¡Hola queridos lectores y queridas lectoras!

A vísperas del examen PIR para acceder a la Formación Sanitaria Especializada en Psicología comenzar esta entrada con una llamada de atención:

¡España, hacen falta psicólogos/as!

No, no os alarméis, con esto no quiero decir que este país esté envuelto en una inmensa locura, sino que hacen falta más especialistas en la salud mental en los hospitales públicos. Pues en un artículo publicado en El Mundo en Marzo del año pasado afirmaba que, desgraciadamente, el número de suicidios crecía un 20% aumentado la mortalidad por encima de los accidentes de tráfico. ¿Por qué? Son muchos los españoles que están viviendo una situación difícil, más en estos últimos años que los desahucios y el desempleo están a la orden del día, lo que puede conllevar a una severa depresión, entre otros trastornos, y la sanidad pública no se encuentra muy actualizada ni en los tratamientos psicológicos ni en los especialistas apropiados para este tipo de enfermedad, siendo más sencillo para muchos que esa persona sea atendida por un médico de cabecera administrándole un tratamiento farmacológico con antidepresivos o el medicamento que encuentre más eficaz según el trastorno diagnosticado.

De hecho, uno de los principales motivos por los que se acude a Atención Primaria es la depresión, pues según un estudio realizado por el Hospital de Granada, el 80,4 % de los pacientes acude a consulta de Atención Primaria por algún dolor inespecífico padeciendo algún tipo de trastorno depresivo que no ha sido diagnosticado. Estos resultados son apoyados por otro estudio dirigido por J. Arbesu en más de 80 centros de salud españoles, donde afirman que los motivos físicos dolorosos por los que se acuden a consulta en el 78% de los caso presentan ansiedad y depresión conjuntamente.

Además, según un estudio llevado a cabo en Cataluña, en nuestro país presentan una alta prevalencia los trastornos mentales siendo un 45,1 % a lo largo de toda la vida y un 30,2 % de prevalencia en los últimos 12 meses, siendo los más prevalentes el trastorno depresivo mayor con un 9,6 % y el trastorno de pánico, 7 %.

Según la OMS dos tercios de los pacientes con trastornos mentales son atendidos en Atención Primaria donde el tratamiento farmacológico que reciben no está ajustado a evidencia científica y el tratamiento psicológico es minoritario, donde el 0,9% de pacientes con trastorno de ansiedad reciben tratamiento psicológico mientras que el 39 % no recibe tratamiento, cuando está demostrado que el tratamiento psicológico de tipo cognitivo – conductual es considerado el tratamiento adecuado para estos trastornos. Añadir que el tratamiento farmacológico alcanza una alta tasa de abandono así como recaídas.

La duración de las consultas en Atención Primaria es el doble en Bélgica en comparación con España, el número de psicólogos por 100.000 habitantes es 16,8 veces superior en Bélgica. Siendo España el país de Europa con menos psicólogos por cada 100.000 habitantes, pero es el que mayor demanda de consultas a psicología recibe, siendo un 43,8 %.

Las personas con algún trastorno mental no están recibiendo la información adecuada sobre su problema debido, en primer lugar, por la escasa duración de la consulta.

El sistema sanitario español tiene bajo presupuesto, sin embargo, el gasto en psicofármacos supone un 9% del gasto sanitario, siendo esto una barbaridad teniendo en cuenta la baja eficacia que presenta el tratamiento farmacológico.

Destacar que en esta convocatoria PIR 2018 ha incrementado las plazas en un 5,47 % (135 plazas) con respecto a la convocatoria anterior, pero no es suficiente, pues son 135 plazas repartidas entre los hospitales de España, es decir, ¿Un/a psicológo/a por hospital? Incluso aún sigue habiendo hospitales que no dispongan de un profesional de la salud menta.

Confío en la medicina y no descarto la farmacoterapia en aquellos trastornos que sobrepasen la gravedad, pero sin una psicoterapia adecuada que sea capaz de llegar a la causa inconsciente de ese trastorno mental la farmacoterapia está destinada al fracaso.

No niego que un/a médico conozca perfectamente el funcionamiento biológico y físico de un ser humano, pero no ha dedicado sus años de estudios al conocimiento del cerebro, la conducta humana al igual que la capacidad del inconsciente tan en profundidad como ha podido hacer un/a psicólogo/a.

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