Querido lector, en el artículo anterior le recomendaba que disfrutase de un viaje de día en la plaza. O de una semana. O del plazo que usted quisiera o necesitara para desconectar. Ahora bien, no tuve en consideración lo agobiante que puede ser estar allí. Pelea por conseguir un buen sitio. Pelea por conseguir una hamaca. Aguante a niños propios o niños ajenos mañana, tarde, todos los días. Pague un sablazo en los chiringuitos o en los restaurantes por un plato con doble de salmonella. Soporte los gritos de tus vecinos franceses. Y los vómitos de los ingleses de buena mañana. Y si se aloja en un hotel low cost, incluso puede encontrarte el fiambre del aspirante a campeón del mundo del salto de balcón. No suena muy interesante, ¿verdad?
Por ello, desde Código Público, le proponemos un plan alternativo en el interior de España. Disfrute de los bonicos paisajes que puede encontrar en mi querida, querídisima, Aragón. Posiblemente, si usted no tiene la fortuna de haber nacido o conocido Aragón, solo conocerá Zaragoza. Y de la ciudad, solo el Pilar. Pero la Comunidad Autónoma esconde mucho más. Por ello, le vamos a hablar en este artículo de cinco pueblos de Aragón para visitar si no eres de Aragón.
CANTAVIEJA
En las profundidades del Maestrazgo, comarca que ocupa las provincias de Castellón y Teruel, encontramos un pueblo que data de la Edad Media. Situado en lo alto de una abrupta montaña, su casco histórico medieval hará que su viaje por uno de los lugares más inhóspitos de la Península habrá hecho que merezca la pena. Asimismo, querido lector, por el camino podrá disfrutar de ir conociendo los pequeños enclaves de la Laponia del sur de Europa: pueblos que están llamando a desaparecer localizados en una zona árida en la que te congelas en invierno y te asas en verano. Por otro lado, podrá usted conocer la historia de la comarca. Su denominación nos hace retroceder a la época de las cruzadas. Sin embargo, hoy en día, el Maestrazgo está, indudablmente vinculado a las Guerras Carlistas, pues estamos, junto con Estella, en uno de esos pocos lugares donde la ideología carlista arraigó.
L’AÍNSA

Donde el Ara y el Cinca unen caminos, se levanta el pueblo de Aínsa, uno de esos pueblos que hay que visitar una vez en la vida. Actualmente, el nucleo urbano de Ainsa se divide en dos partes: la parte de abajo y la parte de arriba. Como siempre, la parte bonita es la de arriba. Si bien, puede subir en coche y aparcar en un parquin municipal, le recomendamos que haga ese camino andando y vaya impregnándose del aire puro de los Pirineos. Calles y casas de piedra con balcones ajardinados en el que parece que los vecinos compitan por ver quién tiene la fachada más preciosa. Pero el deleite máximo será cuando alcance la Plaza Mayor. El conjunto arquitectónico que conforman la iglesia del pueblo (a cuya torre puede subir con una de las escaleras más angosta que recuerdo) y el castillo de Aínsa es excepcional. Además, a 20 minutos en coche, tiene usted Ordesa y Monte Perdido, un lugar tan exquisito del cual podríamos hablar en un solo artículo en el futuro.
SOS DEL REY CÁTOLICO + UNCASTILLO

En el norte de la provincia de Zaragoza, lindando con Navarra y con la provincia de Huesca, encontramos dos pueblos con unos excelentes conjuntos medievales. Construidos en torno al abrigo de sendos castillos, la fama la lleva Sos, posiblemente, por ser el lugar del nacimiento del Trastámara que se casó con la reina de Castilla y que formaron el germen de la futura España. Sin embargo, ambos pueblos, situados a 25 km, merecen la pena de visitar. Pueblos fundados en la Edad Media, con un origen defensiva dada la cercanía de la fronteria con el antiguo Reino de Navarra, Sos todavía mantiene su castillo. Uncastillo, a pesar del nombre, no. Sin embargo, sus numerosas iglesias y su judería compensan con creces esa circunstancia.
ALQUÉZAR

En plena sierra de Guara, caracterizada por su relieve abrupto y escarpado, repleta de cañones, encontramos el pueblo medieval de Alquézar en el que predomina su colegiata, construida en el siglo IX. Sus rinconcitos, sus calles estrechas y sus casas pintorescas han conformado uno de los lugares más agradables de Aragón para desconectar. Sin embargo, si por algo destaca Alquézar es por sus actividades deportivas. No se conforme con visitar solo un pueblo medieval. Disfrute de las numerosas rutas de senderismo y barranquismo que el caprichoso modelado del Prepirineo ofrece, aptas para todos los niveles: desde principiante hasta experto. Por si disfrutar de unos de esos lugares en los que naturaleza y civilización se unen fuera poco, también puede cautivarse con los caldos de la zona, los conocidos como Somontanos.
ALBARRACÍN

Dejamos para el final la joya de la corona, uno de los pueblos más bonitos de España. En los Montes Universales, al oeste de la provincia de Teruel, encontramos uno de esos pueblos de los que dejan un recuerdo en el corazón que perdura toda la vida. Estamos hablando de Albarracin. El poderío de su muralla, las casas colgadas en el lecho del río Guadalaviar y su interesante conjunto urbano en el que se respira medievo por cada una de sus esquinas crean uno de los pueblos más bonitos, no solo de Aragón, sino de toda España. Su belleza es tal que aspira a ser considerado como Patrimonio de la Humanidad. Si yo fuera usted, querido lector, ya estaría mirando alojamientos disponibles, para pasar allí un fin de semana.
Todos y cada uno de esos pueblos merecen la pena una visita y qué mejor ocasión para hacerlo que este verano. Huye del turismo low cost de playa y apuesta por el interior de la Península, esa gran desconocida que amenaza con desaparecer en un futuro a medio plazo. Le prometemos que no se arrepentirá. Y si le gusta, querido lector, le recomendaré más lugares similares en futuros artículos.