Max Verstappen se convierte en el primer piloto en acabar con la hegemonía de Mercedes


En el pasado Gran Premio de Abu Dhabi, Max Verstappen consiguió hacerse con el campeonato de pilotos de Fórmula 1 venciendo a un siete veces campeón del mundo, Lewis Hamilton. Tras una semana de la última carrera de la temporada, estamos en disposición de analizar todo lo que este año 2021 nos ha dejado en la lucha por el título.

Lo que se presumía que iba a ser una temporada de transición entre los monoplazas actuales y los de nueva regulación (aplazada para 2022), ha resultado ser una de las mejores temporadas de la historia de este deporte y la mejor de la Era Híbrida. Esto se lo debemos, principalmente, a Max Verstappen y a Lewis Hamilton.

Red Bull dio la campanada desde el primer Gran Premio en Bahréin, demostrando estar a la altura de Mercedes y declarando aspirar a todo en 2021. Y así fue. Tras los primeros cuatro Grandes Premios la igualdad era máxima, pero en Mónaco Verstappen dio el primer golpe sobre la mesa, ganando la carrera y distanciándose ligeramente de Hamilton en el mundial. El Red Bull siguió mejorando, llegando Max Verstappen a distanciarse del piloto británico por más de 30 puntos tras el Gran Premio de Austria. Sin embargo, fue el Gran Premio de Gran Bretaña el que marcó la rivalidad Hamilton-Verstappen.

En la salida y tras una batalla épica en las primeras curvas, Verstappen y Hamilton chocaron a 300 kilómetros/hora, dejando al piloto neerlandés fuera de carrera, mientras que Hamilton conseguía la victoria en su casa, acercándose de nuevo en el mundial. Este incidente en pista iniciaría una guerra por el campeonato entre Max y Lewis que recordaría a los míticos Prost-Senna de finales de los 80 y principios de los 90. Una auténtica batalla en cada carrera…y no solo en pista.

La batalla también existía de forma interna entre los equipos. Tanto Red Bull como Mercedes realizaron continuas protestas aquejándose de posibles irregularidades en los monoplazas de sus rivales. De hecho, Red Bull fue obligado a dejar de utilizar los alerones flexibles tras las denuncias de Mercedes. De la misma forma, Hamilton fue sancionado con cinco puestos de posición de salida por irregularidades con el sistema DRS en Brasil tras las quejas de Red Bull.

Todo esto nos permitió disfrutar de una de las temporadas más apasionantes y con más tensión de los últimos 10 años. Y, precisamente, esta tensión continuó aumentando tras el Gran Premio de Italia, donde Verstappen acabó literalmente encima de Hamilton, quedándose los dos fuera de carrera e incrementando más aún la enemistad entre ambos.

Según se acercaba el final de temporada, Mercedes conseguía igualar y superar el rendimiento mecánico respecto a su rival (algo a lo que la escudería alemana nos tiene acostumbrados a hacer). De esta forma, Hamilton consiguió recuperar la diferencia en puntos con Verstappen tras vencer consecutivamente en Brasil, Qatar y Arabia Saudí.

Fue en Arabia Saudí, la penúltima cita del año, donde vimos la carrera más esperpéntica y bochornosa del año. Desde el inicio, ambos jugaron al gato y al ratón, echando el uno al otro de la pista, sin dejar espacio y llegando a tocarse en varias ocasiones. Una actuación vergonzosa y sonrojante de los dos mejores pilotos de la parrilla, que nos estaban deleitando con una temporada excepcional y que estaban haciendo el ridículo ante los fans de la mayor categoría automovilística del mundo. Sin respeto, sin deportividad y sin valores actuaron tanto Hamilton como Verstappen. Hamilton se llevó la victoria, dejando el mundial empatado a puntos entre el piloto británico y el neerlandés a falta de una prueba para el final.

Abu Dhabi era el lugar destinado a ser la tierra donde Hamilton se llevaría su octavo título del mundo o donde Max Verstappen conseguiría su primer campeonato de Fórmula 1. A pesar de tener muy presente lo que ocurrió en Arabia Saudí una semana antes y de las teorías surgidas durante esa misma semana sobre posibles colisiones provocadas, la realidad es que fue una de las carreras más limpias del año.

Max consiguió la pole, pero Hamilton le arrebató esa primera posición en los primeros metros tras una mala salida del piloto de Red Bull. Mercedes venía demostrando un mejor ritmo de carrera en los Grandes Premios anteriores, y este no iba a ser menos. Hamilton aumentó la distancia con Verstappen y ni la estrategia ni la encomiable labor de defensa de Sergio Pérez permitieron que el piloto de Red Bull se encontrara en disposición de adelantar a Hamilton. Todo se ponía de cara para el piloto británico, pero, cuando Mercedes estaba casi celebrándolo, un accidente de Latifi trastocó sus planes. El coche de seguridad fue desplegado a falta de muy pocas vueltas para el final y Verstappen paró en boxes a montar el compuesto blando. Se iba a producir el mejor final de la historia de la Fórmula 1. Un mundial a una vuelta.

Era el final de en sueño para una temporada de sobresaliente. El que cruzara primero la línea de meta era campeón del mundo, y ese fue Max Verstappen. En la resalida, Verstappen no lo dudó. Contaba con neumáticos blandos nuevos mientras que Hamilton viajaba con duras desgastadas. Verstappen se tiró en la curva 5, realizando un adelantamiento que bien podía valer un mundial. Hamilton intentó recuperar la posición en la recta siguiente, pero fue imposible.

Max Verstappen se proclamaba por primera vez campeón del mundo de Fórmula 1, batiendo al invencible Hamilton, que venía de conseguir en los años anteriores cuatro títulos mundiales consecutivos, y convirtiéndose en el primer piloto no Mercedes en ser campeón del mundo en la Era Híbrida.

Finalizaba de esta forma una de las temporadas más competidas y vibrantes de la historia de este deporte.

De cara a la temporada que viene, es imposible predecir que escuderías estarán al frente del pelotón cuando los coches empiecen a rodar en Bahréin. Tenemos por delante un cambio de regulación que puede dar oportunidades a diferentes equipos, por lo que no es descartable que el año que viene podamos ver a Fernando Alonso y a su famoso Plan triunfar o a Carlos Sainz luchar por el mundial vestido de rojo Ferrari. Lo único que podemos confirmar con certeza es que quedan 90 días para que comience el mayor espectáculo del mundo, la Fórmula 1.

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