“Qué manera de perder tiempo”, “así no se puede jugar”, “pero si no le tocado, que se levante y deje de simular”, “este equipo es el antifútbol”, “¿solamente 3 minutos de descuento? ¡Se ha perdido muchísimo más!”… Todas estas frases, y otras más subidas de tono, se repiten en cada partido de fútbol. Las pérdidas de tiempo e interrupciones son algo intrínseco a un deporte en el que se compite durante 90 minutos ininterrumpidos desde el pitido inicial. Pero, ¿cuánto tiempo se juega realmente? Este sistema da protagonismo a la picaresca, incita a la teatralidad y a la pérdida de tiempo y pone en jaque cualquier nobleza que pudiera existir en el fútbol. Por tanto, debe plantearse si sería más conveniente jugar a reloj parado, siguiendo el modelo de tantos otros deportes como el propio fútbol sala, el baloncesto y un largo etcétera de disciplinas.

Durante un partido de fútbol, las interrupciones son numerosas: saques de banda, saques de portería, córners, faltas, penaltis, reclamaciones al árbitro, simulaciones de lesiones, tanganas, la intervención del VAR… Todos estos lances del juego suponen un parón pero, con independencia de ello, la cuenta de 90 minutos que se inaugura cuando empieza a rodar el balón, corre inexorablemente hacia su final.

La circulación de balón se ralentiza, se pierde fluidez, se perjudica el espectáculo y, además, se favorece al equipo que pierde tiempo, ya que al final no hay una compensación efectiva de esos minutos perdidos. Y es que para hacer justicia, la FIFA da al árbitro la única posibilidad de añadir minutos de descuento a cada parte. Pobre herramienta para compensar todas las interrupciones sufridas durante el partido, habida cuenta de que es burlada con pérdidas adicionales de tiempo, sustituciones para arañar segundos al cronómetro, etc. y dado que, en general, es utilizada muy rácanamente por los árbitros.

ESTADÍSTICAS: MINUTOS REALES DE JUEGO

Me parece especialmente interesante traer este debate a colación en estas fechas, dado que recientemente se publicó un estudio de InStat sobre los minutos reales de juego en las grandes ligas europeas, y la UEFA ha hecho lo propio con los partidos de Champions League. ¿Cuáles son las conclusiones principales?

  • En las 5 grandes ligas europeas la media es de 54,60 minutos reales de juego. La Bundesliga está a la cabeza con 55,7 minutos, siendo la peor la Liga española, con apenas 53,5 minutos. Parece que la picaresca española, que ilustra nuestro Lazarillo de Tormes, persiste en el siglo XXI y nuestra Liga es la que menos minutos de juego brinda al espectador. Basta recordar que el bueno del Lobo Carrasco puso de moda ir al córner para perder tiempo. Además, siendo objetivos, es un dato que no extraña si se tiene en cuenta que los árbitros españoles apenas otorgan minutos de descuento. En España, en el fútbol pre-VAR tenía que ocurrir poco menos que el Apocalipsis para añadir más de 3 minutos, mientras que en la Premier, por ejemplo, nadie se rasga las vestiduras si se llega al 98’.
Fuente: InStat y Marca. Gráfico: Elsa Martín
  • Los equipos grandes son los que más minutos reales de juego monopolizan. Ocupan el podio colosos como el Manchester City, el Bayern de Munich y el Chelsea (que encabezan la clasificación con 39,17 minutos, 37,82 minutos y 37,31 minutos respectivamente). En el TOP 10 se cuelan tres españoles: el FC Barcelona (4º), el Real Madrid (5º) y el Real Betis (7º). En el lado negativo, también la Liga española es protagonista, pues tiene componentes en las posiciones inferiores de esta clasificación, siendo el penúltimo de los 98 equipos analizados el Getafe, con 20,71 minutos y antepenúltimo el Alavés, con 20,78.
  • La Champions League es la competición en la que más tiempo efectivo se juega, con una media de 61 minutos, frente a los escasos 55 de promedio de las grandes ligas europeas.
  • Las interrupciones del juego por las que más tiempo se pierde en Champions son las faltas (8,51 minutos), seguidas de saques de banda (7,02), saques de puerta (5,46), saques de esquina (3,57) y sustituciones (2,57). Además, un informe de la UEFA estima que el VAR implica de media 35 segundos de interrupción y 68 segundos en caso de que vaya acompañado de una acción con revisión.

PRIMERO LLEGÓ EL VAR… ¿Y AHORA EL RELOJ PARADO?

Hace apenas 2 años, el VAR abrió el telón de las modificaciones de un deporte cuya normativa se había mantenido durante décadas sin cambios de verdadera relevancia. Ahora, pasar a jugarse a reloj parado podría ser una modificación todavía más trascendental. Y desde luego, no es una quimera. Ya en 2017 la International Football Association Board, encargada de establecer las reglas del fútbol, propuso jugar partidos a 60 minutos de tiempo efectivo. Y también el mítico ex futbolista holandés Van Basten incluyó el reloj parado en su decálogo de modificaciones para el fútbol. Aunque las cabezas pensantes de la FIFA y sus homólogos continentales estarán todavía dándole vueltas a esta idea, no sería raro pensar que la medida se implementara en un futuro no muy lejano.

Mientras el reloj parado siga siendo un proyecto, la pelota está en el tejado de los árbitros. En la Liga española la tendencia es buena en lo que se refiere al VAR, pues a los colegiados no les está temblando el pulso para alargar el descuento si ha habido parones relevantes por utilizar la revisión de jugadas. Sin embargo, la política de racaneo de minutos por otras pérdidas de tiempo se mantiene intacta. No hay más que ver que los descuentos siguen siendo escasos en Segunda División, donde todavía no se ha implementado el VAR.

A priori, el reloj parado puede sonar impopular, ya que supondría pasar a ¿60? minutos de los 90 reglamentarios hasta ahora, aunque en realidad éstos sean más teóricos que efectivos. Además, tal y como estamos viviendo con el VAR, cualquier propuesta de cambio en el fútbol encuentra siempre férreas resistencias por parte de todos los intereses implicados.

Pero, a pesar del shock que puede suponer a primera vista el recorte gratuito de 30 minutos de espectáculo, considero que el reloj parado es una propuesta muy interesante, dado que desincentivará las actitudes de pérdida de tiempo, mejorará el espectáculo al dotar de mayor fluidez al juego, evitará enfados y protestas de aficionados y quitará de encima un marrón importante para los árbitros. El debate ya está en el seno de la FIFA y los demás organismos internacionales del fútbol, y también en la calle. Entre tanto, dado que se juegan 55 minutos de los 90 reglamentarios, ¿creéis que me dejarían pagar solamente un poco más de la mitad del precio de mi abono?

 

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