Los Hispanos se colaron en la final del Europeo de balonmano después de derrotar a Dinamarca en una semifinal muy igualada (29-25). Sin embargo, más difícil fue aún conseguir un billete directo a la final para los suecos. En su caso, tuvieron que verse las caras con Francia en un encuentro muy trepidante que pudo decantarse para cualquiera de las dos selecciones (33-34).

El partido para conocer al campeón de este Europeo se disputó el pasado domingo 30 de enero en Budapest (Hungría). Fue una final muy disputada, con momentos de superioridad para España pero también para los suecos. El marcador ya lo reflejaba: unas veces favorable a los españoles y otras veces favorable a los nórdicos.
PRIMER TIEMPO:
A los Hispanos les costó despegar sobre la pista. No obstante, los suecos tampoco empezaron muy acertados. Fallaron hasta 4 lanzamientos desde los 7 metros, algo que terminaría dándole la vuelta a la historia en los últimos segundos de partido. La rabia y la frustración interna les hizo espabilar. Los suecos consiguieron anotar tantos y ponerse por encima en el marcador. De hecho, a falta de escasos minutos, los nórdicos llevaban 3 puntos de ventaja sobre los españoles (11-9). Les estuvo saliendo todo lo que ellos querían, sin apenas margen de error y colando un balón tras otro en la red de la portería española. Sin embargo, los pupilos de Jordi Ribera se pusieron las pilas en los últimos minutos y fueron capaces de remontar, yéndose al descanso con una ventaja de un solo punto en el luminoso (12-13).

SEGUNDO TIEMPO:
La segunda mitad empezó favorable a los Hispanos. Tarrafeta anotaba tantos sin parar e incluso asistía a sus compañeros para poder ampliar la ventaja en el marcador. Los suecos no lo ponían fácil y Bergendahl respondía en la otra mitad del campo. Fueron unos primeros minutos de ida y vuelta, pero España consiguió ponerse con dos tantos por encima en el marcador (14-16). Los novatos se pusieron al mando de los Hispanos y lideraron a sus compañeros en el momento cumbre de los españoles.

Jordi Ribera vio que el partido se les estaba poniendo cuesta arriba, así que decidió sacar a la pista a los más veteranos. El portero Roberto Corrales, sabiendo que no estaba en su mejor versión, decidió pasarle el testigo a su compañero Pérez de Vargas. Este último asumió toda la presión y responsabilidad con el penalti en los últimos segundos que consiguió transformar Ekberg. Este tanto de los nórdicos hacía que el marcador final fuese favorable para Suecia (27-26), rompiendo así el sueño de la triple corona continental consecutiva de los Hispanos.
