Antonio Giraldo (Valladolid, 1992) se encarga de descifrar los misterios de Madrid convirtiéndolos en curiosidades. Este geógrafo y urbanista trabaja en el PSOE gestionando las obras de Madrid, pero su faceta más conocida es la twittera. En la red social divulga casos como el del edificio desaparecido en la calle Alcalá. Eso sí, “en cristiano, sin lenguaje de arquitectos”. Mientras tomamos un café en Callao, me cuenta cómo se volvió viral durante el confinamiento. “Fue repentino. […] Cuando estábamos confinados, empecé a investigar cosas que me gustan. Y un día se me ocurrió ponerlas en redes sociales, por aquello de que todos estábamos aburridos como ostras. Empecé con un hilo que escribí sobre una obra que se estaba haciendo en Londres y de repente se hizo viral. Luego hice otro, y luego, otro”. 

Con casi 30.000 seguidores en Twitter, Antonio continúa descifrando los secretos arquitectónicos de Madrid. Y no solo eso. También suele generar algún que otro debate viral. 

 

P: ¿Cómo te fijas en estas cosas? ¿Las buscas o las encuentras?

R: Suelo encontrarlas. Pero desde que tengo más viralidad en redes, muchas me las enseñan. Y eso da gusto. Al final no estoy todo el día paseando ni tengo tiempo para estar en todas partes. Me pasan algo y a raíz de eso lo investigo. Pero generalmente las encuentro. Tengo el móvil tan lleno de fotos random que la gente dirá “¿qué hace este haciendo una foto a una alcantarilla?” [risas].

 

P: El urbanismo se tilda muchas veces de aburrido. ¿Por qué es tan importante para ti?

R: Porque el urbanismo lo es todo en una ciudad. Y que se tilde de aburrido creo que tiene más que ver con la forma en que se comunica. La gente no conecta con ello, a pesar de que luego todo el mundo opina sobre cómo ha quedado su plaza, o cómo les gustaría que cambiara su ciudad. Es importante porque todo el mundo tiene una opinión muy cercana de cómo quiere que sea su entorno. 

 

P: La profesionalización del urbanismo también genera debate. ¿Te fue difícil encontrar trabajo?

R: Es muy complicado, sobre todo porque es un mundo muy hermético. Hay grandes estudios que cogen casi todo el trabajo que hay. E incluso hay cierto elitismo en las administraciones. Yo soy de los que opinan que a veces es mucho mejor un grupo que esté terminando la carrera ahora mismo que Norman Foster, que con frecuencia ha hecho (y que me perdonen los arquitectos) auténticos bodrios [risas]. Esto lo sabe todo el mundo. 

 

P: ¿Es fácil hacer hilos como los tuyos? ¿Cómo los preparas?

R: Escribir el hilo me lleva una hora y media en casa. Lo que lleva tiempo es todo lo que hay detrás. A veces cuesta mucho dar con la información que quieres encontrar. Sobre todo porque requiere buscar en páginas oficiales, que a veces son un horror para buscar. 

Norman Foster con frecuencia ha hecho (y que me perdonen los arquitectos) auténticos bodrios.

 

P: O sea, que tus fuentes suelen ser páginas oficiales. ¿O consultas otro tipo de recursos?

R: Suelo ir siempre a páginas oficiales. Parece que no, pero tenemos recursos muy buenos. Tanto el ayuntamiento o comunidad, como páginas nacionales. Archivos históricos, fotografías, catastro, webs de mapas, planos urbanísticos. Como es público, al final está todo. Pero no todo es tan accesible. A veces no es pinchar y entrar, sino que tienes que escribir y te lo tienen que enviar. Muchas veces he investigado en blogs. Generalmente te ponen las fuentes debajo y te llevan a un libro. Y vas para allá. Por eso, reivindico también a la Wikipedia. No es tanto lo que tiene escrito, sino las citas bibliográficas que hay abajo. 

 

Antonio Giraldo en su charla TED titulada «Ser pobre a precio de lujo»  /  Fuente: YouTube

 

P: ¿Algún hilo que estuviste a punto de hacer pero no hayas hecho por algún motivo?

R: Tengo al menos 10 hilos que están a punto y nunca he publicado.

 

P: ¿Por qué?

R: Nunca hago un hilo, lo desarrollo, lo termino y lo publico. Siempre voy a la vez. Voy encontrando cosas. Hasta que veo que hay un tema suficientemente cerrado y completo como para publicarlo es cuando lo publico. 

 

P: El hilo sobre la M-30 tuvo bastante repercusión.

Sí. Lo hice cuando estábamos saliendo del confinamiento. Hace años me preguntó un amigo que qué haría yo con una obra así, faraónica, que gustan mucho en las ciudades. Dije que me cargaría toda la autovía de la M-30. Como en Madrid hay una lucha entre coche o no coche, sabía que iba a levantar polémica. Y era lo que buscaba, también te digo. Mucha gente lo reflexionó, pero otros pusieron “qué dices, loco, cochófobo”. El debate se abrió. Lo hice para ver qué decía la gente. Me escribieron un montón de personas de los barrios, de asociaciones de vecinos, diciéndome que les gustaría hacer algo de eso. A raíz de eso también se hace urbanismo, con una participación activa de la gente. 

 

P: Claro, y cuando tú pones eso en twitter, ves que la gente tira más hacia un lado que hacia otro.

R: [Resopla] Es que Twitter tiene sus cosas. Es una burbuja. Todo genera polémica, porque se opina fácilmente y desde el anonimato. Genera debate. Pero a pesar de que hay mucho debate infructuoso, creo que el contrapeso es bueno, porque mucha gente aporta algo que te abre un melón. Creo que el debate en Twitter sale bien a pesar de todo el pozo de insultos

El urbanismo también es política.

 

P: ¿Te hacen más comentarios buenos que malos?

R: Para bien, muchísimos. Por ejemplo, con el hilo que hice de Plaza España, me escribió una de las personas que trabajó en el proyecto. Me dió las gracias por hacer una valoración crítica y no superficial. Esas cosas te reconfortan. Y para mal, lo que menos me gusta de Twitter es que se tiende enseguida a la disputa, sobre todo tirando hacia lo político. Decirte, por ejemplo, “pues como trabajas en tal sitio…”. No. Lo que intento plasmar siempre es un criterio muy técnico, que también es político. Porque el urbanismo también es política. Estoy más cercano a unos partidos porque lo que defienden se aproxima más a lo que yo pienso que tiene que ser la ciudad. Pero eso en Twitter requiere una reflexión tan profunda, que no da. Parece que al final solo se queda lo malo. Mucha gente me envía mensajes insultando. ¿Qué necesidad hay? Y, claro, pasas de contestar. ¿Para qué vas a entrar en un debate razonado cuando ya no te lo están proponiendo así? Me lo tomo con filosofía. Pero es verdad que a veces afecta, no te lo niego.

 

P: ¿Hay algún debate urbanístico que te preocupe hoy en día?

R: El debate del apaciguamiento del tráfico. Me preocupa que haya sectores políticos que proponen cosas que está demostrado que son malas para la salud. Por ejemplo, se ha demostrado mil veces que peatonalizar una calle no destruye el comercio, y se sigue diciendo. O reformar una avenida, reducir carriles. Todo el mundo quiere tener en su casa unos árboles enfrente, con más acera. 

 

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