Se nos ha ido de las manos. Si ayer insistíamos en la frialdad de la ya Presidenta de la Comunidad de Madrid hoy se ha desatado como si de Mónica Naranjo en ‘Destátame’ se tratara.

La sesión hoy comenzaba a las diez. Nos ha tocado madrugar un poquito más, pero se madruga lo que haga falta para ver a Ayuso en estado puro, es decir, sin decir mucho, pero atragantándose cuando habla. Pero antes tocaba escuchar a Isa Serra que insistió en los casos de corrupción que tiene sobre la mesa Ayuso además de un mensaje de ayuda al Open Arms, cambio climático e igualdad. Tras Serra toma la palabra Sol Sánchez, que con un discurso más político ha seguido la línea de su compañera de Unidas Podemos. Le toca a Ayuso.

¿Qué le preocupa a los madrileños? ¿El metro? ¿El alquiler? ¿Que la ultraderecha va a marcar el Gobierno? Pues no. Venezuela, la unidad de Españita y ETA. Y ya de paso el machismo que tiene la izquierda al atacar a Ayuso por ser mujer, no por haber indicios de que podría haber cometido un delito o que su número dos llame «feministas rabiosas» a las mujeres que luchan por la igualdad. El momento estelar de la jornada ha venido con el «pero, ¿qué pasa? ¿Que los hombres no sufren?». Ayuso en estado puro.

Por supuesto la defensa a los ataques ha sido un «¿Y Carmena qué?», a mí en esos momentos solo se me pasa por la cabeza Fórmula Abierta y el «Te quiero más». Terminando la réplica ha dicho que «antes se hablaba de ‘antes y después de Cristo’; ahora será ‘antes y después de Esperanza Aguirre'», lo propongo para clasificar imputados.

Confieso que Alfonso Merlos no era el único que estaba deseando escuchar a Monasterio, yo también. Con ese vestido blanco garante de la limpieza de chiringuitos que presuponen ser se ha subido a la tribuna para decir que Abascal estaba en uno para desmantelarlo. Así, sin reírse. También ha dicho que la izquierda se preocupa de cosas inútiles como el cambio climático o que «algunos no hablan de familia porque ustedes no tienen familia, esa es la nueva política de hoy, vaya, esa no es la manera de hacer política» el mi su beneficio político. El plot twist ha venido cuando ha halagado a Gabilondo porque es una persona inteligente y moderada en el partido equivocado. ¿Alguien moderado en el PSOE? Me pinchan y no sangro.

Ayuso advierte a Monasterio que va a proponer que los padres elijan el contenido que van a recibir sus hijos el curso anterior, es decir, que los padres puedan elegir que le digan que hay maricones, bolleras, bisexuales, transexuales y personas que no se identifican con ningún género y que no pasa nada, pero que eso no significa que no se hable de diversidad o se estigmatice al colectivo LGTB. Yo soy ayuser.

«¡Qué orejitas tiene ese chico!», escucho decir a mi madre. Eso es que ha llegado Errejón al atril, que ha aprovechado para dar un duro repaso a las propuestas que Ayuso hizo ayer. Además ha sacado los colores a nuestra Consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, por su gestión del metro.

Ayuso por su parte se ha dedicado a leer el discurso que tenía apuntado, sin mucha conexión con lo que Íñigo había dicho minutos antes, para «desenmascarar» a Íñigo Errejón, al que acusa de «traidor» por irse de Podemos y de «tener las manos manchadas de dictadura», de eso los fundadores del PP saben mucho. Además, dice que Errejón caca porque lleva poco en la política madrileña. El respeto a los votantes ya tal.

Aguado, el Rivera de marca blanca no se ha enterado de que está en la investidura de Ayuso. El nuevo vicepresidente de la Comunidad ha criticado a Sánchez por irse de vacaciones (en la investidura de Ayuso), se ha acordado de Venezuela (en la investidura de Ayuso), ha dicho que van a ser el contrapeso del postureo de Sánchez (en la investidura de Ayuso), ha criticado las negociaciones entre Unidas Podemos y PSOE para formar gobierno (en la investidura de Sánchez). También ha criticado el modelo del PSOE de Andalucía, no se acuerda del pacto en la pasada legislatura. Menuda banda,

Una vez comidos el popular Alfonso Serrano ha seguido con el discurso de Ayuso, pero con gracia y expresividad a la hora de la siesta. En contra, porque como Ayuso no hay nadie, que además nos emocionó a todos con su frialdad en su despedida como portavoz del Grupo Popular.

Gabilondo y yo tenemos la misma inquietud. ¿Qué peligro hay en la Comunidad de Madrid para que no podamos vivir en libertad? ¿Por qué tras veinticuatro años de gobierno popular no tenemos la libertad? ¿Es Ayuso la Mandela madrileña? Además, Gabilondo ha evidenciado las profundas desigualdades que existen en la región, esas que se tapan con banderas de España, ETA y Venezuela. La réplica de Ayuso, por supuesto con banderas de España, ETA y Venezuela. Y por supuesto criticando a las personas de izquierda con alto nivel adquisitivo. Porque para ser de izquierdas tienes que vivir en la miseria.

Finalmente, la trieja se ha consumado. Ayuso, Aguado y Monasterio se han unido para volver desde el centro (o eso dicen) a los sufridos madrileños a la libertad. Que Dios nos pille confesados.

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