Lurdes Orellana es psicóloga, sexóloga y socia de la cooperativa Desmontando a la Pili, un proyecto que comprende una tienda de juguetes sexuales, una asesoría y otros muchos servicios que ayudan a plantearnos en qué consiste el sexo más allá de los cánones establecidos. Hablamos de sexualidad y feminismo. 

¿Ver porno convencional te convierte en machista?

El porno, como cualquier otra estrategia o instrumento visual, genera un imaginario colectivo. Por lo tanto, siendo que el porno mainstream es machista, lo lógico es que facilite la construcción de ese propio imaginario y lo que se entiende por sexualidad. Pero no es algo que sea directo. No “te hace” machista, porque depende con las gafas con que lo vayas a mirar.

¿El sexo es una forma de dominación social?

Bien entendido, el sexo es una vivencia del cuerpo como algo sensitivo. Desde la perspectiva de la sexología feminista el sexo es salud, es placer, y tendría que ser cuidado y cuidado mutuo. Si la construcción de la sexualidad se hace desde una mirada patriarcal y capitalista entonces, efectivamente, el sexo se basa en relaciones de poder y en relaciones de dominio y sumisión. Al final, son normas que lo que plantean es esa diferencia sexista entre dos grupos y que generan la opresión de uno sobre el otro.

¿Y cómo es que estos mismos roles sexistas se dan entre parejas de hombres homosexuales? ¿Por qué siempre tiene que haber un dominado y un dominante?

Porque es un problema estructural. El patriarcado y el capitalismo, que van de la mano, generan un tipo de masculinidad que está más reconocida y valorada y que se entiende como una manera individualista y vertical de entender las relaciones. Por tanto, es lógico que este sistema influya también en parejas de hombres.

¿Cuáles son los principales tabús que tienen las mujeres conforme a su sexualidad?

Hay mucho silencio y mucha doble moral, así que en primer lugar lo que existe es un sentimiento de vergüenza de sentirse un ser sexuado. Existe la sensación de que hay que llegar a un nivel concreto de algo para ser un sujeto válido, y es que uno de los aspectos que más nos atraviesan a las mujeres es la dificultad de sentirnos como un sujeto de derecho, como un sujeto sexual, y no solo como un objeto. Es como si no pudiéramos ser propositivas y como si no fuéramos agentes de nuestro propio cuerpo. Además, y esto es algo que afecta a toda la sociedad, la sexualidad está muy centrada en los genitales. Damos más peso a lo cuantitativo que a lo cualitativo.

En las charlas y asesorías, ¿cuál es el consejo que más repite?

Nosotras no somos muy de aconsejar, preferimos facilitar herramientas para que las personas se cuestionen. Pero bueno, de los mensajes que más nos gusta repetir es que todas las personas tenemos una sexualidad y que no hay una sola forma de entenderla. Las recetas pues las tiene cada una, así que cada una tiene que encontrar su manera, porque el sexo es una manera subjetiva de disfrutar. Hilando esta respuesta con la anterior, es muy importante que las mujeres podamos conectar con el sentimiento de derecho, que puede parecer como una cosa muy básica pero que es muy complejo de sentir.

¿Qué tiene que cambiar para que esto lo asumamos de pequeños y no tengamos que desaprender lo que nos han enseñado?

Tiene que haber un cambio social. Si no hay un cambio estructural y no se entiende que hay que lograr alternativas diferentes al capitalismo actual y al patriarcado no habrá cambios. Hay que poner en el centro del debate el desarrollo de las personas y del medio. Anteponer lo reproductivo a lo productivo, que lo que hace es mercantilizar la vida.

¿Qué es lo que más cuesta de asumir por parte de las mujeres que acuden a vosotras? ¿De qué es de lo que sorprenden más?

No sé decirte si hay algo que les sorprenda más… En general lo que más gusta es encontrar un espacio en el que se mire hacia la sexualidad con una mirada alegre y placentera donde se legitime la vivencia subjetiva del placer. La sexualidad es algo que está presente a lo largo de todo nuestro desarrollo evolutivo y no solo en determinados momentos. Y también gusta bastante el legitimar el juego en todas las etapas de crecimiento y no solo en la infancia.

¿Qué es lo que tienen que aprender los hombres para que cambie la mirada que tenemos sobre la sexualidad?

Lo que tienen que hacer primero es desaprender, como has dicho antes. Tienen que desmontar su masculinidad, cuestionar su machismo y abandonar sus privilegios, y eso es complicado porque es muy cómodo vivir siempre en tu zona de confort. En definitiva, tienen que reconstruirse y asumir toda la vulnerabilidad que supone ser un ser vivo.

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