La larga espera de cuatro años llegó a su fin el pasado viernes. Aún queda el fresco recuerdo en mi memoria de hace cuatro años en Canadá, cuando el mundial femenino se retransmitía por el canal de Teledeporte y Euroesport. Aquella edición terminó con la victoria de Estados Unidos frente a Japón en un partido donde las niponas no fueron rivales. Sin embargo, cuatro años han pasado desde entonces y la situación, distinta.

En aquel 2015, la selección de fútbol femenina de España se clasificó, por primera vez en su historia, para una fase final del torneo. En aquella ocasión, las españolas quedaron encuadradas en el grupo E, junto a Brasil, Corea del Norte y Costa Rica. A pesar de intentarlo con la perseverancia que las caracteriza, los resultados no llegaron y la selección tuvo que abandonar el torneo de las primeras. Con un empate y dos derrotas, la imagen dada por el combinado nacional fue mejor de lo que muestran los resultados. Sin embargo, desde entonces han pasado cuatro años, donde el crecimiento del fútbol femenino ha sido exponencial. La Liga Iberdrola cada vez tiene mayor reconocimiento y, en especial, equipos como Atlético de Madrid o F.C. Barcelona están haciendo esfuerzos por conquistar el título continental de la Champions Femenina. 

Aunque con una competencia feroz en Europa, el rendimiento de los equipos y la selección española es cada vez mejor. De hecho, la última final de la Champions fue disputada por el F.C. Barcelona y el Olympique de Lyon. Las francesas, unas especialistas en esta competición, no dieron opción a las españolas y se hicieron con su cuarto título consecutivo. 

Hermoso durante el partido
Hermoso durante el partido | Funte: Fifa.com © Getty Images

Un debut esperanzador

El camino hacia el mundial de la selección española quedó sellado el 8 de junio de 2018, quedando primeras del grupo y sin conceder ningún empate ni derrota. Así certificaban su segunda participación consecutiva en una joven competición que se lleva disputando desde el año 1991. Y al igual que es joven el campeonato, también lo son las ilusiones y las ganas de este combinado nacional de demostrar que el fútbol femenino es mucho más grande de lo que pueda parecer.

Su andadura mundialista comenzó exactamente un año después frente a Sudáfrica. El partido estuvo marcado por una tremenda igualdad en el marcador, porque sobre el campo el fútbol y el juego de España superó en todas las facetas al sudafricano. Sin embargo, el fútbol a veces tiene la magia de no ser justo y castigó la falta de pegada española, que sí encontraron ellas y dejaban un encuentro con 0-1 en contra al descanso.

A pesar del marcador adverso, España siguió jugando a lo suyo, a lo que mejor saben: tocar y mover el balón en busca de algún hueco. La perseverancia del equipo se tradujo en una superioridad que no conseguía encontrar puerta. Corría el minuto 70 cuando España vio la luz, bueno, más que la luz, la portería, los once metros. La colegiada chilena María Carvajal señaló un penalti y Jennifer Hermoso no perdonó. Comenzaba la remontada gracias a ella.

Sin embargo, no sería hasta el minuto 83 cuando el VAR entró en juego y, de su mano, la polémica. En una jugada dentro del área, la jugadora de Sudáfrica Vilazaki realizaba un despeje cuando termina impactando y derribando a una española por pura inercia. Tras previa revisión en el VAR, María Carvajal interpretó que la jugada era punible con la pena máxima y la expulsión. Un castigo que las africanas interpretan como excesivo y polémico.

Con el segundo gol de Hermoso, España se ponía por delante en un encuentro que dominó durante sus 90 minutos pero en el que no conseguía traducir ese dominio en goles y pudo costar caro. Con superioridad numérica y las africanas volcadas en ataque, España puso la puntilla con el 3-1 y sellar así el debut. 

Las germanas a punto de estrellarse en la muralla china

El disparo de la victoria para Alemania
El disparo de la victoria para Alemania | Funte: Fifa.com © Getty Images

Aunque no exento de polémica, el debut español deja sensaciones agridulces. Por un lado, el encuentro costó más de lo que a priori podía parecer. Por otro, España llega con hambre y ganas de hacer un papel notable en una competición y mostrar el crecimiento del fútbol femenino. Claro está que, a estas alturas ningún rival es fácil, más teniendo en cuenta que el próximo rival de España es Alemania.

En su debut, la selección germana encontró una fuerte oposición china durante todo el encuentro, en especial, en el primer tiempo, donde incluso pudieron salir con ventaja. Las alemanas lo intentaban pero no había manera de superar el muro defensivo que habían tejido las jugadoras chinas. El encuentro, marcado por la tremenda igualdad de ambos combinados, se decidió en un mínimo detalle, un latigazo de Giulia Gwinn en el 66, que rompía el esfuerzo de las rivales por evitar la superioridad germana.

Por lo tanto, queda un largo camino y la próxima cita es contra Alemania el próximo día 12 de junio. El enfrentamiento contra China será cinco días después, el día 17 y, esperemos, que con muy poquito en juego y nuestras chicas clasificadas.

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