Todos estamos capacitados para desarrollar nuestras aptitudes, con un poco de esfuerzo logramos aquello que nos proponemos, sin embargo no todos lo logran: por tanto, el problema, radica en que no somos plenamente conscientes de poder dirigir nuestras actitudes, para focalizar nuestro completo desarrollo. Las carencias fundamentales de nuestros estudios superiores son aquellas que nos hacen desarrollarnos como personas, saber conocernos e implementar nuestros esfuerzos en aquellas disciplinas que nos hacen destacar o mejorar.

Cada día somos mas conscientes del cambio que necesita la educación tal y como se encuentra planteada. Hoy en día en 1,3 segundos podemos conocer todo lo que queremos, debemos enseñar a interpretar ese contenido y desarrollarlo críticamente para progresar, sino que seremos enciclopedias.

Vivimos en el mundo de lo inmediato, un mundo cambiante en que se necesitaba todo para hace dos minutos y si no llegas tarde, un mundo competitivo en el que muchos individuos solo miran por ellos mismos y no por el conjunto, cuando lo que verdaderamente nos hace fuertes es la comunidad. Todo ello nos conduce a plantearnos que no podemos permanecer impasibles en la reflexión y en la mera absorción de conocimientos para aprobar, pues se debe de fomentar el trabajo en equipo, el liderazgo de grupos de trabajo, la motivación, la disciplina… entre otras muchas actitudes.

Los científicos salen al mundo a explorarlo, a poner en tela de juicio teorías para o confirmarlas o reescribirlas, nuestra educación debe ir enfocada a conseguirlo, y lo que se quiera hay que pelear por conseguirlo, desarrollando todas nuestras actitudes co nuevas metas y sueños. La universidad solo enseña estas disciplinas o actitudes en actividades extracurriculares o porque uno mismo se saca las castañas del fuego para progresar en todos los aspectos que rodean al ser humano. Quizás debamos implementar nuestros esfuerzos en una vida académica plena no solo sabiendo los conocimientos de la carrera e idiomas (lo cual esta genial y es nuestro deber).

El cambio empieza en nosotros y en lo que representamos, es hora que de que los títulos signifiquen no solo conocimientos sino actitudes que llevemos siempre con nosotros, logrando así el profundo respeto a la libertad de las personas.

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