estadio de La Cartuja (Sevilla, España) acogió la final de la Copa del Rey de 2022. En ella se vieron las caras el Real Betis Balompié y el Valencia C.F. Ambos equipos llegaban al encuentro motivados, con ganas de hacer historia. Los nervios se respiraban en las calles andaluzas y las dos aficiones estaban dispuestas a dejarse todo para animar a los suyos.

90 MINUTOS NO SON SUFICIENTES

PRIMERA PARTE

Apenas habían pasado 10 minutos desde el pitido inicial del partido, cuando Héctor Bellerín colgó un balón perfecto al corazón del área valencianista. Ahí mismo apareció la cabeza de Borja Iglesias (MVP) para enviar el balón al fondo de la red y poner al Betis por delante en el marcador.

Los minutos corrían y el marcador no cambiaba. Los dos equipos tuvieron sus oportunidades para anotar pero ni los porteros, ni los postes, ni el azar quisieron que eso sucediera en los primeros momentos del encuentro.

Llegada la media hora de juego, Ilaix Moriba metió un pase al hueco que plantó a Hugo Duro solo ante Claudio Bravo. Al joven delantero no le tembló el pulso y, con mucha clase, le hizo una vaselina al chileno que terminó con el esférico cruzando la línea de gol. La afición valencianista celebró el gol como una nueva oportunidad, como si todo volviese a empezar de 0 con un empate en el marcador.

Tras los primeros 45 minutos, el árbitro indicó el camino a vestuarios con un 1-1 en el luminoso. El resultado reflejaba la igualdad que se había vivido sobre el terreno de juego durante la primera mitad.

SEGUNDA PARTE

Los 22 jugadores regresaron al césped tras el descanso. Parecía que las charlas de los entrenadores habían tenido efecto. Ambos equipos querían levantar el trofeo de campeón, algo que sabían que no iba a ser fácil. Para ello, tenían claro que tenían que vaciarse en el campo y buscar la ventaja en el marcador.

Béticos y valencianistas tuvieron oportunidad de hacerlo, pero ninguno de ellos consiguió anotar y ampliar distancias. Todo apuntaba a que el partido se iba a ir a la prórroga, así que los místeres se reservaron los cambios para los últimos minutos de encuentro. El Valencia C.F hizo un triple cambio y metió piernas nuevas para los últimos diez minutos. Sin embargo, el Betis solo realizó un único cambio a falta de 4 minutos: Joaquín entraba al verde en sustitución de Juanmi.

A pesar de los relevos, los 90 minutos terminaron con empate a uno en el marcador; por lo que la final se extendería a la prórroga.

PRÓRROGA

La tensión y los nervios se mascaban en el ambiente. Todos querían levantar el título. Borja Iglesias y Carlos Soler lo reflejaron a la perfección, pues ambos terminaron amonestados con tarjeta amarilla tras ‘perder los papeles’.

En el minuto 100, el Valencia C.F realizó su cuarto cambio para intentar renovar energías sobre el terreno de juego. En el otro lado, el Betis fue haciendo sustituciones poco a poco, agotando así todos los cambios que tenía disponibles.

Mover el marcador fue misión imposible para ambos equipos antes de que se cumplieran los 120 minutos. Finalmente, el campeón de Copa del Rey se decidiría desde los 11 metros.

PENALTIS

Tras el sorteo arbitral previo al inicio, el capitán bético -Joaquín- decidió que los penaltis se tiraran en la portería donde estaba la afición del Betis. Por tanto, el Valencia C.F sería el primero en lanzar desde el punto de penalti.

Carlos Soler envió el balón al fondo de la red, al igual que hizo Willian José por parte del conjunto andaluz. Todo iba viento en popa, nadie fallaba y los nervios iban in crescendo. Sin embargo, llegó el cuarto penalti para los valencianistas. El joven Yunus Musah colocó el balón en el lugar indicado y tomó unos pasos de distancia. Cogió carrerilla y se dispuso a chutar. El balón se fue a la grada, algo que la afición bética celebró con euforia.

El Betis acariciaba el trofeo con la punta de los dedos pero, antes de cantar victoria, Juan Miranda debía convertir el penalti que entonces tenía en sus botas. El joven, bético desde siempre, sabía la presión que tenía encima. En 2005, Miranda vivió como pequeño aficionado el triunfo de su querido Real Betis Balompié en el campeonato de la Copa del Rey. Ahora, 17 años después y como jugador profesional, él mismo podía anotar su nombre en la historia del conjunto verdiblanco si conseguía mandar el balón al fondo de la red. Así lo hizo. Los nervios no pudieron con él; aunque, nada más ver que el balón cruzaba la línea de gol, Mirando rompió a llorar y se tiró al suelo sin ser consciente todavía de lo que había conseguido.

A la izquierda, Miranda como aficionado bético en la final de Copa del Rey de 2005. A la derecha, Miranda entre lágrimas tras anotar el penalti decisivo en la final de la Copa del Rey de 2022 / Fuente: Cadena SER

JOAQUÍN SÁNCHEZ, ETERNO BÉTICO Y CAPITÁN

En 2005, Joaquín Sánchez disputó la final de Copa del Rey entre Betis y C.A. Osasuna. El conjunto andaluz se proclamó campeón y sumó a sus vitrinas su segunda Copa del Rey. Ahora, 17 años después y como capitán de su querido Betis, Joaquín fue el encargado de levantar la tercera Copa del Rey de la historia verdiblanca al cielo de Sevilla.

A la izquierda, Joaquín celebra el reciente triunfo en la Copa del Rey. A la derecha, Joaquín besa el trofeo de dicho campeonato de 2005 / Fuente: La República

 

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