60 segundos. Fue el tiempo que dijo McGregor que tardaría en ganar el combate contra Poirier. El encuentro terminó durando dos minutos y medio, pero con un final muy diferente al que vaticinaba el irlandés. Connor volvía a pisar un octágono un año después, no lo hacía desde enero de 2020 en su combate contra Cerrone. Desde entonces no ha disputado ningún combate oficial, por lo que al irlandés se le veía con ganas de volver a las andadas. Enfrente se encontraba a Dustin Poirier, luchador estadounidense con un récord de 26-6 a sus espaldas. No era la primera vez que ambos luchadores se veían dentro de un octágono, ya combatieron en 2014 cuando McGregor venció a Poirier por KO técnico.

El combate comenzó con mucha iniciativa de McGregor, achicando espacios y conectando los primeros golpes del primer round. Pero Poirier le sorprendió derribándole, y seguidamente el irlandés llevó su espalda a la pared de la jaula para levantarse. ‘El Diamante’ Poirier llevaba una clara estrategia de desgastar a Connor con patadas en las piernas, concretamente en su pierna de apoyo. Así transcurrió el primer round que parecía a favor de Mcgregor, aunque Poirier ya había contraatacado hasta dos veces.

 

Poirier golpeando a McGregor / fuente: as.com 

En el segundo round, Poirier siguió con su estrategia hasta que le surtió efecto. Con una patada a la pierna derecha de McGregor, Poirier le hizo trastabillarse. Esa patada parecía quedarse ahí, pero McgreGor tuvo que salir en muletas del estadio debido a una lesión en la pierna. Aún así, The Notorious fue a más. Comenzó a gustarse, sacó más trabajo y leyó a su oponente. Poirier fue atrapado dos veces por su pierna cuando quería patear abajo y se quedó pegado contra la jaula. Pero cuando mejor parecía que estaba, falló un golpe y lo pagó caro.

McGregor estaba expuesto después del fallo y Poirier le asentó un crochet que le dejó aturdido para después dañarle con otro en la sien. El estadounidense consiguió darle la vuelta al combate en pocos segundos. Subió el ritmo al máximo y fue con todo lo que tenía, un gran volumen de puñetazos de los cuales falló varios pero los que conectó fueron determinantes. Con otros dos crochets hizo retroceder a McGregor y cuando el irlandés caía le remató con una derecha recta a la frente. Se acabó. La imagen del rey noqueado en el suelo dará de qué hablar. Esta vez ‘El Diamante’ fue más duro que el campeón.

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