Oficialmente, los estereotipos de género son “una opinión o prejuicio generalizado acerca de atributos o características que hombres y mujeres poseen o deberían poseer o de las funciones sociales que ambos desempeñan o deberían desempeñar». Así pues, son ideas o creencias que se repiten frecuentemente por gran parte de la sociedad, y que vemos a diario en la publicidad y en los medios de comunicación.

Algunos de estos estereotipos de género más normalizados son que la mujer es la ama de casa, debe ocuparse de limpiar y de cuidar a los niños. Mientras el hombre no sabe llevar a cabo las tareas del hogar. La mujer es emocional, tiene personalidad con rasgos tópicamente femeninos  (ser cariñosa, sensible, envidiosa o cotilla). El hombre tiene más tendencia a la agresividad y al dominio. La mujer es dependiente económicamente de un varón y suele estar mantenida, y el hombre es el cabeza de familia encargado de tomar decisiones importantes.

estereotipos de género

Medios de comunicación estereotipados

Uno de los sectores más afectados por estos estereotipos de género, sobre todo el femenino, son los medios de comunicación, que desempeñan un papel de gran importancia en la consolidación o deconstrucción de diversos aspectos estereotipados. El lenguaje y el vocabulario que se utiliza en los medios, junto a la forma en que se transmite la información crea una imagen social en la población.

Un ejemplo de la importancia que tiene este asunto es la resolución 1751 llevada a cabo en 2010 por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa llamada “Combating sexist stereotypes in the media”. En ella se establecía que “los estereotipos sexistas varían desde el humor y los clichés en los medios tradicionales hasta la incitación al odio e incluso la violencia de género en internet”. Esta resolución ofrecía tres ideas a los medios de comunicación para mejorar la situación. La primera, capacitar a los periodistas para incluir la dimensión de la igualdad de género en medios de comunicación. En segundo lugar, promover dicha igualdad en autoridades reguladoras y autorreguladoras. Y por último, fomentar una representación más equilibrada de las mujeres en los medios, así como una representación no estereotipada de mujeres y hombres.

Publicidad estereotipada

Por otra parte, la publicidad que vemos diariamente es un gran mecanismo de penetración cultural, y una gran difusora de estereotipos tanto de género como culturales o raciales. De una manera u otra, la publicidad también genera percepciones, por lo que debemos analizar lo que nos transmiten los anuncios publicitarios. En cuanto a las mujeres o roles femeninos que aparecen en la publicidad, se siguen presentando estereotipos sexistas. A pesar de ello, poco a poco la publicidad se va modernizando en este sentido. Para ejemplificarlo, acudimos a un vídeo en YouTube llamado “La visión de las mujeres en la publicidad”. Este recopila algunos anuncios donde vemos estereotipos de género femeninos. En cuanto a limpieza doméstica, mujeres preocupadas porque no salga una mancha. Respecto a la alimentación, mujeres encantadas de consumir productos bajos en grasas y en relación con la salud y belleza, cremas antiarrugas o anticelulíticas utilizadas por mujeres.

En conclusión a este tema, enuncio unas palabras de Izaskun Landaida, directora del Instituto de la Mujer del Gobierno Vasco; “Otra publicidad es posible y deseable. Una publicidad que no refuerce estereotipos, que no minusvalore a la mujer y que no presente modelos únicos de belleza. Que sea desarrollada por equipos. Creemos que se puede hacer una publicidad excelente sin ahondar en estereotipos”.

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