O cómo destruir el orden establecido con la erupción fatal de un volcán financiero. Esta es una visión personal del crack financiero de nuestro siglo; todo lo que provocó vino para quedarse. Y alertan de que volverá 10 años después, como un cometa cortando el cielo. Una década para repasar y recordar, como hicieron en 1999 Love of lesbian en pleno 2009.

Los medios de comunicación volvían su mirada hacia Nueva York 7 años y 4 días  del atentado del 11 de septiembre. Esta vez el epicentro del seísmo informativo se encontraba en Wall Street; había caído un gigante centenario de la banca de inversión, Lehman Brothers. Su caída fue semejante a la que acabó con Sansón y los filisteos, aplastando a tantos. Algunos los vimos portando sus cosas en cajas de cartón, saliendo en fila india de las oficinas del que había sido uno de los bancos más importantes. Otros no tuvieron tanta suerte, lo que les quedó no merecía la pena meterlo en ningún sitio. Ahora parece que nadie quiere acordarse del 15 de septiembre de 2008, quizá para detener las cefaleas que provoca su recuerdo.

En España, junto a las cenizas de la erupción volcánica, recibimos ladrillazos en la cabeza en serie. Sangramos millones de desempleados, desahucios, cierres de empresas, colas en comedores sociales mientras los contenedores putrefactos se llenaban de comida… A estos golpes se le unieron cortes profundos en forma de corrupción acompañados con recortes de doble filo. Habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades TODOS, o eso querían que creyéramos, y ahora había que sufrir la penitencia. Unos se enfadaron y otros se resignaron, pero estaba claro que entre saqueo y recortes no había posibilidad de curar el espíritu herido de los ciudadanos.

En la antesala de la concatenación de estos desafortunados desastres, allá por el 2009, había gente que vaticinaba el final de la crisis para el 2011. Pensaron que sería breve algo de lo que se desconoce su final. Ahora se puede decir que eran ilusos alzando sus copas al sol, políticos alucinando viendo brotes verdes en mitad del desierto. Lo peor estaba a punto de llegar, no nos habíamos fijado en las horribles consecuencias de actuar tarde. Estábamos rodeados de señales por todas partes, señales que no dudamos en ignorar. Mecanismo de defensa lo llaman.

El mundo estaba pasando por un proceso igual que el mío, una adolescencia tormentosa. Contra todo y sin rumbo, a punto de estallar en cualquier momento. Si no saltamos por los aires el verano de 2012, cosa que yo temía, ya no lo haremos. No habrá mundo postapocalíptico, no reinará la ley del más fuerte. Sin duda, tanto en lo interno como en lo externo, uno de los peores veranos de mi vida. Ese verano merece un artículo en otro momento.

Así estábamos cuando apareció el movimiento 15 M, nos despertó a muchos jóvenes y adolescentes. Ahora es irreconocible, hay partidos que se dicen herederos. Y si son herederos es porque ha muerto. Quizá queda algo en el resurgimiento del movimiento feminista y LGBT+, pero no estoy tan segura. Sí, está pintándose un moral de tonos morados y anaranjados, pero la gama de rojo y azul no se borra tan fácilmente. Además, parece que se vislumbra un peligroso color verde, con olor a colonia Varón Dandy y peinado hacia atrás con gomina. La Odisea catalana parece regresar a puerto, aunque a ningún tripulante parece satisfacerle.

Y nosotros, ¿cómo estamos?

Aquí quedamos la gente corriente, que tras sacrificios y oscuridad, volvemos a ver la luz. La luz tapada entre precariedad laboral, pérdida de poder adquisitivo y trastornos psiquiátricos. No se salvan ni los jóvenes, que cada vez más recurren a la medicación para tratar estos.  Los millenials, a parte de tener la culpa de todo, estamos cada vez peor. Se aparenta felicidad a través de Redes Sociales y ligamos casi por catálogo. Somos unos supervivientes, junto con los adultos que también han aguantado como han podido. Aun así, todos nos vamos haciendo más viejos, sin creerlo porque los viejos actuales nos molestan una barbaridad (apelo a la inteligencia del lector para no malinterpretar esta frase). Aparentamos todos, que es lo mejor que hacemos.

Y pensar que esta breve luz se perderá diez años después me recuerda a que lo nuestro es más La parábola del tonto que 1999. El mundo en llamas otra vez.

La Parábola del tonto-Love of lesbian: https://www.youtube.com/watch?v=T6H1i9i37Vc

1999 disco de Love of Lesbian. Otra cosa que cumple diez años en breves.

 

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.