Desde el año 2015 lleva subidos más de 700 vídeos a su canal de Youtube, en el que le siguen más de 154.000 suscriptores. Por si esto fuera poco, y con la voluntad de esparcir más aún su mensaje, Saúl López impulsó la plataforma Pásate a lo eléctrico, con la que junto con un grupo de personas convencidas de los beneficios de los coches eléctricos trata de «evangelizarnos» a todos en cuanto a movilidad se refiere. Tiene un Tesla Model S desde que este modelo llegó a Europa, y nadie como él para que nos hable de cuándo todo el mundo será capaz de comprarse un vehículo que funcione solamente con electricidad.

¿Qué va a suponer la llegada del nuevo coche de Tesla a Europa en los próximos días? 

Va a suponer un gran cambio, porque supone el desembarco del vehículo que hace soñar a mucha gente y que ha hecho despertar a los gigantes adormecidos de la industria de la automoción. Por fin. Ahora bien, este acontecimiento tiene varias lecturas: cuando Tesla lo presentó dijo que costaría a partir de 35.000 dólares, pero esa versión todavía no la han producido. Las primeras unidades que están llegando a Europa son las gamas altas y hasta la segunda mitad del 2019 no comenzarán a producir las unidades más baratas.

¿Cómo es que ha tenido que ser una marca americana la que nos dé lecciones de ecología a los europeos?

Sorprende. Siempre lo he dicho. Yo tengo un Tesla desde el año 2014 y desde entonces voy dándome en la cabeza en todas las paredes que me encuentro preguntándome qué están haciendo los europeos. Tesla fue una start up que ahora ya ha crecido. Vende más coches que Porsche, o que Jaguar, y de hecho más coches que ambas marcas juntas. Han crecido muchísimo, y eso hace que los fabricantes europeos se hayan asustado.

Tesla es una marca que no se hace indiferente: o se ama o se odia. ¿Por qué? 

Tesla levanta pasiones de las más viscerales. Es como hablar de política o religión pero con amantes de coches. Yo creo que esto se explica por que existe un gran desconocimiento y mucho miedo. Hay mucha gente que está agitando el fantasma e la recesión y de los puestos de trabajo perdidos… Y es cierto. Si se trasforma de golpe y porrazo toda la industria de automoción mundial y se comienzan a hacer solo vehículos eléctricos se van a perder puestos de trabajo claro. ¿Pero cuántos se crearán? Hay estudios sobre esto. La Organización Mundial de Trabajo dice que por cada millón de puestos de trabajo destruidos se crearán 5 millones nuevos.

¿Hay presión por parte de la industria para que a Tesla no le vayan las cosas bien?

Totalmente y de hecho tengo confirmación. No puedo desvelar fuentes ni dar nombres de quién me informa pero eso es así, existe. Se da en las reuniones, se da en los consejos de administración y se da a todos los niveles. Hay una enorme industria poderosísima que factura miles de millones y que quiere intentar perpetuar su modelo de negocio lo máximo posible porque sabe que una transición a la movilidad eléctrica le va a dar una enorme tajada a su margen de beneficios. Y de hecho puede que alguna cierre. Y están tratando de ralentizar ese proceso.

¿Y qué están haciendo las marcas europeas para no quedarse atrás?

Hay grupos que tras una serie de cambios y luchas de poder internas han decidido ya por fin poner en marcha la maquinaria y hacer inversiones súper importantes. Uno de ellos es Volkswagen, pero no es el único. Quién más quién menos tiene planes para electrificar su flota, pero lo hacen arrastrando los pies. Lo hacen porque les obligan las circunstancias, como la presión de los reguladores y los legisladores que están aplicando normativas más estrictas en cuanto a la fabricación de vehículos que emiten gases de efecto invernadero y gases contaminantes.

¿Qué le pareció el anuncio de Pedro Sánchez de prohibir los vehículos de combustión? 

Se montó un gran revuelo en España pero a mí me parecen medidas flojas y que llegan tarde. De hecho, si te pones a comparar con el resto de medidas que se están poniendo en marcha en otros países de nuestro entorno ves que España está en el grupo de cola. Los principales países que están liderando este carro han ajustado los plazos y miran más hacia 2025 y 2030 y no a 2050.

«Se montó un gran revuelo (por las medidas anunciadas por el Gobierno de España) pero a mí me parecen medidas flojas y que llegan tarde»

Usted vive en París, donde los chalecos amarillos se echaron a la calle inicialmente por la subida de precios del diésel. ¿Qué le pareció? 

Ahí se mezclan otros muchos factores. Hay mucha política en esta cuestión. Efectivamente al principio se indignaron porque el Gobierno de Macron quería subir el diésel y realmente esto no era así. No era una subida del diésel, era una retirada de subvenciones a este carburante. La gente no es consciente de esto, pero es que los estados, y por tanto cada uno de los ciudadanos que pagamos impuestos, estamos subvencionamos la producción y la quema posterior de combustibles fósiles. Y luego encima tenemos que pagar las enormes facturas sanitarias por todas las enfermedades relacionadas con el hecho de que estemos respirando aire envenenado todos los días. Todo eso a golpe de talonario, de nuestras nóminas…

¿Es muy diferente conducir un coche eléctrico que uno de combustión?

A ver,  un coche eléctrico sigue siendo un coche. Es decir, es un vehículo de cuatro ruedas que desplaza personas y mercancías. Eso no ha cambiado. Pero es que ahí termina cualquier similitud. Y la gente no es consciente de esto hasta que no prueba un coche eléctrico. Un eléctrico es infinitamente superior en cuanto a técnica y a tecnología, es además súper confortable… Hay que probarlo. Y no hace falta que pruebes un coche eléctrico de 400 caballos. Incluso en un Renault Zoe de 80 caballos te das cuenta de que es superior a un coche de combustión y, además, es súper divertido de conducir. Eso es lo que yo he experimentado en 4 años, me he estado divirtiendo y encima me he evitado contaminar.

Pero los tiempos de carga de la batería…

Ahora mismo es incomparable y no hay discusión: es mucho más rápido llenar un depósito de gasolina que cargar una batería. Lo que pasa es que el resto de aspectos positivos de un eléctrico superan con creces este inconveniente. Tenemos que cambiar nuestra mentalidad. El que pueda que se instale un punto de carga en el garaje y se olvida de este inconveniente. Cuando llegas a tu casa enchufas y te olvidas. Nunca más en tu vida tendrás que pensar en cuándo tendrás que ir a echar gasolina.

¿Y si no tienes garage? 

En ese caso está claro que tiene que haber un desarrollo de la infraestructura. Esto es como lo que ocurría a principios del siglo XX cuando todo el mundo andaba a caballo y se empezaron a fabricar los primeros coches de gasolina. Pues en ese momento no había gasolineras. Y probablemente surgió el mismo debate y hubo gente que prefería seguir con su caballo y no andar complicándose la vida. La transición es una cuestión de tiempo.

¿Está preparada España para asumir el aumento de demanda de electricidad que supondría que se electrificase todo el parque de vehículos estatal? 

Totalmente. Sin ningún problema. Recientemente, en diciembre, publicaron un artículo en el que los responsables de Red Eléctrica confirmaban que por cada millón de vehículos eléctricos que se pusieran en las carreteras la demandadle electricidad aumentaría un 1%. España tiene ahora mismo una capacidad instalada que triplica el pico de demanda histórico, pero la red y la forma en la que se lleva esa electricidad a según que zonas sí que habrá que mejorarla.

Y esto sería muy caro, intuyo. 

En España nos hemos hartado de cavar zanjas para meter tuberías de gas y cables de fibra óptica y no ha habido ningún problema. Y ahora, de repente, cuando se trata de intentar poner infraestructura para cargar los vehículos la gente se echa las manos a la cabeza. ¿Por qué? Ahí hay intereses por detrás agitando…

Para leer el reportaje de Código Público sobre los coches eléctricos, donde se incluyen algunas de las declaraciones de esta entrevista, por favor pinche aquí. 

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