Después de nueve intensos meses de competición liguera, la temporada 2018-2019 llegó a su fin el pasado domingo en Ipurúa y, por fin, en el Santiago Bernabéu. Porque esta edición de la que muchos consideran la mejor liga del mundo ha sido la del derrumbe del tres veces seguidas campeón de Europa, la de la corroboración del dominio del Fútbol Club Barcelona con Messi como estandarte, la del sufrimiento del Celta y Villareal, en la que parecía que se iba a jugar un partido en EE. UU o la de las despedidas de leyendas de nuestro campeonato, entre otros muchos momentos vividos a lo largo del curso.

Este año la Liga arrancaba sin uno de los mejores jugadores que han pisado los campos de España durante los últimos nueve años: Cristiano Ronaldo. El portugués se marchaba del Madrid dejando un vacío que ha quedado demostrado ser más grande de lo que parecía. Si unos se van, otros vienen. Este ha sido el caso de la S.D. Huesca, que por primera vez en su humilde historia en el fútbol profesional lograba hacerse un hueco entre los mejores equipos de España, tras una magnífica temporada en Segunda División. De una plantilla humilde pasamos a una que posiblemente haya sido la mejor plantilla que haya tenido el Atlético de Madrid en años. Con la final del Wanda en el horizonte, el club colchonero no escatimó millones y trajo a grandes jugadores con proyección para luchar por todo y contra todos. El Barcelona por su parte quería seguir manteniendo su hegemonía en La Liga y lograr otro título liguero, pero con la mente y los sueños siempre puestos en la Champions.

Los puestos de Europa con el EuroGeta

Sin embargo, lo que al final ha acabado siendo realmente reñido e interesante hasta el final han sido los puestos de Europa y el temido descenso. El Getafe se erguía como equipo relevación de la temporada haciendo partidos muy serios con solvencia atrás y determinación arriba, con nombre propios como el internacional Jaime Mata, Djené, Ángel o el veterano goleador Jorge Molina. Los azulones han ocupado puestos europeos casi toda la temporada y durante muchas jornadas se situaron en zona Champions, viendo cada jornada que pasaba más posible el sueño del EuroGeta. Los de Bordalás, el técnico que ascendió al equipo en 2017, no pudieron finalmente entrar en la Champions pero sí en la Europa League, de forma que el curso que viene la ciudad de Getafe va a poder disfrutar merecidísimamente de una plantilla de Europa.

El que finalmente se metió en la máxima competición europea fue el Valencia de Marcelino. El conjunto valenciano ha vivido una temporada extraña en la que le costó arrancar, cosechando demasiados empates que no le permitían avanzar en la clasificación. Los nervios se iban apoderando conforme pasaban las jornadas en la capital del Turia llegando incluso a que gran parte de la afición pidiera la dimisión del entrenador. Sin embargo, el asturiano, curtido en mil batallas, supo reconducir una situación adversa y poco a poco y con buen juego fue recuperando terreno perdido. El centenario equipo estuvo liderado en todo momento por su capitán, Dani Parejo, que ha realizado la mejor temporada de su vida con la barrera de los treinta años superada. La plantilla ha cumplido con el objetivo marcado a principio de curso y con el reto de la final de la Copa del Rey por delante.

El Sevilla y el Espanyol han sido los otros dos equipos que el año que viene jugarán en Europa. Empecemos en Sevilla este repaso final a nuestros representantes en el viejo continente; la temporada la empezó en el banquillo Machín y la ha acabado Caparrós. Con Víctor Machín el equipo llegó a jugar un buen fútbol cosechando buenos resultados ya desde finales de julio con la previa de la Europa League. No obstante, el planteamiento sevillista se quedo sin variantes y muy predecible, añadiendo el cansancio de los jugadores y la bajada en la clasificación. Machín fue despedido con la sensación de no haber podido terminar su trabajo y llegó Joaquín Caparrós al banquillo del Ramón Sánchez Pizjuán. Un viejo conocido muy querido por la afición sevillista que le dio un empujón a la situación aportando al equipo esa garra que parecía perdida, y esa pasión por unos colores eternos en el fútbol español. En contraposición a las buenas vibraciones que trasmitía el equipo con el timón en manos de Caparrós, el sevillano anunció que padecía de leucemia, dejando helados a todos los amantes del fútbol español y reconocedores de la aportación de Joaquín Caparrós a este.

Toca hablar del Espanyol de Barcelona, un equipo que lleva años a la sombra de su vecino, siendo el centro de burlas de algunos de los jugadores del Barça y deambulando por la tabla de la clasificación sin apuros ni glorias en los últimos años. Este año, eso ha cambiado. Con la llegada de Rubi como director de orquesta y de Borja Iglesias como violinista estrella, el conjunto catalán ha recuperado su papel de equipo importante en la Liga y ha realizado una temporada con momentos difíciles superados con una identidad futbolística definida y la ilusión de cumplir sus sueños. En la última jornada se colocó en la séptima posición y jugará la fase previa de la segunda competición europea. Para terminar con el Espanyol me gustaría subrayar el nombre de Borja Iglesias, un tío que allá por donde pasa se mete a la afición en el bolsillo con su humildad y su calidad. Como dijo en una entrevista a pie de campo tras el partido contra la Real Sociedad, en tres años ha pasado de luchar por la permanencia en Segunda B a luchar por el ascenso a Primera y finamente a meterse en puestos europeos. Al “Panda” se le caen los goles en todas las categorías y es el claro ejemplo de que con esfuerzo, esfuerzo y más esfuerzo las cosas se consiguen en esta vida.

El descenso al rojo vivo

De lo más alto de la clasificación pasamos a lo más bajo. La lucha encarnizada por no meterse en los puestos marcados en rojo ha sido apasionante hasta el final. El Huesca junto al Rayo Vallecano y el Girona jugarán en la Liga 1, 2, 3 la campaña que viene tras no lograr el objetivo marcado. El Huesca debutó con buen pie en la Liga con una victoria en el campo del Eibar y un empate en San Mamés que será recordado por el golazo que se sacó de la chistera el Chimy Ávila. Después de esos partidos, el Huesca soltó los frenos y la caída en la clasificación fue tan grande que llegó con ocho puntos a mitad de temporada. Entre medias un cambio de entrenador, de Leo Franco a Francisco que ha sido clave, junto a los fichajes de invierno, para que el equipo tuviese otra cara y puntuase mucho más que en la primera vuelta. La permanencia se iba alejando poco a poco pero el Huesca no rebló y luchó con todo lo que tuvo para permanecer en Primera, pero la baja puntuación de la primera vuelta y la mala suerte sufrida en partidos claves, mandaron al equipo oscense a Segunda un año después.

Mismo caso el del Rayo Vallecano, que en toda la temporada no salió de la zona baja de la tabla con momentos convulsos. Paco Jémez volvía a Vallecas sustituyendo al entrenador del ascenso, Míchel, que agotó todo su crédito. Del Rayo solo se salva un Raúl de Tomás que ha logrado unos buenos registros goleadores que le llevarán el año que viene a un equipo con otras ambiciones.

Caso opuesto el del Girona, que no había pisado las zonas de descenso en toda la temporada pero que tras ocho derrotas encadenadas en la recta final acabó con el colchón de puntos que le distanciaba de la zona peligrosa. El bajón del equipo catalán vino curiosamente tras una histórica victoria en el Santiago Bernabéu que parecía sellar la salvación, con un Stuani autor de una gran cantidad de goles que en muchas ocasiones tapaban las carencias del equipo. Sin embargo, los pésimos resultados en su estadio y un enorme bajón anímico hicieron que el Girona descendiera a Segunda División por primera vez en su historia tras tres años en la máxima competición.

Tras saber los equipos descendidos, en Valencia, Villarreal, Vigo y Valladolid pudieron respirar tranquilos por primera vez en la temporada. El caso del Celta y el Villarreal es el más especial porque las plantillas con las que afrontaron la temporada no corresponden a la zona por la que se han estado moviendo ambos equipos. Por parte del Celta, tuvo que venir Iago Aspas para salvar los muebles a base de pasión y calidad como vimos ejemplificado en el partido contra, curiosamente, el Villarreal. En él, después de varios meses lesionado y tras anotar dos goles para remontar un partido que perdían dos a cero, rompió a llorar sacando todos los sentimientos acumulados a lo largo de esta difícil temporada. Iago es el Celta y el Celta es Iago.

El Villareal se vino abajo muy pronto y los fantasmas del 2012 volaron por La Cerámica. Con un Cazorla en modo Cid Campeador que tras pasar tres largos años lesionado y apartado de los terrenos de juego se echó el equipo a la espalda para achicar el agua que hundían el submarino amarillo. Cazorla fue el héroe inesperado ya que los que tenían que demostrar los galones en este equipo se vieron superados por la situación. No obstante, el Villarreal seguía avanzando en la Europa League llegando a cuartos de final mientras lo pasaba mal en la Liga. Desde luego, la temporada en Villarreal tiene que servir para aprender de los errores y empezar de cero el año que viene.

La zona tranquila de la tabla

Entre medio podemos encontrarnos varios equipos como a los vascos de La Liga: el Alavés, que empezó como un huracán pero que si La Liga llegar a durar unos meses más igual estábamos hablando de un equipo descendido; el Eibar, que sigue a lo suyo en la máxima categoría consolidándose cada año; el Athletic del Bilbao, del que ahora hablaremos más detalladamente, y una Real Sociedad que ha realizado una campaña sin muchas emociones. El Leganés también se situó en la zona tranquila de la tabla yendo de menos a más con victorias históricas como ante el Barcelona en Butarque, que ha sido un fortín durante la temporada. Con un proyecto deportivo de futuro liderado por Pellegrino se espera un Leganés peleón en los próximos años. Finalmente hay que hablar del Betis, que se marcó unas expectativas europeas que no se han cumplido y han acabado costando la cabeza de Quique Setién después de que la grada le señalase como el máximo culpable.

El equipo a destacar en la zona intermedia de la tabla es el Athletic de Bilbao, que empezó dando una imagen impropia de los leones, viéndose en la zona donde los vértigos se te apoderan. Sin embargo, como si de levantamiento de piedra tan famoso del País Vasco se tratara, levantaron la situación de la mano de Gaizka Garitano y hasta la última jornada lucharon por tener un hueco en Europa. No pudo ser y nos tuvimos que despedir de una leyenda como Markel Susaeta, pero nos volvieron a recordar que el Athletic de Bilbao es infinito.

Hasta el año que viene

Para finalizar este resumen de lo que ha sido la temporada, felicitar al Barcelona por su tercer título de Liga consecutivo y a Leo Messi por ser el máximo goleador con treinta y seis dianas. El Barça sigue dominando mientras que el Madrid ha realizado una de las peores temporadas que se le recuerdan al equipo de Chamartín, por donde han pasado hasta tres entrenadores sin solución alguna. El Atlético ha sido subcampeón con un sabor amargo tras no ganar ningún título y con la marcha de muchos de sus pesos pesados como Godín, Griezmann, Juanfran o Lucas Hernández.

Despedimos así la nonagésima edición del campeonato liguero español que ha estado lleno de emoción hasta el final de sus días y que dará paso a otra temporada que nos mantendrá pegados al televisor durante otros nueve meses más. Nos vemos pronto, Primera División.

 

 

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