Desde hace mucho tiempo el deporte y sus deportistas son parte fundamental en la representación de valores que se deben transmitir a los jóvenes para que se formen como buenas personas. Sin embargo, el deporte en su totalidad es uno de los muchos charcos en los que la vida se ve reflejada y por lo tanto aparecen conductas, que al igual que en esta, son ruines y malintencionadas. Me refiero a los siempre existentes tramposos que tratan de acortar el camino del éxito y en muchas ocasiones a costa del resto de deportistas. Estas practicas fraudulentas se encuentran recogidas en la mayoría de los deportes y a lo largo de toda la historia manchando lo meramente deportivo.

A continuación, voy a mostrar los casos más sonados y curiosos de los muchos deportistas incrédulos que pensaron que sus malas conductas les llevarían a la gloria sin consecuencia alguna.

Diego Armando Maradona

El astro argentino considerado por muchos como el mejor futbolista de la historia ha protagonizado infinidad de actuaciones polémicas tanto dentro como fuera del campo. Su calidad nunca se puso en duda, pero su pillería tampoco viéndose personificada en la mítica Mano de Dios.

Hay que remontarse hasta los cuartos de final del mundial del México 86´ donde Argentina e Inglaterra disputaron un legendario partido. Superada la primera parte del encuentro con empate, Maradona interceptaba un centro que venía golpeado por un rival y en la disputa del esférico con el portero inglés, mucho más alto que el Pelusa, sacó el puño de su mano izquierda para anotar el tanto que desigualaría el choque. El arbitro concedió el gol ante la incertidumbre de Maradona y la catarsis argentina inundó el Estadio Azteca.

Esta jugada ha quedado como una de las más míticas y trascendentes de la historia del fútbol a pesar de la infracción intencionada del «diez» argentino.

Lance Armstrong

Este caso puede que haya supuesto la mentira más grave en la historia del deporte debido a los numerosos éxitos que cosechó el ciclista estadounidense gracias a sus trampas. En sus inicios, Lance Armstrong apuntaba maneras para convertirse en un gran corredor. No obstante, la vida le dio un duro revés y en 1996 se le detectó cáncer de testículos que le apartó de la bicicleta durante dos años.

Una vez superado con éxito la enfermedad, reaparecía en 1999 consiguiendo el maillot amarillo en el prestigioso Tour de Francia. No iba a quedarse ahí su sorprendente victoria, ni mucho menos, ya que posteriormente obtuvo seis Tour de Francia de forma consecutiva (de 1999 a 2005).

El ciclista estadounidense se retiró en el año 2011 como un verdadero héroe y leyenda del ciclismo, pero poco tardaría en ser descubierto ya que en un año después la Agencia Antidopaje de Estados Unidos le acusó de haberse dopado de forma sistemática. Finalmente, ese mismo año se le fueron retirados todos sus triunfos desde el año 1998 y se le suspendió de por vida del ciclismo. El mismo Armstrong admitió haberse dopado con EPO, una sustancia frecuentemente usada para el dopaje en el ciclismo, con testosterona y con transfusiones de sangre para así lograr el que parecía un palmarés al alcance de ningún ser humano.

Tonya Harding

Tonya Harding protagonizó junto a Nancy Kerrigan una de las rivalidades en el deporte más mediáticas y controvertidas del deporte. Estas patinadoras artísticas americanas eran consideradas unas de las mejores del planeta a finales de la década de los 80 y a principio de los 90. No obstante, la rivalidad que estas dos patinadoras trasmitían sobre el hielo no se iba a quedar ahí; fuera de la pista mantenían una confrontación tan fuerte que poco faltó para que las ansias personales desembocaran en una desgracia.

En enero del año 1994 durante el Campeonato de patinaje artístico de EE. UU, Nancy terminaba su entrenamiento y en los pasillos que conducían a los vestuarios fue golpeada con un bastón policial en la pierna derecha por un hombre. La televisión grabó la reacción inmediata de la patinadora y sus gritos de sollozo y desesperación, captando el famoso “¿Por qué?, ¿por qué?” que Nancy gritaba. El agresor fue arrestado y se llegó a la conclusión de que el ataque había sido un plan del ex marido de Tonya Harding.

Las penalizaciones para Tonya fueron severas e históricas, y sus celos y rivalidad tóxica fue condenada con la inhabilitación de por vida para la patinadora.

Luis Resto

En la noche del 16 de junio del 83, se enfrentaban en un combate intrascendente los boxeadores Luis Reto y Billy Collins Jr. El primero era un boxeador sin ningún palmarés y sin ninguna gran victoria reconocida pero con una larga carrera, mientras que Billy Collins Jr era un boxeador mucho más laureado pese a su juventud y con el cartel de favorito para llevarse una cómoda victoria.

Para sorpresa de todos, Luis Resto venció en una larga lucha decidiéndose el combate a puntos. Billy Collins Jr acabó con la cara hecha un verdadero cuadro con heridas muy graves que estremecieron a los allí presentes. Cuando el puertorriqueño se dirigía a abrazar y consolar a su rival, su trampa fue descubierta ya que al tocar sus guantes se percibía algo anormal. Al comprobar el interior de sus guantes, se observó que el relleno de gomaespuma había sido sustituido por yeso.

Ninguno de los dos boxeadores volvió a pisar un cuadrilátero debido a las secuelas que le dejaron los 450 golpes recibidos a Billy, y la a sanción de por vida  que recibió el mayor fraude del boxeo, Luis Resto.

Selección española de baloncesto paralímpica

Posiblemente el caso más vergonzante y oscuro de la historia del deporte español. En las Olimpiadas Paralímpicas de Sidney 2000, España presentó un equipo arrollador que vencía a sus rivales con excesiva facilidad. La medalla de oro fue indiscutiblemente para el combinado nacional.

Poco tiempo después salió a la luz la gran mentira y se demostró gracias a la confesión del periodista, Carlos Ribagorda, uno de los integrantes del equipo que admitió que no tenía ninguna discapacidad y que esta práctica ya se había utilizado en competiciones anteriores. Tan solo dos de los doce integrantes del combinado nacional presentaban alguna discapacidad, y varios de los farsantes jugaban en ligas profesionales de baloncesto.

A los jugadores de la selección española les hicieron devolver las medallas de oro y esta farsa dejó una mancha imborrable en nuestro deporte que ha día de hoy aún perdura.

Rosie Ruíz

Esta trampa cometida en el maratón de Boston en el año 1980 parece sacada de algún guion de película de humor por lo surrealista de la escena. La corredora cubana, Roise Ruíz se disponía a correr el multitudinario maratón de Boston y ante la admiración de todos rebajó su marca personal en nada más y nada menos que 25 minutos y ganó la carrera batiendo también el record de la carrera.

Ya había celebrado la victoria y había recibido los laureles además de haber posado para la prensa como flamante vencedora cuando las sospechas comenzaron a aflorar. Ninguna de las demás corredoras recordaba verla durante la carrera, pero la prueba que demostró la patética trampa de la cubana llegó cuando unos espectadores recordaron verla salir de la multitud durante el transcurso de la carrera. Se dictaminó que no había corrido la carrera y fue descalificada.

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