A veces una retirada a tiempo es la mejor de las victorias. Esta semana desde Tokio llegaba la confirmación, los Juegos Olímpicos, que se disputarán entre el 23 de julio y el 8 de agosto, deberán hacerlo sin la presencia de público extranjero. Se trata de una medida preventiva lógica en un contexto sanitario de emergencia a nivel global.

La situación no ha pillado ni al publico, ni a los deportistas por sorpresa, algunos incluso ya se habían pronunciado antes de que fuera oficial. Lo cierto es que en un contexto global la decisión es coherente y llama a la responsabilidad. En España recordemos las restricciones de movilidad continúan entre comunidades y el público hasta dentro de un mes no parece empezará a ocupar estadios, no sería coherente poder acudir a una cita a 11.000 km.

El Comité Olímpico Internacional y el Comité Paralímpico Internacional han respondido conformes con la decisión tomada por el país organizador. Las entradas serán devueltas al público que no pueda acudir a la cita.

Está restricción supone un antes y un después en la historia milenaria de la competición deportiva. Nunca antes se había prohibido la entrada de ciudadanos extranjeros, ni si quiera en otros contextos de emergencia sanitaria como pudo ser la gripe española. La globalización rompe barreras y está puede ser uno  de los porqué ahora sí. Las competiciones deportivas son más globales que nunca.

Los focos están puestos ahora en la recuperación económica de Japón. La celebración de los Juegos Olímpicos supone un gasto millonario, que lejos de servir como salvavidas ha supuesto un roto en muchos de los países que han acogido anteriormente la cita. Sí bien, la inversión japonesa podría estar aún más en peligro sin un motor turístico que genere el beneficio suficiente y una situación que tampoco promueve el gasto en ocio. Sin un plan las perdidas podrían ser un pozo sin fondo en una situación de crisis económica global.

El presupuesto de Tokio además, bate todo record con 15.000 millones de dólares de inversión. 630.000 entradas habían sido adquiridas por publico extranjero y aún queda por determinar el aforo que podrán ocupar los que tengan la suerte de disfrutar de la cita, ya que, como ha asegurado el comité, será complicado incluso para los propios familiares de los deportistas.

Los Juegos Olímpicos no serán “la victoria de la humanidad sobre el virus” tal y como se planteo tras la cancelación , ha cambiado su esquema, así lo ha pedido la mayor parte de la población con miedo ante el posible rebrote. Ahora cambia su discurso abogando a la responsabilidad. Está vez la Covid no pondrá frenos al deporte, en un año difícil para mantener la competencia a nivel élite. Dejemos que el deporte siga uniendo, aunque sea tras la pantalla.

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