Hay ocasiones en las que, cuanto más deseas que llegue un día concreto, un evento, espectáculo o momento, más grande es la caída. Después de que se aplazara el Barcelona – Real Madrid del 26 de octubre por temas políticos, el pasado 18 de diciembre se disputó el Clásico, el que muchos esperaban que fuera el partido del año. Pero se quedó muy lejos de esto. Un partido sin goles, monótono y con faltas, muchas faltas, sustituyó al que, años anteriores, era un encuentro deportivo emocionante, digno de un espectáculo.

Aunque es evidente que no está siendo la mejor temporada para ninguno de los dos equipos, especialmente para el FC Barcelona, parecía que el “odio” al contrario les iba a enloquecer e iban a salir al terreno de juego para ganar. No fue así. En Barcelona el pasado miércoles se vivieron diferentes realidades, ninguna de ellas mejor que la otra. Las ideas políticas volvieron a hacer mella en el partido, donde se tiraron pelotas amarillas en el minuto 55, y las esteladas independentistas adornaron un importante sector del Camp Nou. Fuera del estadio, la situación era más complicada. Pero más allá de la política, sobre el terreno de juego faltó empeño, jugadas “dignas” y, sobre todo, goles.

Al conjunto culé, como lleva siendo desde el inicio de esta temporada, les faltó definición y concentración; a los merengues, nuevamente, puntería. No fue hasta avanzada la segunda parte cuando Gareth Bale marcó un gol, que, segundos después sería anulado por un supuesto fuera de juego; sutil fuera de juego. Las faltas no pitadas, las caídas fingidas de Luis Suárez y las manos en área de ambos equipos (también sin sancionar) son temas aparte de este encuentro que no tuvo nada más.

¿Qué les está ocurriendo a los que se supone que son los dos mejores equipos de la liga española? El Real Madrid, desde la salida de Cristiano, no ha encontrado una figura definida, concreta y constante que les asegure el liderato. Y esto, unidos a las lesiones de sus jugadores (recordamos que Marco Asensio todavía no ha disputado ningún encuentro de esta temporada), no ayuda. ¿Y el Barcelona? Un equipo que parece perder toda su identidad cuando Lionel Messi no juega, o cuando él no está al 100%. Los culés y el equipo miran hacia el futuro, y ahí esperan encontrar a Ansu Fati, que se convirtió en el jugador más joven en marcar con el Barça en la Liga. Con solo 16 años marcó su primer gol al Osasuna en la jornada 3, y tuvo el lujo de enfrentarse a los merengues durante unos minutos.

Instagram @ansufati (2019)

Eso sí, aunque no fueron partidos tan “grises”, algunos de los últimos clásicos también han sido, en cierto modo, decepcionantes para ambas aficiones. El último Clásico, que se disputó el 2 de marzo, supuso una victoria para los culés por 0 goles a 1. El año 2018, que fue uno de los peores del Real Madrid, hubo un empate a 2 y, de nuevo una victoria (y goleada) de los culés. Hay que remontarnos hasta el 23 de noviembre del 2002 para un 0 – 0. El próximo clásico (si nadie lo impide) se celebrará el 1 de marzo en el Santiago Bernabéu. ¿Será igual de monótono y predecible que el del Camp Nou? ¿Habrá goleada? Señoras y señores, madridistas y culés… en tres meses tendremos la solución.

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