Querido lector, si ha llegado a este artículo es que usted es un incondicional de mis artículos o, lo que es más probable, tras el final de Operación Triunfo, su vida presenta un vacío ante el cual solo tiene dos disyuntivas: las drogas o seguir leyendo cosas relacionadas con Operación Triunfo. Si está usted en este punto del párrafo, es porque seguramente ha elegido la segunda opción. En ese caso, solo decirle que no se preocupe; ahora comienza la temporada más bonita del año: el momento en el que los distintos países europeos – y Australia – eligen las canciones que les representarán en Eurovisión en mayo. De todas maneras, volvamos al principio del párrafo. Usted echa de menos OT y quieres leer cosas de OT; no de Eurovisión. Por ello, para contentarle, en este artículo vamos a hablar sobre si Alfred y Amaia tienen posibilidades de traer para España el tan ansiado galardón que tanto se nos escapa desde 1969.

¿Tiene España independientemente de sus representantes posibilidades de ganar Eurovisión?

Querido lector, seguro que usted ha pensado en algún momento que Eurovisión es politiqueo. Que está todo comprado y que los países del Este se votan entre sí. Es más, seguro que ha pensado que las republicas que conformaban Yugoslavia y la Unión Soviética se disolvieron con el unico fin de ganar Eurovisión. Ciertamente, la primera década del siglo XXI se caracterizó por la sucesión de victoria de países de reciente creación como Estonia, Letonia, Ucrania, Rusia o Serbia u otros, que si bien han formado parte del bloque occidental desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, están situados en sus mismos meridianos como Turquía y Grecia.

Sin embargo, desde 2009 esa tendencia se ha revertido. Han ganado países occidentales como Alemania, Suecia o Dinamarca. Incluso, recientemente han ganado países que cuentan con unos resultados históricos más malos que los de España. Hablo de Austria y Portugal. Como se observa en el siguiente gráfico, ambos países han solido copar los puestos bajos de la clasificación salvo contadas ocasiones. Hasta la ORF, la televisión pública austriaca, estuvo tres años sin participar, porque decía que con la atomización del Este de Europa, Austria no tenía posibilidades de ganar Eurovisión. Y lo hizo. Igual que Portugal. Igual que Finlandia. Estos dos últimos, no habían logrado superar la sexta posición hasta sus respectivas victorias.

De esta forma, la conclusión es clara: España, con una buena propuesta, tiene las mismas posibilidades de llevarse la victoria que cualquier país del este.

¿Es Alfred y Amaia esa buena propuesta que dará la victoria a España este año?

Querido lector, seguro que usted piensa que este año no se nos escapa. Que Europa cometió un error con Rosa y, por supuesto, no tropezará dos veces en la misma piedra. Ante ese pensamiento, calma. TVE tiene materia prima para efectuar una buena propuesta que ponga fin a esa mala racha que solo Pastora Soler y Ruth Lorenzo han podido truncar.

Sin embargo, faltan detalles por pulir. En primer lugar, la puesta en escena. Nada de llevar bailarines ni sobrecargadas coreografías sacadas de musical de instituto. Alfred y Amaia no necesitan más para destacar que ellos mismos. Por ello, en segundo lugar, es necesario que los nuestros Alfred y Amaia transmitan. Que se hagan el amor cantando tal y como hicieron con “City Of Stars”. Europa y Australia no ha podido enamorandose de ellos viendo su romance. Necesitan hacerlos participe de su historia de amor solo exclusivamente a través de su actuación inferior a los tres minutos de máximo que marcan las normas de Eurovisión.

Esa dificultad puede explicar por qué solo un dúo ha ganado Eurovisión en más de sesenta años de historia. El mérito lo tiene Azerbaiyán y su Running Scared de 2011, posiblemente una de las canciones ganadoras más lamentables  – con la de Jamala – en los últimos años. Pero en los últimos años, esta fórmula ha ganado más adeptos. Desde la propuesta tan cursi de Dinamarca en 2010 que alcanzó una cuarta posición mezclando los sonidos de The Police y ABBA hasta los dramas noruegos y estonios de 2015 que rebasaron la décima posición. No obstante, si hablamos de dúos, posiblemente, querido lector, le venga a la cabeza la propuesta neerlandesa de 2014.

 

Como habrá visto, se trató de una balada country muy elegante con unos cantantes que tenían química tanto vocalmente como personalmente. Todos esos ingredientes configuraron una de las mejores actuaciones de la historia reciente del certamen. Así, lo contaba en directo en Twitter:

En definitiva, querido lector, a diferencia del año pasado, hay motivos para ilusionarse. España tiene posibilidades de lograr en Lisboa un buen resultado. La materia prima se tiene. Ahora bien, falta que RTVE se lo curre y que la suerte nos acompañe. Si, por ejemplo, cualquier otro país elige un dúo con más química que Alfred y Amaia, todo lo que escrito en este artículo, es papel mojado.

Hasta entonces, nos queda ver una y otra vez la actuación que les catapultó a Lisboa y a lo más alto de las tendencias de Youtube durante unos días:

 

 

 

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