El consumo de alcohol entre los adolescentes ha sufrido un notable aumento, en España, en los últimos años. Aunque hay un incremento en la edad de inicio del consumo de alcohol siendo 13,9 el año paso y 14 en la actualidad, también se ha observado un aumento del porcentaje de menores que consumen esta droga legal; siendo aproximadamente un 28,4 % en comparación con los datos registrados en el 2014.

Cada año se registra en nuestro país más de 6.000 casos de coma etílicos en menores.

 

El botellón sigue siendo el principal entretenimiento entre los adolescentes. Además, entre 2016 y 2017, un 75,6% de los estudiantes de instituto dice haber probado el alcohol, frente al 34,7% que dice lo mismo sobre el tabaco, el 26,3% sobre el cannabis y un 2,5% sobre la cocaína, además un 0,6% afirma haber consumido heroína.

Este temprano inicio de consumo a las diferentes drogas puede acarrear diferentes consecuencias tanto en la propia salud del adolescente como en su relaciones interpersonales.

El cerebro de los adolescentes es especialmente vulnerable a los efectos del alcohol. En los últimos años, numerosos estudios científicos demuestran la asociación del consumo de alcohol y el daño cerebral en los adolescentes.

 

Pues la falta de madurez psicológica, propia de la adolescencia, dificulta el manejo de muchas sensaciones y efectos que produce el consumo de alcohol. Disminuye la atención, la capacidad y el tiempo de reacción y dificulta la toma de decisiones.

Además puede desencadenar actitudes violentas, agresiones, alteraciones de las relaciones familiares, con los amigos etc. problemas en el rendimiento académico, asimismo corren el riesgo de realizar relaciones sexuales no seguras que provocan embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual

Pero ¿qué es lo que motiva a los jóvenes su consumo?

Son varios lo motivos que responden a esta pregunta; a desde la búsqueda de los efectos psicoactivos del alcohol, sentir nuevas sensaciones, hasta percibir que el consumo mejora las relaciones con los demás, sirve de evasión, es «útil» en las celebraciones y momentos de fiesta, para integrarse en el grupo de iguales, y para demostrar «que se es adulto».

Otros motivos pueden ser; el aumento de confianza en sí mismos para solucionar sus problemas cotidianos, relajarse de la ansiedad y la inestabilidad emocional frecuente en la adolescencia, evadirse de sus obligaciones etc.

Por otro lado, en la actualidad, se ha extendido la costumbre de beber en «atracón» o «binge drinking», consumo intenso de alcohol que se realiza en un corto periodo de tiempo. Siendo  cuatro de cada seis estudiantes de 14-18 años reconoce haber consumido cinco o más consumiciones en un intervalo aproximado de 2 horas (binge drinking) en los últimos 30 días, siendo esta situación más frecuente entre chicos que entre chicas.

Aunque el consumo mantiene una tendencia estable en los últimos años, los consumos de tipo intensivo (borracheras o intoxicaciones etílicas y “binge drinking” o consumo en atracón) han aumentado en España. Casi 2 de cada 5 adolescentes declara haberse emborrachado alguna vez en los últimos 30 días, destacando que las prevalencias de borracheras son ligeramente mayores en chicas que en chicos.

 

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