Hace muchos años –más específicamente en la antigua Grecia–, se consideró apropiado denominar al útero de la mujer Hystera, un término cuyo significado no es más que histeria. En cierto modo, fue la falta de conocimiento científico lo que los llevó a creer en el mito de que el útero era una especie de animal que deambulaba por el cuerpo de la mujer causando estragos emocionales y/o enfermedades como la “sofocación histérica”. Enfermedad que según Platón solo se arreglaba “cuando el hombre y la mujer reunidos por el deseo y el amor, hacen que nazca un fruto”.

Seguro que si escuchamos eso en pleno 2022 nos escandalizaríamos como nunca antes, pero, lo cierto es que, siendo realistas, Platón solo seguía unas ideas que estaban ya bastante extendidas en la época. Y eso es lo que ha ido sucediendo conforme transcurrían los años. Hoy en día, ha cambiado bastante la cosa, desde luego, pero no podemos ignorar la desinformación y el desconocimiento que muchas mujeres tienen sobre algo tan básico y fundamental como lo es su propio cuerpo.

¿Por qué? Quizá por los años y años de desinterés por parte de científicos y de la propia sociedad en general. Y nos adaptamos a ello y le dimos la misma importancia que el resto: poca o ninguna. Y esto lo digo principalmente porque no es hasta 2005 que la uróloga Helen O’Conell mapea por primera vez todo el órgano femenino por dentro y por fuera.

Obviamente esto tiene que dar lugar a alguna consecuencia. Consecuencias que ya no estamos dispuestas a sufrir.

Archives of Sexual Behaviour lo deja extremadamente claro: Solo un 65% de las mujeres hetero ha tenido un orgasmo (15% con penetración), mientras que los hombres, un 95%. Una brecha orgásmica mucho mayor que la conocida brecha salarial. Y las mujeres pueden pasarse años sin cuestionárselo. Sin ni si quiera pensar el por qué no sienten ese placer.

Y seguro que hay personas que creen que quizá una parte de ese porcentaje es porque las mujeres lo fingen y bla bla bla… Quizá hay personas que lo hacen conscientemente, pero, de verdad, tal es nuestro desconocimiento sobre el tema, que a veces no sabemos ni lo que es un orgasmo ni lo que se siente. La mitad de las veces creemos haberlo tenido, pero no es así. Lo confundimos con otras sensaciones placenteras.

Confundimos que la virginidad no es nada más que una metáfora y creíamos que el himen era algo que se rompía para siempre, cuando lo cierto es que se va curando. Que lo raro NO es que una mujer NO logre tener un orgasmo con penetración, si no que SÍ lo tenga. O que el punto G científicamente no existe, si no que es el clítoris estimulado desde dentro. También creemos que los orgasmos son todos iguales, cuando realmente son distintos y van variando a lo largo del tiempo porque nuestro cuerpo no siempre necesita lo mismo. Confundimos muchas cosas. Tantas que podría continuar citando, pero el artículo quedaría demasiado extenso. Sin embargo, en el reportaje “Los principios del placer” de Netflix, se desmonta todo y más.

Y sí. Este desconocimiento es un problema, desde luego. Porque hay poder en conocer nuestro cuerpo. Pero también hay más cosas en el fondo del armario que lo complican. Tales como las expectativas.

A veces parece que hay unas pautas, estándares o un listón que cumplir. Una forma de mantener relaciones sexuales. La pornografía, las películas o las series alimentan estas ideas dejándonos dudar, y haciendo que muchos de nosotros busquemos “imitar” dichas acciones, ya sea para satisfacer nuestras necesidades sexuales o las de la otra persona. Creemos que es lo que se busca, pero nos olvidamos de que no son más que mera ficción y que no todos necesitamos lo mismo.

Pero, sobre todo, lo que también se echa bastante de menos es que la educación sexual de la mujer no solo se base en evitar quedarse embarazada, pillar una ETS o poner un condón. Enseñarles a conocer su cuerpo y a satisfacer sus necesidades sin avergonzarse de ello. A aceptarse a sí mismas y a lo que desean. A darse cuenta de que la verdadera histeria es el desconocimiento que hay hacia el placer femenino.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.