La derrota del Barça ante el Valencia (1-2) el pasado 26 de Mayo ha sido la gota que ha colmado el vaso. Todos los aficionados y plantilla tenían la esperanza puesta en este título para así conseguir al menos un doblete. El partido comenzó con dos estilos muy diferentes. Por un lado, estaba el conjunto blaugrana, con su característico juego pausado y estructurado. Por el otro, pudimos observar a un Valencia con una velocidad y un juego muy rápido, que fue clave para dejar noqueado a su rival durante la primera parte del partido. Como consecuencia, los «ches» marcaron dos goles muy pronto (Gameiro en el minuto 21 y Rodrigo en el 33) dejando ya casi sentenciado el partido. El ambiente que se respiraba en el equipo culé era de desgana, se podían apreciar ciertos jugadores muy estáticos durante todo el encuentro. Los valencianistas, sin embargo, tuvieron esperanza y se lo creyeron, razón principal por la que se llevaron la final.

En la segunda parte se igualaron más los dos equipos y por fin pudimos ver al Barça más ofensivo. Al final, y tras mucho insistir, llegó el gol de Messi en el minuto 73. Aún así, todo esto no fue suficiente para superar a un Valencia muy vertical y con una velocidad de juego admirable. Con esta, el Valencia lleva 8 Copas del Rey y sigue aumentando un palmarés digno de un equipo grande.

El Barcelona sin embargo, se queda únicamente con La Liga. Durante esta temporada se hablaba de un posible triplete (La Liga, Champions y Copa del Rey) y, de hecho, a punto ha estado de conseguirlo: ha llegado a la semifinal en la competición europea y a la final en la Copa. Contra todo pronóstico, sin embargo, solo han podido conquistar 1 título de 3 posibles, haciendo que la afición se plantee si realmente ha sido una buena temporada. Esta comenzó de forma sublime, pasando de ronda en las diferentes competiciones y destacando ante los otros equipos, lo que provocó que los jugadores y la afición dieran por hecho títulos que aún no habían sido ganados. Sin embargo, en el fútbol todo es posible, por lo que hay que luchar siempre hasta al final. El ejemplo más evidente lo tenemos muy cerca: la remontada del Liverpool ante el Barcelona.

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