María Juesas, Raquel Pérez

 

Hace poco más de un año los cines, junto con los demás sectores culturales, se vieron obligados a cerrar sus puertas sin fecha de reapertura. Hoy, doce meses más tarde de la caída económica, la mayoría de los cines han vuelto a proyectar películas para sus espectadores. Sin embargo, muchos otros continúan con las salas vacías

Carolina Góngora, que regenta junto a su hermano Mariano el Cine Paz, nos cuenta cómo se vive toda esta situación desde dentro, y qué consecuencias de la pandemia siguen todavía presentes.

 

El Cine Paz, situado en una de las calles más céntricas y concurridas de Madrid, la calle Fuencarral, cumple 78  años. Debido a la COVID-19,  se ha visto obligado a cerrar temporalmente hasta que la situación mejore y los espectadores vuelvan a llenar sus salas, pero continúa ofreciendo pases de prensa, preestrenos y eventos privados.

 

 

Ciertamente, la situación era insostenible. Un 70% de pérdidas desde el mes de marzo del pasado año provocó el cierre del Cine Paz. El proceso no fue sencillo, los propietarios tuvieron que hablar con los programadores y las distribuidoras para llevar a cabo un comunicado que establecía el cierre temporal del cine. Aún así, las distribuidoras ofrecieron su ayuda con una respuesta por parte de la industria muy motivadora y admirable, gracias a la cual el Cine Paz sigue celebrando pases a día de hoy.   

 

Carolina nos cuenta también un poco de la historia de su cine, el cual abrió sus puertas por primera vez en la posguerra, en 1943, tiempos en los que, aunque parezca difícil de creer, había más ánimos de acudir a las salas que actualmente. El Cine Paz reabrirá sus puertas cuando se vuelva a la vida, cuando las personas vuelvan a salir a las calles y cobren las ganas y motivación que la pandemia les ha arrebatado. Volveremos a vivir. Volveremos al cine. Volveremos a encontrarnos.

 

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