Empiezo este articulo recordando las valiosas lecciones que George Harrison nos ha dado sin quererlo al mundo económico financiero. Parece que el plan del Banco Central Europeo (BCE) de mantener la tasa de inflación cercana (e inferior) al 2% se haya inspirado en su famosa canción “Got My Mind Set On You” de 1987.

Pero antes de comenzar cabe recordaros lo que es la inflación. La piedra angular en la que se basa este artículo.

La inflación es el aumento generalizado y sostenido de los precios durante un periodo temporal concreto.  Para poder controlar la inflación es necesario medirla. La forma más habitual de poder medirla en España es mediante el empleo del Índice de Precios al Consumidor (IPC). El IPC indica porcentualmente la variación del precio medio de una cesta de bienes y servicios de un consumidor típico.

La Unión Europea trabaja para poder conseguir una tasa de inflación estable y baja con el objetivo de garantizar la estabilidad macroeconómica. Esta tasa de inflación fijada por la Unión se sitúa en un 2% y se presenta como el supervisor sobre la estabilidad de precios. Si tenemos una tasa superior al 2%, los consumidores perderán poder adquisitivo, y si es inferior, podríamos entrar en una espiral deflacionista con riesgos de recesión.

Una tasa de inflación baja puede abocar a un escenario donde la protección frente a una deflación es escasa. Ante una expectativa de bajada de los precios tendríamos decisiones de retraso en los procesos de consumo e inversión, elementos clave dentro del Producto Interior Bruto (PIB) de un país. La deflación, por otro lado, provoca un incremento en el valor real de la deuda nominal además de limitar la eficacia de la política monetaria europea puesto que existirían posibilidades de que el banco central europeo perdiese el control sobre los tipos de interés reales que son claves en el correcto desarrollo del actual sistema financiero.

El objetivo de que la tasa de inflación sea del 2% guarda estrecha relación con el efecto Boskin. Dicho efecto nos indica que ante una subida de precios, cierto incremento sostenido de los precios va en línea con el incremento de los precios percibidos por el conjunto de la sociedad.

Por poneros un ejemplo, cuando la tasa de inflación de un país es del 6% todos los precios se duplican en 11 años, cuando la tasa de inflación es del 2%, el aumento de todos los precios tarda 35 años.

“But it’s gonna take money
A whole lot of spending money
It’s gonna take plenty of money
To do it right child”

El objetivo de una tasa de inflación cercana e inferior al 2% tiene un precio. Este precio se traduce en cantidades monetarias que deben de ser corregidas en cada país miembro y estamos hablando de mucho dinero (al igual que en la canción de George Harrison). La Unión emplea instrumentos convencionales y no convencionales para poder controlar los tipos de interés, gestionar la situación de liquidez del mercado y orientar la política monetaria.

Entre sus instrumentos podemos encontrar las políticas monetarias tanto expansivas como contractivas; las operaciones de mercado abierto, el programa de compras de activos (APP), los estímulos de las políticas monetarias a las condiciones de financiación para empresas y hogares europeos (mejora en los costes financieros para las empresas y los hogares o reducción del coste del crédito bancario a las empresas europeas); Forward Guidance, Quantitative Easing (QE) y las Operaciones de inyección ilimitada de liquidez (Long-term Refinancing Operation – Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo y  Targeted Longer-term Refinancing Operations – préstamos condicionados a largo plazo del BCE).

Estos instrumentos contribuyen a garantizar la estabilidad de precios, es decir, la tasa de inflación, respaldando el crecimiento y el empleo.

“It’s gonna take time
A whole lot of precious time
It’s gonna take patience and time, um”

Bastantes años han tenido que pasar para poder observar los efectos de una convergencia real en los países de la Unión. El proyecto europeo se ha caracterizado por una gran paciencia, pero toda espera tiene sus resultados. Las economías de los países europeos más pobres crecen más rápido que las ricas desde el 2000 al 2008. Se produce una convergencia real en términos de crecimiento entre estos países. También se produce una convergencia en términos de inflación. Crecemos en términos de PIB y convergemos en precios, teniendo estabilidad y acercándonos a nuestra ansiada tasa del 2% de inflación.

Fuente: Elaboración propia con datos de Eurostat
Fuente: Elaboración propia con datos de Eurostat

“And this time I know it’s for real
The feelings that I feel
I know if I put my mind to it
I know that I really can do it”

Lo que debemos hacer indudablemente es dar las gracias a la Unión Europea cuando tiene claro un objetivo a conseguir ya que pone todos los medios necesarios para su consecución. Este es el caso de la tasa de inflación. Podemos observar como los países, de media, se acercan al porcentaje de inflación del 2% a pesar de que siguen existiendo excepciones como es el caso de Chipre, Estonia o Lituania y es que el proceso de convergencia todavía le queda unos pocos años para poder tener a todos los países de la unión en unas tasas económicas similares.

Fuente: Elaboración propia con datos de Eurostat

Ante todo recordad que la Unión Europea y el BCE tendrán, por el momento, “the mind” enfocada en la inflación y en el famoso número 2.

“Set on you
Set on you”

 

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