Gestación subrogada. Dos palabras que están patentes en la actualidad política y social de España. No emplearemos el término vulgar que se refiere a esta gestación. No. Solamente gestación (o maternidad) subrogada.

Nadie puede negar que es una realidad que cada día está más presente en nuestras vidas. Una realidad que no es completamente conocida. Unos están a favor, otros en contra y la gran mayoría no tienen una opinión firme.

La maternidad subrogada es el proceso por el cual una mujer gesta el hijo de otra persona. Se puede dar el caso de la embarazada sea su madre biológica, o que únicamente sea la gestante (se le implanta el óvulo de otra mujer).

La gestación subrogada es legal en Estados Unidos, Canadá, Rusia, Ucrania, Grecia, Georgia, Canadá y Portugal hasta el año pasado. Bien es cierto que cada país tiene sus propias leyes, reglas y restricciones. La principal limitación es a la que se enfrentan los hombres homosexuales o solteros. Solo Canadá y algunos estados de Estados Unidos les permiten acceder a la Gestación Subrogada.


Portugal tiene la ley más cercana a España. En el país luso era legal este tipo de gestación, pero únicamente de manera altruista. Solo estaba reservado para parejas heterosexuales (ni homosexuales ni hombres o mujeres solteros). Sin embargo, a los pocos meses de legalizarla, decidieron echar para atrás la ley “por problemas éticos”. Problemas éticos, pero era un proceso altruista, sin dinero de por medio.

En España la situación es muy polémica. El futuro es muy incierto, pero también es muy desconocido. En junio del 2017, Ciudadanos registró una ley en el Congreso para legalizar la Gestación Subrogada. Tenía unas características muy claras: altruista, que la gestante sea mayor de 25 años y ya haya tenido mínimo 1 hijo, tenga una situación económica estable y no acceder en más de dos ocasiones a la gestación subrogada. Los subrogantes tienen que tener entre 25 y 45 años y estar unidas por la Ley. Además, tienen que haber agotado todas las técnicas de reproducción. Esta propuesta también era altruista, pero también fue rechazada.

La principal contra a la que se enfrenta este proceso es la que ofrecen los colectivos feministas. La mayoría de ellos afirman que, en primer lugar, la gestación subrogada supone el alquiler de la mujer para obtener unos beneficios (en este caso, la gestación de un hijo o hija biológico). Incluso la comparan a veces con la prostitución. Creen que la legalización de esta práctica responde a ansias neoliberales que pretenden hacer de la mujer un objeto de mercado.

Desde estas asociaciones se lucha también por acabar con lo que consideran un eufemismo y proponen volver al antiguo “vientres de alquiler”. También abren el debate del supuesto “altruismo”: afirman que muy pocas mujeres en una situación de estabilidad económica se ofrecerían a pasar por este proceso, por lo que esta técnica termina beneficiándose de mujeres que necesitan el dinero que les pagan los contratantes. Este argumento pone en serias dudas el altruismo que se le atribuye a la gestación subrogada. Aún así, no podemos obviar que ciertos colectivos feministas se posicionan a favor de esta práctica porque dicen que oponerse supone negar ciertas libertades a la mujer.

¿Qué alternativas se ofrecen entonces ante la gestación subrogada? Principalmente, la adopción, que puede solucionar cualquier dilema moral o problema económico que el futuro padre o madre pudiera tener. La adopción, aún así, presenta su serie de limitaciones.

Lo primero a lo que hay que enfrentarse es la elección entre una adopción nacional o internacional. Las adopciones de nacidos en España son gratuitas, pero presentan un periodo de adaptación de hasta tres años en los que la madre biológica del niño puede reclamarlo con pleno derecho. Además, los plazos de espera son mucho más largos, llegando a situarse entre unos 5 y 8 años. Eso ha hecho que el número de adopciones nacionales haya caído en picado en España.

La adopción internacional aligera estos términos (el plazo de espera medio es de unos 20 meses) y no permite a la madre biológica reclamar, pero tiene un coste muy elevado. No solo porque la adopción en sí ya sea cara, sino porque a ella hemos de sumarle el gasto de asociaciones intermediarias, diversos viajes al país de adopción y en algunos casos la manutención del futuro adoptado antes de recibirlo. Además, las condiciones que imponen algunos países son cada vez más restrictivas. Muchos de ellos bloquean desde un principio a familias homosexuales y uniparentales. Algunos como China llevan años exigiendo ya desde un nivel de estudios superiores hasta un índice de masa corporal alejado de la obesidad mórbida.

Una gran parte de comunidad LGTB ya ha manifestado en más de una ocasión estar a favor de la Gestación Subrogada. Evidentemente la comercialización de la mujer nunca se debería dar, pero para ello está la ley y las normas, que se encarguen de amparar a las mujeres gestantes. Nadie obliga a nadie. No hay dinero de por medio. Yo, como mujer, ¿no puedo ayudar a una pareja (o una sola persona) por solidaridad? Sé lo que piensas: “Nadie accederá a la Gestación Subrogada sin cobrar”. ¿Estás realmente seguro?

Ana Calvo García y Javier Rodríguez

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3 comentarios en «La Gestación Subrogada: ¿a favor o en contra?»

  1. El vientre de alquiler es una gran ayuda a los que quieren tener hijos y no pueden. Claro que todo lo que se hace es por dinero, pero en este mundo nadie os da nada por dar. Todo se compra y se vende. Muchas gracias a aquellas mujeres de los vientres de alquiler que se sacrifican por nosotros, los que queremos simplemente ser felices y tener hijos , pero por cuestión de la naturaleza, Dios lo sabe porque no lo podemos.
    Pudimos ser padres con la clínica de Feskov en Ucrania. Ya conocemos a varias parejas que lograron su sueño ahí. Gracias a los médicos, todo el equipo de clínica y por supuesto a nuestra gestante Ana!!!

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